El historiador Álvarez Junco sostiene que sólo las elites saldrían favorecidas de "una solución nacionalista"
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
El historiador José Álvarez Junco afirmó hoy que sólo ciertas elites saldrían favorecidas en una "solución nacionalista", por lo que dijo no comprender que el ciudadano "no se haya cansado" ya del discurso soberanista. En opinión del experto, estos movimientos son "homogenizadores", y arrastran al territorio a contemplar una única "forma de ser y de expresarse".
Así se manifestó Álvarez Junco durante los Cursos de Verano 2008 de la Universidad Complutense de Madrid en El Escorial, donde impartió la ponencia 'Soberanía e identidades políticas', e ironizó con que, con el triunfo de los movimientos nacionalistas "aquellos que ahora son alcaldes, pasarían a ser Jefes de Estado", para explicar los beneficios que lograrían las elites.
El especialista avisó de que la "estela" de los regionalismos avanza sobre una única forma cultural, y agregó que las naciones son "una creación humana", acorde con la estructura política y las fronteras, determinadas por "cada cual". "España es una creación cultural, histórica y que cambiará de forma de ser", señaló, para resaltar que, como historiador, asegura que nuestro país "no existirá en 3.000 años, como tampoco lo harán Cataluña y el País Vasco", momento en el que despertó las risas de los alumnos.
Cuestionado sobre el valor de la 'identidad', el historiador explicó que esta noción es "importante cuando se liga a ella la obtención de derechos". En este punto, manifestó que, aunque España ha ido "bastante bien" durante estos últimos años, sigue existiendo "un malestar" debido a que "los discursos se siguen planteando en términos de colectividades" y a que "no se negocian cuotas de bienestar".
A su entender, se vende un "discurso solidario", en el que se valora lo colectivo, mientras que la esfera individual se vincula con el egoísmo, algo que el público "acepta, sin tener en cuenta que, en realidad, somos una sociedad individualista".
REFERENDUM DE IBARRETXE.
Durante su exposición, el catedrático de la Universidad Complutense, ganador del Premio Nacional de Ensayo 2002 por su obra 'Mater Dolorosa', cuestionó el resultado de un hipotético referéndum para decidir el futuro del País Vasco. Recordando la Ley de Consulta planteada por el lehendakari Juan José Ibarretxe, se preguntó a quien habría que pedir opinión: a los ciudadanos de las tres provincias vascas, también a los navarros, o incluso, si habría que sumar la de algunos residentes en el país galo.
Así, matizó que la decisión vendrá determinada por el público consultado. "Si decidimos cual va a ser el sujeto que exprese su voluntad, determinamos de antemano el carácter de la consulta", aseveró, después de explicar que "si la decisión la toman los españoles, saldrá un 'no' a la independencia, y si la toman sólo los vascos, puede salir que 'sí'".
En este marco, insistió en que la nación, al defender la comunidad por sí misma, puede tomar una decisión que "coarte la libertad individual" del ciudadano. "Los derechos colectivos entran en colisión con los individuales", sentenció.
Por último, el experto relató que los nacionalismos periféricos "inesperadamente resurgieron" en España, en un momento en el que "eran desprestigiados" en el resto de Europa. "No fueron las luchas obreras ni estudiantiles las que más problemas plantearon al franquismo en sus últimos meses de vida, sino la adscripción a identidades culturales y las exigencias de los derechos colectivos", indicó, antes de añadir que la Iglesia también constituyó "el grano que le salió a la dictadura durante sus últimos 15 años".
El especialista avisó de que la "estela" de los regionalismos avanza sobre una única forma cultural, y agregó que las naciones son "una creación humana", acorde con la estructura política y las fronteras, determinadas por "cada cual". "España es una creación cultural, histórica y que cambiará de forma de ser", señaló, para resaltar que, como historiador, asegura que nuestro país "no existirá en 3.000 años, como tampoco lo harán Cataluña y el País Vasco", momento en el que despertó las risas de los alumnos.
Cuestionado sobre el valor de la 'identidad', el historiador explicó que esta noción es "importante cuando se liga a ella la obtención de derechos". En este punto, manifestó que, aunque España ha ido "bastante bien" durante estos últimos años, sigue existiendo "un malestar" debido a que "los discursos se siguen planteando en términos de colectividades" y a que "no se negocian cuotas de bienestar".
A su entender, se vende un "discurso solidario", en el que se valora lo colectivo, mientras que la esfera individual se vincula con el egoísmo, algo que el público "acepta, sin tener en cuenta que, en realidad, somos una sociedad individualista".
REFERENDUM DE IBARRETXE.
Durante su exposición, el catedrático de la Universidad Complutense, ganador del Premio Nacional de Ensayo 2002 por su obra 'Mater Dolorosa', cuestionó el resultado de un hipotético referéndum para decidir el futuro del País Vasco. Recordando la Ley de Consulta planteada por el lehendakari Juan José Ibarretxe, se preguntó a quien habría que pedir opinión: a los ciudadanos de las tres provincias vascas, también a los navarros, o incluso, si habría que sumar la de algunos residentes en el país galo.
Así, matizó que la decisión vendrá determinada por el público consultado. "Si decidimos cual va a ser el sujeto que exprese su voluntad, determinamos de antemano el carácter de la consulta", aseveró, después de explicar que "si la decisión la toman los españoles, saldrá un 'no' a la independencia, y si la toman sólo los vascos, puede salir que 'sí'".
En este marco, insistió en que la nación, al defender la comunidad por sí misma, puede tomar una decisión que "coarte la libertad individual" del ciudadano. "Los derechos colectivos entran en colisión con los individuales", sentenció.
Por último, el experto relató que los nacionalismos periféricos "inesperadamente resurgieron" en España, en un momento en el que "eran desprestigiados" en el resto de Europa. "No fueron las luchas obreras ni estudiantiles las que más problemas plantearon al franquismo en sus últimos meses de vida, sino la adscripción a identidades culturales y las exigencias de los derechos colectivos", indicó, antes de añadir que la Iglesia también constituyó "el grano que le salió a la dictadura durante sus últimos 15 años".