Durán i Lleida presenta Católicos en el bando rojo
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
LITERATURA
El presidente de Unió Democrática y líder de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, reivindicó la tercera España en la presentación de Católicos en el bando rojo (Editorial Styria), un libro del periodista e historiador Daniel Arasa sobre los tristes y ricos testimonios de los católicos que se mantuvieron fieles a la República durante la Guerra Civil española.
Durante el emotivo acto, celebrado en la sede de la Universidad San Pablo-CEU, se dieron cita numerosos familiares de aquellas personas que aparecen en el libro de Arasa --uno de los mayores expertos en la Guerra Civil y en la Segunda Guerra Mundial, en palabras de Duran-- y que dan nombre a la tercera España, por estar ideológicamente entre los dos bandos que protagonizaron la guerra de 1936. Si se les hubiera escuchado, sostuvo un familiar de Luis Lucia, político democristiano, quizás se hubiera evitado la Guerra Civil. Duran, que calificó Católicos en el bando rojo de una obra necesaria por ser un faro de luz gracias a que el autor se mantiene fidedigno a los hechos, homenajeó la memoria de Manuel Carrasco Formiguera, un abogado y político nacionalista democristiano catalán condenado a muerte en 1938 por el Régimen del general Franco.
Él y muchos otros, explicó Durán, sufrieron una doble persecución por ser católicos en el bando republicano y, después, por ser catalanistas. Daniel Arasa, que anunció un segundo tomo sobre esta misma temática, defendió que el libro trataba de combatir el cliché de que todos los católicos estuvieron del bando nacional, ya que recoge numerosos ejemplos de vida de personas que se mantuvieron fieles a sus creencias religiosas y políticas, en este caso del lado de la legalidad republicana.
Asimismo, Arasa dijo que para huir de maniqueísmos también habría que acabar con la falsedad de que la jerarquía de la iglesia católica participó de la sublevación contra la República. Apoyó al bando nacional, cierto, pero debido a la persecución sufrida tras iniciarse la guerra, defendió.
Según la versión de este historiador, la enorme represión contra los católicos en el bando republicano no fue inducida por el Gobierno de Manuel Azaña, lo cual no quita --añadió-- su responsabilidad en estos hechos porque tampoco fueron capaces de mantener el orden en la calle y frenar a los incontrolados antirreligiosos.
El diálogo con el público asistente al acto derivó en un debate sobre la idoneidad de la ley de Memoria Histórica. En este sentido, tanto Duran i Lleida como Daniel Arasa coincidieron a la hora de apoyar esta norma promovida por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, si bien advirtieron de los posibles peligros de que el poder político recurra al sectarismo para establecer una verdad oficial sobre la Guerra Civil.
Yo no estoy en contra de la memoria histórica, explicó Arasa, pero sí digo que se debe ir con cuidado en las formas para no levantar odios. Muy bien por la memoria y muy bien por la historia, aunque muchas veces se utilizan para volver al frentismo, añadió.
A este respecto, el autor de libros como Años 40: los maquis y el PCE o Los españoles de Churchill reivindicó el necesario olvido que estableció la Transición. Soy partidario del perdón, la verdad y la reconciliación, concluyó Arasa, y espero que este libro sea de futuro y que nunca se repita esa parte de la historia.
Él y muchos otros, explicó Durán, sufrieron una doble persecución por ser católicos en el bando republicano y, después, por ser catalanistas. Daniel Arasa, que anunció un segundo tomo sobre esta misma temática, defendió que el libro trataba de combatir el cliché de que todos los católicos estuvieron del bando nacional, ya que recoge numerosos ejemplos de vida de personas que se mantuvieron fieles a sus creencias religiosas y políticas, en este caso del lado de la legalidad republicana.
Asimismo, Arasa dijo que para huir de maniqueísmos también habría que acabar con la falsedad de que la jerarquía de la iglesia católica participó de la sublevación contra la República. Apoyó al bando nacional, cierto, pero debido a la persecución sufrida tras iniciarse la guerra, defendió.
Según la versión de este historiador, la enorme represión contra los católicos en el bando republicano no fue inducida por el Gobierno de Manuel Azaña, lo cual no quita --añadió-- su responsabilidad en estos hechos porque tampoco fueron capaces de mantener el orden en la calle y frenar a los incontrolados antirreligiosos.
El diálogo con el público asistente al acto derivó en un debate sobre la idoneidad de la ley de Memoria Histórica. En este sentido, tanto Duran i Lleida como Daniel Arasa coincidieron a la hora de apoyar esta norma promovida por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, si bien advirtieron de los posibles peligros de que el poder político recurra al sectarismo para establecer una verdad oficial sobre la Guerra Civil.
Yo no estoy en contra de la memoria histórica, explicó Arasa, pero sí digo que se debe ir con cuidado en las formas para no levantar odios. Muy bien por la memoria y muy bien por la historia, aunque muchas veces se utilizan para volver al frentismo, añadió.
A este respecto, el autor de libros como Años 40: los maquis y el PCE o Los españoles de Churchill reivindicó el necesario olvido que estableció la Transición. Soy partidario del perdón, la verdad y la reconciliación, concluyó Arasa, y espero que este libro sea de futuro y que nunca se repita esa parte de la historia.