El encierro de Brihuega: tradición, sentimiento arraigado y cerca de 17.000 asistentes
La suelta de este año, conducida por segundo vez por Joselito, ha estado protagonizada por cuatro imponentes toros en puntas de la ganadería El Tajo y La Reina y ha dejado dos heridos graves por asta
En el marco de las Fiestas patronales de Brihuega, hay una cita que destaca por encima del resto, no solo por su historia y tradición, sino que también por su concurrencia y espectacularidad, que es: el encierro por el campo de Brihuega, que se celebra cada 16 de agosto.
El día amaneció con un ambiente festivo animado y lleno de emoción entre todos los brihuegos. Esta edición ha atraído a una cifra cercana a las 17.000 personas. Durante esta icónica cita, resaltaban un sinnúmero de jinetes recorriendo las calles, ataviados con sus atuendos más elegantes. Tanto ellos como sus caballos lucían impecables. Y entre todos ellos, una marabunta de personas vestidas de blanco y rojo, como dicta la tradición, ansiosas por el inicio del gran espectáculo. Las expectativas estaban en su punto más alto y, como no podría ser de otra manera, “todos esperamos que se produzca la ‘subida’”, declaraba uno de los corredores veteranos.
Pasadas las 17.45 horas tuvo lugar el despeje de calles, donde cientos de brihuegos y visitantes aficionados se tomaron de los brazos y, con sus varas en alto, entonaron su tradicional Parapachumba. A las 18:25, a cinco minutos de que comenzara el show, concluía este popular desfile, marcando el inicio del tan esperado encierro campero. A las 18.30 horas, se esperaba que resonaran tres cohetes, pero un pequeño incidente retrasó el inicio de esta multitudinaria fiesta taurina: una mujer se desmayó en las inmediaciones de la iglesia de San Felipe, lo que exigió atención inmediata antes de que comenzara el encierro.
Finalmente, a las 18.45 horas, se disparó el primer cohete, seguido poco después por los dos siguientes. De esta manera, se abrieron las puertas del coso briocense 'La Muralla' y cuatro imponentes astados de la prestigiosa ganadería de El Tajo y La Reina emprendieron marcha, acompañados por una manada de mansos en su ruta habitual. Llegados a la Avenida de la Constitución, se desencadenó una vertiginosa carrera con valientes mozos protagonizando emocionantes momentos. Tres de los toros siguieron su camino hacia el campo, mientras que uno, de pelaje negro zaino, se rezagó inicialmente cerca del conocido varadero Carlos III, aunque gradualmente recuperó terreno.
A partir de aquí, el guión cambia cada año y en esta ocasión, mientras dos toros avanzaban con determinación hacia el campo, otro se quedó cerca de las naves de los Parras. Alrededor de las 19.50 horas, dos personas resultaron heridas en un par de embestidas consecutivas del mismo toro en el camino de Valdeatienza. Los dos afectados fueron trasladados al Hospital Universitario de Guadalajara para recibir atención médica inmediata. Según indicaba Europa Press, los dos hombres heridos por asta de toro tienen 61 y 34 años de edad. Y por lo que ha podido conocer este medio en comunicación directa con el Ayuntamiento, el primero de ellos sufrió una cornada en el torso, mientras que el más joven recibió un buen revolcón con cornada incluida en el glúteo. Ambos, a día de hoy permanecen en estado grave. Uno de ellos, continúa en la UCI y el otro ha tenido que ser intervenido. En total, se realizaron un total de ocho intervenciones por parte de los equipos de emergencia presentes y desplegados en el lugar.
A medida que avanzaba la tarde y el atardecer daba paso a la noche, la luz menguante llevó a que muchos aficionados se dirigieran al pueblo para contemplar la tradicional subida. Sin embargo, a las 22.10 horas, una de las reses retornó al pueblo por el camino de la piscina municipal para ser encerrada en los corrales de la iglesia de San Felipe, sin causar ningún incidente.
En la plaza del Jardinillo, a la medianoche, comenzó la actuación prevista del grupo musical, pero tuvo que ser interrumpido 45 minutos después debido a la cercanía de uno de los toros al municipio. En ese momento, los operarios del Ayuntamiento aseguraron la zona con el cierre de vallas y el ajuste de talanqueras. En este escenario, el Consistorio y la coordinación del encierro desempeñaron un papel crucial, ya que tenían la intención de reunir al toro que se había quedado atrás en el camino de Valdeatienza con los otros dos que se encontraban cercanos entre sí en el paraje de La Boquilla. Pero los espectadores tuvieron que aguardar durante más de tres horas hasta que finalmente tuvo lugar una 'subida' un poco insípida, en la que participó un solo toro.
Por lo que ha podido saber este medio, en torno a las 07.30 horas, uno de los astados que deambulaban por el paraje de La Boquilla fue sacrificado. Del otro se desconoce su posición. De manera que, finalmente, solo dos toros los que descansaron en los corrales de San Felipe.
El encierro campero de Brihuega casi un día completo. A las 12.00 horas del 17 de agosto, las dos reses que lograron llegar al pueblo realizaron la clásica 'bajada' para regresar hacia el punto de partida de este evento, a la plaza de toros 'La Muralla'.
Ya solo faltarían 365 días (el año que viene es bisiesto) para que los pelos de punta vuelvan a enraizarse con el zumbido de los tres cohetes que anuncian otra multitudinaria y tradicional vuelta.