El Azuqueca apela a la heroica

04/05/2014 - 19:03 Ana G. Hernández

Después de fallar todo lo que se puede fallar y más, de que Kevin fuese expulsado, de que el Azuqueca bajase, prácticamente, los brazos, después de que la grada increpara al técnico local,... Miguelón ejerció de delantero centro goleador y dio esperanzas al equipo rojinegro de que la salvación es posible. Complicada sí, pero no imposible. La única opción es que el Madridejos pierda en La Gineta, que el Azuqueca gane en Illescas y que La Roda no descienda de Segunda División B y, si lo hace, que el Puertollano ascienda a dicha categoría evitando que el equipo rodense arrastre a un cuarto equipo al pozo de la Primera Autonómica Preferente. Complicado sí, pero no imposible. Nadie dijo que fuese a ser fácil.


Con el Quintanar del Rey repleto de bajas y sin la incertidumbre de jugarse nada, el Azuqueca fue a por el partido y en los primeros diez minutos ya podía haber ido ganando 2-0, pero Torrente, en primera instancia, y la mala puntería de Pablo Jiménez, en segunda, evitaron los goles. El portero conquense salvaba un mano a mano con Esaú, mientras que el extremo azudense no atinó en el remate con el propio Torrente batido, después de repeler otro disparo a la torre rojinegra.


Lejos de amilanarse, el Quintanar aprovechaba los desajustes defensivos de la defensa de cinco del Azuqueca para hacer daño. No en vano, Bolero fue una verdadera pesadilla lo que restaba de primera parte. Antes de que el cuero lamiese el palo de la portería defendida por Torrente a disparo de David Moreno, el guardameta visitante sacó la mano a pasear fuera del área en una ocasión manifiesta de gol para Esaú. Pero Arberola Rojas decidió que con una amarilla bastaría para que Torrente no lo volviera hacer.


Con los once sobre el campo, tuvo que ser Bolero el que, de nuevo, pusiera el corazón en un puño a los azudenses congregados en el San Miguel. Primero con un disparo a quemarropa y después con un mano a mano que resolvió de forma soberbia Sergio Sánchez. Tras el paso por los vestuarios, el Azuqueca salió con la misma intención y volvió a tenerlas en su bolsillo, pero ni David Moreno ni Esaú acertaron.


Los rojinegros se desesperaban viendo cómo el descenso se acercaba irrefrenable y más después de la expulsión de Kevin, que evitó un mano a mano de Bolero, quién sino, contra Sergio Sánchez. La roja era tan clara como la de Torrente de la primera mitad y, esta vez sí, Arberola Rojas consideró oportuno mostrarla. Luego llegarían las oportunidades de Diego y Bolero, otra vez, pero ambos se toparon con el gran héroe del duelo, Sergio Sánchez. A falta de 10 minutos, Miguelón hizo lo ya relatado y, en la siguiente jugada, Pascu corroboró la victoria después de un gran robo de Esaú, que se dejó el físico para darle la asistencia. La esperanza es lo último que se pierde.