El BM Guadalajara avasalla al Cuatro Rayas Valladolid
El BM Guadalajara se resarció del varapalo del partido de Copa con un monólogo espectacular ante el Cuatro Rayas Valladolid. Los alcarreños no dieron ningún tipo de opción al equipo entrenado por Nacho González desde el minuto uno hasta el descanso, cuando prácticamente se acabó el partido. Y es que, la segunda parte fue un trámite en un duelo que se desequilibró y de qué manera durante el primer acto. Los pucelanos, muy flojos en todos los aspectos del juego, no fueron rival para un intratable BM Guadalajara. El 24-12 al descanso y un más 14 come renta máxima fueron los datos que revelan la absoluta superioridad morada respecto de sus rivales.
Los alcarreños comenzaron el partido de forma arrolladora. Impecables en defensa e impresionantes en ataque. Cierto es que ayudaba la defensa del Cuatro Rayas, ya que los alcarreños paseaban por los siete metros como si lo hicieran por su propio campo. Bozalongo se erigió como principal estilete en las ofensivas moradas. Y es que, en los primeros ocho minutos el lateral izquierdo había anotado cuatro de los ocho tantos del conjunto morado a esas alturas. Si a esto se le suman la fortaleza defensiva entorno a Moyano, siempre haciendo de las suyas bajo los palos, era lógico pensar que la diferencia se incrementaba con mucha facilidad, 8-2.
En lo que quedó de primera mitad, el partido continuó por los mismos derroteros. A pesar de la insistencia de Paco López y Fernando Hernández en atacar y a pesar de los dos tiempos muertos de Nacho González, la distancia al descanso sería descomunal (24-12). Durante estos casi veinte minutos, el Cuatro Rayas Valladolid dispuso de dos superioridades, pero de muy pocas ocasiones de superar la muralla defensiva alcarreña. A estas alturas del partido, los pucelanos parecían faltos de imaginación, desmoralizados y sin saber qué hacer. Las pérdidas eran constantes y las transiciones moradas imparables. Pero es que daba igual que fueran contragolpes o que fueran ataques estáticos, el muro defensivo vallisoletano parecía de papel ante las constantes acometidas del BM Guadalajara. Los alcarreños marcaban desde todas las posiciones y maneras posibles e inimaginables.
El destino estaba siendo muy cruel con el Cuatro Rayas y quizá los colegiados se apiadaron de los pucelanos en la última jugada de la primera mitad: ataque visitante que chocó por enésima vez con la defensa morada, Ávila quedó tendido en el área alcarreña doliéndose de su rodilla y Javi Parra salió desbocado a la caza del 24-12. Fruto de la impotencia Fernando Hernández, el mejor de su equipo hasta el momento con cuatro tantos en su casillero, derribó sin ningún miramiento al capitán. La obstrucción es tan clara como las pocas ganas que tenía de disputar el balón al extremo izquierdo. Un lance que se saldó con apenas dos minutos ante el asombro de la grada, de los jugadores locales y hasta de los periodistas vallisoletanos que comentaban el partido para la radio de la capital castellana.
Como no podía ser de otra forma, el duelo continuó por los mismos derroteros en la segunda parte. Y es que, el Valladolid tenía que cambiar demasiado para inquietar lo más mínimo a la escuadra de Mateo Garralda, que cierto es que bajó su nivel respecto de la primera media hora. El intercambio de goles sería la tónica a seguir de un choque que tuvo que acabar en el descanso. El BM Guadalajara anotaba con una facilidad pasmosa, mientras daba más resquicios en los que guarecerse a los pucelanos. Los alcarreños ayudaron a que el marcador no fuera mucho más escandaloso y quizá también un pelín los árbitros aragoneses. Corzo se estaba hinchando a marcar desde los siete metros. Unas penas máximas que caían con el beneplácito de los árbitros y porque los morados bajaron la intensidad defensiva. Ya no había tantos robos y los jugadores del Cuatro Rayas penetraban con mucha más facilidad de lo que hubieran soñado durante los primeros compases del duelo.
Así las cosas, la segunda parte solo sirvió para seguir alardeando de portero: el abuelo Moyano dejó su sitio bajo los palos al Bombom Almeida, que como su predecesor también dejó patente su desparpajo. Y para conseguir el resultado más abultado de la historia del BM Guadalajara en Liga Asobal (39-29). El único borrón que empañó la gran victoria alcarreña fueron las lágrimas de Valadao al retirarse en el minuto 55. El lateral brasileño se retiró muy dolorido y con gesto de mucha preocupación. Un pero a una victoria soberbia.