El Azuqueca pierde el tren de la zona noble

25/02/2017 - 18:37 Ana G. Hernández

El Yuncos dio la sorpresa en el San Miguel después de ponerle más ganas que un Azuqueca apático que salió del vestuario con la sensación de que ya tenía ganado el partido. Sin embargo, el duelo se le complicó y de qué manera a los locales. De hecho, tuvieron que recurrir al descuento para empatar (2-2).

El partido se desigualó pronto. Primera internada de Carrasco por la banda izquierda. Primer gol del choque. En esta ocasión, el extremo, tras una gran jugada, había asistido a Javi Martín que solo tuvo que empujar el balón al fondo de las mallas. Tras el tanto, los rojinegros no echaron el freno de mano como viene siendo habitual en casa (goleadas de 6-0 al Manchego y de 5-0 al Carrión en las dos últimas jornadas en casa). Así, en el 11, Pancorbo tuvo la oportunidad de hacer el segundo después de entenderse a las mil maravillas con Javi Martín. Sin embargo, al pichichi azudense le falló la puntería a la hora de superar a Baroa.

A pesar de que en ataque el Azuqueca estaba enchufado, en defensa estaba echando de menos la baja de Pablo Rojo en la medular. Y en dos despistes, el Yuncos pudo empatar el partido e incluso llegar a ponerse por delante. Mientras que en el 15 el linier anuló el tanto de Salmerón por presunto fuera de juego después de que el mediocampista recogiese un rechazo de Javi Alonso a remate de Conte; en el 17, Helmer sí que vio cómo su tanto subía al marcador. Fue una jugada del propio Helmer con Alberto que sacó nuevamente el portero rojinegro, pero que nuevamente volvió a caer en las botas de los toledanos, en concreto de Helmer, que puso volvió a igualar la contienda. Comenzaba así el calvario local.

Tras el empate, el Yuncos se quitó los nervios y se dispuso a mantener el empate. En cambio, el Azuqueca le inquietó y a punto estuvo de irse ganando al descanso. En el 27, Roberto Izquierdo filtró para Pancorbo. El delantero se presentó en el área e intentó batir a Baroa con la izquierda. Sin embargo su chut se marchó cerca del poste. Después, el propio Baroa desbarataría una doble ocasión de Pancorbo y Roberto Izquierdo después de una gran jugada del cuadro local. Tena, desde la defensa, lanzó un pase milimetrado al espacio para que Varo corriese la banda. De primeras, el lateral la puso al corazón del área donde encontró la cabeza de Pancorbo. Pero su remate, muy centrado, lo sacó sin dificultad Baroa que, sin pretenderlo, dejó el balón muerto en las botas de Roberto Izquierdo. Un Roberto Izquierdo que intentaría un remate muy blandito que permitió al portero toledano lucirse con una palomita.

Ya en la segunda parte, el primero en generar peligro fue el Yuncos. Fue en una contra que Helmer filtró para Salmerón y en la que Javi Alonso se tuvo que emplear a fondo para sacar el remate de éste último. En el 51, el Yuncos volvió a aprovechar otra contra para que Helmer se encontrase con Javi Alonso, pero su vaselina se marchó por encima del larguero. El colista había empezado más enchufado y Alfaro optó por agitar el árbol y dar salida a Fuentenebro y Javi Heranz. Poco después, el Azuqueca empezó a rondar la portería de Baroa. Primero con un cabezazo de Pancorbo a centro de Javi Heranz y después con un chut de Roberto Izquierdo desde la frontal.

Pero al Azuqueca no le terminaba de salir nada, mientras que su rival cada vez se lo creía más. Veía la opción no solo de puntuar, también de ganar en el San Miguel. De hecho, lo intentaba en las contras, como en el 73 cuando Javi Alonso tuvo que salvar a los suyos en un mano a mano ante Salmerón. La réplica azudense llegó de la mano de Carrasco, pero su misil rozó la escuadra y se marchó fuera.

Los de Alfaro intentaban ganar porque se creían superiores, mientras el corazón y la garra la ponían sus rivales y su recompensa llegó en el 81. Con la zaga rojinegra desguarnecida, Salmerón se volvió a presentar en el área y Javi Alonso volvió a salvar a su equipo, pero el portero ya no llegó al cabezazo de Conte en su rechace. El colista estaba dando la sorpresa. Solo tenía que aguantar diez minutos más. Diez minutos que dieron para que Carrasco volviera a rozar el larguero y para demostrar que no era ni mucho menos el día de los pupilos de Alfaro. Y, a pesar de ello, los rojinegros fueron capaces de empatar en el descuento en una jugada de mucha fortuna y con Roberto Izquierdo como goleador.