El Gobierno regional mantiene una constante y férrea defensa del agua en Castilla-La Mancha

14/12/2017 - 18:59 Redacción

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La cabecera del Tajo registra el peor dato de reservas de los últimos 22 años.

Castilla-La Mancha tiene menos de la quinta parte del agua que podría haber. Hoy los embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía almacenan 233,14 hectómetros cúbicos, el 9,42 por ciento de su capacidad. Hace un año, tenían 422,3 hectómetros, el 17,07 por ciento. Y al inicio de la legislatura, en julio de 2015, Entrepeñas y Buendía tenían 539,08 hectómetros, el 17,81 por ciento. La comparativa entre la situación actual y la de 2015 evidencia que en estos momentos hay 305 hectómetros cúbicos menos. 
    A cierre del año hidrológico 2016/2017, a finales de septiembre, con un total de 239 hectómetros cúbicos, la cabecera del Tajo registraba el volumen de agua más bajo de los últimos 22 años con el peor dato. Un año antes había unos 440 hectómetros cúbicos, 200 más, y estaban al 17,79 por ciento de su capacidad. Habría que remontarse, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), hasta septiembre del año 2006 para encontrar datos similares –240 hectómetros cúbicos– y hasta julio o noviembre del año 1995 para encontrar que estos embalses estaban por debajo de los 200 hectómetros cúbicos. Hace diez años, otro ejemplo, había 356,40 hectómetros cúbicos y un porcentaje del 14,41 por ciento. 
    En el río Tajo se tienen concebidas en teoría 1.450 hectómetros cúbicos de aportaciones naturales, aunque el año pasado, que fue el peor de la serie histórica, sólo se recibieron 351 hectómetros cúbicos. Y además por el trasvase se derivaron 350 hectómetros. Y además por el trasvase se derivaron 350 hectómetros. En el caso del Júcar, se transfieren 364 hectómetros cúbicos anuales a Vinalopó, Sagunto o Valencia, cuando el almacenamiento es inferior. El Guadiana, por su parte, también tiene déficit hídrico.
    En este contexto, la postura de la Consejería de Fomento del Gobierno de Castilla-La Mancha ha sido constante, firme y sin fisuras. Recientemente, la consejera destacaba la “obsesión y preocupación del Gobierno regional por el tema del agua”. El Ejecutivo de Emiliano García-Page ha recurrido los 23 trasvases aprobados y ejecutados durante esta legislatura del Tajo al Segura. Además, siete de ellos han sido ilegales, materializados por debajo de los 400 hectómetros cúbicos que se fijaron como mínimo no trasvasable. También ha denunciado las cesiones de agua realizadas durante este tiempo. 

 


    El Gobierno regional ha sido crítico también con los problemas medioambientales y de salubridad relacionados con la escasez de caudal en el río Tajo, especialmente en Toledo y Talavera, que ha dado lugar a la aparición de espumas, balsas de algas o plagas de insectos. Ante estos episodios, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha exigido al Gobierno de España que realice las actuaciones necesarias para garantizar un caudal limpio y suficiente al mismo.
    La Junta de Comunidades tiene muy claro y así se lo transmitió la consejera de Fomento a la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, durante su última reunión que es necesario el trasvase cero, aun cuando el río se recupere ligeramente.“Seguiremos insistiendo y luchando en la defensa del trasvase cero, y no decimos el trasvase cero de ahora, que lo hay obligado porque no hay agua, sino también cuando el volumen de los pantanos suba”. En este sentido insistía que “cuando miramos los pantanos de Entrepeñas y Buendía o el Tajo Medio a su paso por ciudades como Toledo o Talavera de la Reina no nos podemos sentar con el Ministerio sin pedir el trasvase cero, algo que no sólo dice el Gobierno regional, sino que comparten los regantes y toda la ciudadanía, porque por cada gota que se va por esa tubería se marcha desarrollo, riqueza, empleo y economía de la cuenca cedente”. La titular de Fomento del Gobierno regional señalaba entonces que en este punto no habían tenido acuerdo con la ministra.
     Asimismo, el Gobierno regional ha pedido en repetidas ocasiones a la Administración central el participar, debatir, tener voz y voto, como cuenca cedente, en los órganos de decisión que afectan al río Tajo. 
    El informe publicado por Greenpeace ha venido a corroborar las denuncias y críticas expresadas por el Gobierno regional. El informe, bajo el título La trama del agua en la cuenca del Segura, 10 años después, recoge que la Región de Murcia podría ser autosuficiente usando agua subterránea y no necesitar el trasvase Tajo-Segura, de tal forma que este podría cerrar en tres años. Tras su publicación, el Gobierno regional pidió a dicha organización poder utilizarlo como argumento ante la Fiscalía de Medio Ambiente y sumar fuerzas con otros ayuntamientos. 
    Ante la crítica situación en la que se encuentra la cabecera del Tajo, desde el Gobierno regional se ha instado varias veces a la ministra de Agricultura y a otros cargos gubernamentales a visitar los pantanos y comprobar ‘in situ’ la situación dramática y límite de los pantanos que tanto la consejera de Fomento como el propio presidente de Castilla-La Mancha han experimentado.
    El Ejecutivo que preside Emiliano García Page asegura que el Levante y Murcia han visto ya que el Tajo está muerto y, por eso, se han dado cuenta de que la alternativa está en las desaladoras; infraestructuras cofinanciadas por la UE y que apenas están funcionando a la mitad de su rendimiento, insisten. La consejera de Fomento aboga por “poner fin al trasvase y, una vez que esto suceda y que tengamos el convencimiento y el compromiso del Gobierno nacional de que no se puede seguir mirándose siempre al mismo sitio, a la cuenca del Tajo, cada vez que en la zona de Levante se necesite agua; necesitamos que el Pacto Nacional del Agua del Gobierno central también contemple las desaladoras, ahí está la clave para el desarrollo de las comunidades del Levante y para Castilla-La Mancha”.
    El Gobierno regional tiene claro que no permitirá que se vaya por la tubería del trasvase el progreso, la riqueza, el empleo, el crecimiento, el desarrollo y el futuro, dejando a Castilla-La Mancha sin un recurso que sale de aquí para dar garantías en territorios vecinos. Asimismo, advierte que “nunca hemos negado agua para el abastecimiento humano”. Pero asevera que resulta paradójico que pueblos aledaños a los pantanos tengan que echar mano en verano de los camiones cisterna para beber “cuando ven la velocidad envidiable en la que muchas veces circula el agua por el trasvase”.
    “Cada gota de agua que se va por los trasvases que se han perpetrado ya, encubiertos algunos de ellos, se traduce en desarrollo, riqueza y empleo que deja de generarse en esta región y se va para otra Comunidad”, asevera García Élez, por lo que apela a la propuesta de usar otras alternativas como las desaladoras porque, asegura, “lo dice Europa, y las desaladoras están ahí, incluso salen más baratas que el precio que tienen que pagar por el agua que se llevan, por lo que instamos al Gobierno nacional a que se usen; y ahí será cuando encontrarán al Gobierno de Emiliano García-Page trabajando en la línea de garantizar agua para la Comunidad Valencia y también asegurándola para Castilla-La Mancha”.
    Consciente de todo ello y en su defensa férrea del agua, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, está trabajando en una iniciativa legislativa que llegue al Congreso de los Diputados por la cual “se termine obligando” al Levante a que “antes de que puedan utilizarse las aguas superficiales de los ríos se tenga la obligación de utilizar el agua desalada del mar”. Así lo adelantó durante el Debate sobre el Estado de la Región, donde además añadió que de esta manera la normativa española tendría “cierta coherencia” con la europea.“Estoy dispuesto a apoyar que se invierta en desaladoras. En el Levante están esperando nuevas inversiones europeas porque allí, curiosamente, ahora piden agua desalada. Antes de que una tierra seca en el centro de España tenga que pedir agua del mar, que utilicen allí el agua que tienen a un metro”. 
    García-Page denunciaba además que en la cesión de agua desde la cuenca cedente se han hecho “trampas” a Castilla-La Mancha, región a la que “se le han escamoteado 81 millones de euros” en compensaciones que la Comunidad Autónoma “reclamará al Gobierno de España”, esplicaba.
    La realidad, tal y como ha dicho recientemente el director general de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, Antonio Luengo, es que por la región discurren siete grandes cuencas, todas las de la geografía española salvo la del Miño, una “enorme gestión unida a una realidad que nos preocupa: el cambio climático, que ha venido para quedarse y que se ha evidenciado en el último año con una sequía intensa”.

 

El informe que avala los argumentos de la Junta

El informe ‘La trama del agua en la cuenca del Segura, 10 años después’ publicado por Greenpeace ponía de manifiesto que la Región de Murcia podría ser autosuficiente usando agua subterránea y no necesitar el trasvase Tajo-Segura, de tal forma que este podría cerrar en tres años. Durante su presentación, el portavoz de Greenpeace, Julio Barea, acompañado por el hidrogeólogo, Francisco Turrión, y el agricultor, Pedro Morales, explicaban que “nos hicieron creer que la única agua accesible en Murcia es la fluvial”, sin contar los datos de agua subterránea que se depositan al mar y que se podrían utilizar.
    Además, denunciaba que “el plan de la cuenca del Segura oculta entre 500 y 800 hectómetros cúbicos de agua y podría tener un superávit de 200 hectómetros cúbicos al año”, y recordaba que en el anterior informe que hizo Greenpeace ya se decía que la cuenca del Segura “no era deficitaria”. El portavoz de Greenpeace insistía en que el trasvase Tajo-Segura fue una obra con “intereses económicos ocultos”, ya que “no era necesaria”. También denunciaba que en el año 2007 ya se reconocía que había más de 6.000 hectáreas ilegales de regadío”, que a día de hoy se siguen haciendo, mientras que los pequeños agricultores están siendo amenazados y coartados.
    Incluso, exponían que muchos de ellos aseguraban que “de seguir así la situación, se van a ver obligados a dejar su explotación agrícola ancestral porque “no tienen un acceso al agua fácil o barato, mientras que estás grandes empresas sí lo tienen”. Por ello, recalcaba que la cuenca del Segura es autosuficiente, “no tiene ningún déficit de agua e incluso existe un superávit de hasta 200 hectómetros cúbicos todos los años”.
    Entonces, la consejera de Fomento agradeció al colectivo el trabajo realizado con ese informe. La consejera reiteraba que “nosotros nunca nos hemos negado a ser solidarios y Castilla-La Mancha siempre lo ha sido en materia de agua, el problema es que ya no la hay, el Tajo ya no aguanta más”. Únicamente manifestaba su discrepancia en el hipotético fin del trasvase en un plazo de tres años. “Tenemos claro que no va a poder finalizar en tres años, porque no hay agua. Nuestra idea es que el trasvase sea cero y lo sea desde ya, como hemos dicho siempre que hemos alzado la voz y como se lo hemos trasladado al Ministerio”.