Educar las emociones desde niños reduce el riesgo de enfermedades y de conflictividad
Aprender a identificar las emociones y educar la inteligencia emocional desde pequeños reduce el riesgo de sufrir enfermedades, de convertirse en un adolescente o un adulto conflictivo y disminuye el riesgo de sufrir adiciones.
Así lo indica el último informe del Observatorio Faros de la infancia y la juventud que impulsa el Hospital Sant Joan de Déu, que pone de manifiesto que tener un buen manejo de las emociones previene a las personas de sufrir ansiedad, depresión u otros problemas de salud mental.
El coordinador del estudio y catedrático de orientación psicopedagógica de la Universidad de Barcelona (UB), Rafael Bisquerra, ha explicado que "es necesario que la educación emocional entre en la programación curricular de los alumnos, de forma que haya un tiempo reservado para ello en clase pero que también se aborde desde todas las materias que se imparten".
Bisquerra ha reconocido que "cada vez se tiene más en cuenta este aspecto pero todavía queda mucho camino por recorrer"; y ha comentado que es importante trabajar las emociones desde antes del nacimiento haciendo, por ejemplo, que la madre escuche música de manera regular.
Los responsables del estudio han detallado otras formas de educar las emociones como escribir un diario, interpretar gestos ante un espejo que refleje emociones, tener gestos afectuosos con los demás o jugar con los niños para que aprendan a asumir la frustración si pierden: "Así educamos las emociones desde estadios muy iniciales y conseguimos personas más fuertes capaces de hacer frente a contratiempos, a problemas o a conflictos", ha dicho Bisquerra.