El ciclón Nargis deja más de 10.000 muertos en Myanmar
01/10/2010 - 09:45
Por: AGENCIA. MADRID
El ciclón Nargis causó más de 10.000 muertos durante el pasado fin de semana a su paso por Myanmar, antigua Birmania, según anunció ayer el Gobierno del país. El régimen militar ha solicitado la ayuda internacional para paliar la crisis humanitaria que se está originando debido a la falta de alimentos y de atención sanitaria, ya que en las calles se agolpan los cadáveres de los fallecidos.
El número de fallecidos podría aumentar ya que los equipos de rescate siguen trabajando.
El ciclón Nargis causó más de 10.000 muertos el pasado fin de semana a su paso por Myanmar, antigua Birmania, según anunció ayer lunes el Gobierno del país. El régimen militar ha solicitado la ayuda internacional para paliar la crisis humanitaria por la falta de alimentos y sanitaria, dado que en las calles de las ciudades se amontonan los cadáveres.
Durante una declaración televisada, el ministro de Relaciones Exteriores, Nyan Win, advirtió que el número de fallecidos podría aumentar, dado que los equipos de rescate todavía rastrean los edificios caídos y las aguas no han vuelto aún a su cauce en muchas regiones. Según el canal de televisión MRTV, controlado por la junta militar que dirige el país, unas 2.129 personas están desaparecidas en las regiones de Irrawaddy y de Rangún.
Las autoridades birmanas estiman que podría haber decenas de miles de muertos en la localidad de Bogalay y varios miles más en Labutta, en el delta del Irrawaddy, que fue la primera región afectada por el ciclón el viernes por la tarde, con vientos que oscilaron entre los 190 y los 240 kilómetros por hora.
El ciclón afectó a cinco regiones (Rangún, Irrawaddy, Pegu, y los estados de Mon y Karen), que fueron declaradas zonas catastróficas, aunque fue el delta del Irrawaddy el que más sufrió por el paso de Nargis.
Un portavoz de la Cruz Roja aseguró que varios pueblos costeros quedaron reducidos a nada. El ciclón destruyó miles de casas, arrancó de raíz centenares de árboles y numerosas carreteras quedaron arrasadas, lo que dificultó la llegada de los equipos de socorro.
El viento también destruyó canalizaciones, por lo que numerosas personas provistas con cubos hacen cola en casas de los vecinos que poseen pozos privados para abastecerse de agua potable. Sin embargo, los acuíferos podrían haber quedado contaminados tras el desastre.
Ayuda organizada
Las tareas de socorro comenzaron a organizarse ayer lunes. "Distribuimos material a las personas que se quedaron sin vivienda, lonas para cubrir los tejados dañados, pastillas para purificar el agua, así como 5.000 litros de agua potable, hornillos, mosquiteras, mantas y ropa para los más necesitados", explicó el portavoz de Cruz Roja Michael Annear. Éste reconoció que el reparto de la ayuda comenzó lentamente debido a "problemas de movilidad" causados por la devastación.
Las principales agencias de la ONU y organizaciones humanitarias tenían previsto reunirse en Bangkok para coordinar sus acciones. El responsable de la ONU, Richard Horsey, aseguró que centenares de miles de personas "necesitan ayuda urgente".
El ejército tailandés anunció, por su parte, que enviará medicamentos y comida a la vecina Birmania a partir del martes. El ministro Nyan Win agradeció este gesto y reclamó ayuda al resto de la comunidad internacional.Estados Unidos, la UE e India ya anunciaron ayudas.
Muertos en prisión
Por otra parte, una ONG defensora de los derechos en Birmania denunció este lunes que 36 presos murieron en una cárcel cercana a Yangón, cuando los guardas de seguridad abrieron fuego contra un millar de reclusos amotinados durante el paso del ciclón.
El motín se inició después de que los guardias obligaran a los presos a permanecer en el vestíbulo de la cárcel a pesar de que el ciclón había destruido numerosos tejados de zinc de la prisión, según la Asociación de Asistencia para los Prisioneros Políticos, con base en Bangkok.
Esta ONG, que calificó la acción de "despiadada", "innecesaria" y "brutal", reclamó una investigación independiente sobre este suceso, que provocó también 70 heridos.
A pesar del desastre humanitario, el diario oficial New Light of Myanmar publicó este lunes que el régimen militar mantiene para el sábado próximo la convocatoria de un referéndum sobre la nueva Constitución que abriría la vía a la celebración de elecciones multipartidistas en 2010.
Birmania, gobernado por sucesivas juntas militares desde 1962, es uno de los países más pobres de Asia.
El ciclón Nargis causó más de 10.000 muertos el pasado fin de semana a su paso por Myanmar, antigua Birmania, según anunció ayer lunes el Gobierno del país. El régimen militar ha solicitado la ayuda internacional para paliar la crisis humanitaria por la falta de alimentos y sanitaria, dado que en las calles de las ciudades se amontonan los cadáveres.
Durante una declaración televisada, el ministro de Relaciones Exteriores, Nyan Win, advirtió que el número de fallecidos podría aumentar, dado que los equipos de rescate todavía rastrean los edificios caídos y las aguas no han vuelto aún a su cauce en muchas regiones. Según el canal de televisión MRTV, controlado por la junta militar que dirige el país, unas 2.129 personas están desaparecidas en las regiones de Irrawaddy y de Rangún.
Las autoridades birmanas estiman que podría haber decenas de miles de muertos en la localidad de Bogalay y varios miles más en Labutta, en el delta del Irrawaddy, que fue la primera región afectada por el ciclón el viernes por la tarde, con vientos que oscilaron entre los 190 y los 240 kilómetros por hora.
El ciclón afectó a cinco regiones (Rangún, Irrawaddy, Pegu, y los estados de Mon y Karen), que fueron declaradas zonas catastróficas, aunque fue el delta del Irrawaddy el que más sufrió por el paso de Nargis.
Un portavoz de la Cruz Roja aseguró que varios pueblos costeros quedaron reducidos a nada. El ciclón destruyó miles de casas, arrancó de raíz centenares de árboles y numerosas carreteras quedaron arrasadas, lo que dificultó la llegada de los equipos de socorro.
El viento también destruyó canalizaciones, por lo que numerosas personas provistas con cubos hacen cola en casas de los vecinos que poseen pozos privados para abastecerse de agua potable. Sin embargo, los acuíferos podrían haber quedado contaminados tras el desastre.
Ayuda organizada
Las tareas de socorro comenzaron a organizarse ayer lunes. "Distribuimos material a las personas que se quedaron sin vivienda, lonas para cubrir los tejados dañados, pastillas para purificar el agua, así como 5.000 litros de agua potable, hornillos, mosquiteras, mantas y ropa para los más necesitados", explicó el portavoz de Cruz Roja Michael Annear. Éste reconoció que el reparto de la ayuda comenzó lentamente debido a "problemas de movilidad" causados por la devastación.
Las principales agencias de la ONU y organizaciones humanitarias tenían previsto reunirse en Bangkok para coordinar sus acciones. El responsable de la ONU, Richard Horsey, aseguró que centenares de miles de personas "necesitan ayuda urgente".
El ejército tailandés anunció, por su parte, que enviará medicamentos y comida a la vecina Birmania a partir del martes. El ministro Nyan Win agradeció este gesto y reclamó ayuda al resto de la comunidad internacional.Estados Unidos, la UE e India ya anunciaron ayudas.
Muertos en prisión
Por otra parte, una ONG defensora de los derechos en Birmania denunció este lunes que 36 presos murieron en una cárcel cercana a Yangón, cuando los guardas de seguridad abrieron fuego contra un millar de reclusos amotinados durante el paso del ciclón.
El motín se inició después de que los guardias obligaran a los presos a permanecer en el vestíbulo de la cárcel a pesar de que el ciclón había destruido numerosos tejados de zinc de la prisión, según la Asociación de Asistencia para los Prisioneros Políticos, con base en Bangkok.
Esta ONG, que calificó la acción de "despiadada", "innecesaria" y "brutal", reclamó una investigación independiente sobre este suceso, que provocó también 70 heridos.
A pesar del desastre humanitario, el diario oficial New Light of Myanmar publicó este lunes que el régimen militar mantiene para el sábado próximo la convocatoria de un referéndum sobre la nueva Constitución que abriría la vía a la celebración de elecciones multipartidistas en 2010.
Birmania, gobernado por sucesivas juntas militares desde 1962, es uno de los países más pobres de Asia.