El genio surrealista se adueña del Guggenheim

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MIGUEL LORENCI. COLPISA
El genio surrealista se apodera del Guggenheim. El museo bilbaíno acoge ‘Cosas del surrealismo’, una excepcional muestra organizada por el Victoria and Albert Museum de Londres, coproducida por el Guggenheim y con patrocino del Banco Bilbao Vizcaya (BBVA), que analiza el poderoso influjo de los surrealistas en todos los campos de la creación, del primer tercio del siglo XX hasta hoy.
Es la primera exposición que examina a través de grandes obras la decisiva influencia de este crucial movimiento y cómo desde su eclosión ha transformado casi todos los ámbitos creativos, de la pintura al diseño, pasando por el interiorismo, el mobiliario, la moda, el teatro, el cine, la publicidad o la arquitectura.
La muestra indaga en el notabilísimo efecto uno de los más importantes y potentes movimientos del siglo XX, forjado en torno al término acuñado por Apollinaire en 1917 y convertido por André Breton a partir de 1924 en un movimiento radical que alteró la percepción del mundo. En cinco secciones temáticas recorre el complejo universo surrealista a través de piezas muy singulares firmadas por algunos de los grandes del movimiento: un Dalí que con 30 piezas es la estrella de la muestra, Magritte, Miró, de Chirico, Arp, Schiaparelli, Man Ray o Ernst. “Unos radicales que reinventaron el mundo y de cuyo genio se apropió el mercado” según resume la comisaria, Ghislaine Wood. Cosas del surrealismo reúne dos centenes y medio de piezas, muchas de ellas mostradas al público por primera vez.
Piezas de muy diverso género y ambición que permiten analizar en detalle el fructífero intercambio entre unos audaces artistas que abrazaron el surrealismo como una religión, una ‘secta’ que fue a su vez un imparable motor para creadores de otras disciplinas.
Permite ver cómo sus logros fueron una constante e inagotable fuente de inspiración que el mercado asimiló enseguida y de la que siguen viviendo publicistas, cineastas, escenógrafos, arquitectos, literatos, diseñadores, joyeros, modistos o fotógrafos.

Escenografía
Para mostrar este poderoso efecto, la totalidad de la tercera planta de la ‘catedral de titanio’ diseñada por Frank Ghery se transforma gracias a una escenografía inspirada en las apasionantes y sorprendentes puestas en escena de los propios surrealistas.
Las 250 piezas que conforman la exposición se reparten así por este espacio, diseñado especialmente para Bilbao por el equipo de arquitectos londinense Metaphor. Junto a las más conocidas pinturas y esculturas, la exposición acoge piezas muy relevantes y vistas muy raras veces que proceden de colecciones públicas y privadas de todo el mundo: El sofá con los labios de Mae West y el Teléfono langosta de Dalí; los vestidos Desgarro o Esqueleto de Elsa Schiaparelli; la Mesa con patas de ave de Meret Oppenheim; la Jaula surrealista de Jean Michel Frank, los figurines de Giorgo De Chirico para los ballets rusos de Diaghilev, o la Carretilla, sillón de Óscar Dominguez fotografiado por Man Ray. No faltan cerámicas de Miró, esculturas de Giacometti, joyas de Calder y Dalí o muebles de Carlo Mollino.

Marx y Freud
La muestra permite contemplar el desarrollo y trayectoria del movimiento artístico de vanguardia más influyente del siglo pasado, un ‘ismo’ que mezcló la ideología política de Karl Marx y el psicoanálisis de Sigmund Freud. Un movimiento que según Ghislanie Wood, comisaria y conservadora del Victoria and Albert Museum, “produjo algunos de los objetos visualmente más intrigantes del siglo XX”. Tanto que “se apoderó de la imaginación popular y hoy su fuerza sigue vigente”.
“Nunca antes se analizó en una exposición la transferencia del genio surrealista al mundo comercial, con el que mantuvo una relación, truculenta y difícil pero muy intensa”, apunta Wood. Dividida en cinco secciones temáticas -El ballet, El surrealismo y el objeto, La naturaleza se vuelve extraña, La exposición del cuerpo y El interior ilusorio- Cosas del surrealismo subraya la evolución que experimentó el surrealismo desde su nacimiento como movimiento artístico de vanguardia políticamente radical hasta convertirse en un fenómeno cultural, que transformó el mundo en tan sólo una década.