El jefe negociador palestino anuncia el reinicio oficial del diálogo de paz con Israel
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
La ONU denuncia el déficit energético en Gaza por el embargo y los ataques israelíes
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió ayer contra este formato de negociaciones, al asegurar que la paz con los palestinos será imposible si no consigue hablar cara a cara con sus representantes en lugar de emplear a Mitchell como mensajero.
La paz no se firma desde lejos, afirmó el primer ministro al inicio de la reunión semanal del Consejo de Ministros israelí de ayer. No podemos alcanzar acuerdos sin estar sentados en la misma habitación, declaró Netanyahu, quien indicó que cualquier tipo de conversación indirecta con los palestinos debe desembocar en una nueva fase de encuentros cara a cara.
Las negociaciones deberán ser realizadas sin precondiciones, pero deben dar paso, lo antes posible, a conversaciones directas. No podemos adoptar decisiones sobre aspectos críticos, como el de la seguridad, sin estar sentados en la misma habitación, manifestó, en comentarios recogidos por el diario israelí Yedioth Aharonoth.
Déficit energético
Naciones Unidas recuerda, un año más, el deterioro del suministro energético en la Franja de Gaza con el especial agravante de la reciente limitación de la única planta eléctrica de la zona, que en menos de seis meses ha visto restringida su capacidad a la mitad de lo que producía antes de enero de este año, y que desemboca en cortes y apagones de entre ocho y doce horas al día para todos los palestinos, exceptuando los que viven en el paso de Rafá, frontera con Egipto, restricciones que incrementan las ya de por sí difíciles condiciones de vida en Gaza e interrumpen todos los aspectos de la vida diaria.
Durante los tres primeros meses de 2010, al menos 17 personas --seis de ellas, niños-- han perdido la vida por el mal uso o defectos de fabricación en los generadores portátiles a los que suelen recurrir en el mercado negro, y de los que han terminado dependiendo numerosos hospitales de la región para desarrollar operaciones quirúrgicas. Ni siquiera los generadores de emergencia de los que disponen funcionan adecuadamente por culpa de las restricciones de las autoridades israelíes. La electricidad es un elemento imprescindible en el proceso de depuración de residuos y en el sistema de alcantarillado, así como en el entorno educativo: el suministro de agua potable se ve seriamente restringido y las escuelas no reciben electricidad. La agricultura es el último sector afectado: la electricidad es un elemento imprescindible en los sistemas de irrigación y de producción mecanizada de alimentos. La falta de suministro dificulta enormemente la llegada de comida a los residentes de la Franja.
Cronología de un embargo
Las restricciones de electricidad en Gaza datan de junio de 2006 cuando, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el Ejército israelí bombardea la totalidad de los seis transformadores eléctricos en la Planta Energética de Gaza. La planta reanudó su actividad cinco meses después, pero con su capacidad restringida a la mitad: 65 MW frente a los 140 que generaba antes del bombardeo. El embargo dictado por Israel en junio de 2007 tras la toma de poder del movimiento islamista Hamás sólo terminó restringiendo aún más la capacidad de la planta ya que el acceso a piezas de reparación, equipo y materias primas se vio aún más restringido que de costumbre.
Esta restricción se ha incrementado desde enero de 2010, al expirar el subsidio directo de la Comisión Europea para la adquisición de combustible. Es el golpe de gracia: desde entonces, la planta ha cerrado en dos ocasiones por problemas técnicos y, cuando funciona, sólo opera con una turbina, por lo que su capacidad de suministro se ve reducida apenas a 30MW, un tercio de sus posibilidades. Para mitigar las habituales penurias causadas por los cortes eléctricos, especialmente por la noche, aquellos que se lo pueden permitir compran generadores portátiles de emergencia, explica la OCHA.
Sin embargo, nadie garantiza su buen funcionamiento y cualquier fallo puede comportar graves problemas para la salud, e incluso la muerte. Estos generadores, importados en su mayoría a través de los túneles bajo la frontera de Gaza con Egipto, pueden ser inseguros, en especial cuando son empleados de manera incorrecta. Se tiene constancia de accidentes a causa del uso negligente, envenenamiento por monóxido de carbono, e incendios y explosiones que tienen lugar cuando los usuarios intentan rellenarlos con gasolina a la luz de las velas.
Naciones Unidas recuerda que al menos 17 personas han muerto durante los primeros tres meses de 2010 por estas causas, entre ellas seis niños, fallecidos por respirar gases tóxicos y por incendio desatado durante el reabastecimiento de un generador. Por otra parte, el sistema de alcantarillado y, en general, las condiciones higiénicas en la Franja de Gaza, se ven severamente afectadas por los cortes del suministro.
Las negociaciones deberán ser realizadas sin precondiciones, pero deben dar paso, lo antes posible, a conversaciones directas. No podemos adoptar decisiones sobre aspectos críticos, como el de la seguridad, sin estar sentados en la misma habitación, manifestó, en comentarios recogidos por el diario israelí Yedioth Aharonoth.
Déficit energético
Naciones Unidas recuerda, un año más, el deterioro del suministro energético en la Franja de Gaza con el especial agravante de la reciente limitación de la única planta eléctrica de la zona, que en menos de seis meses ha visto restringida su capacidad a la mitad de lo que producía antes de enero de este año, y que desemboca en cortes y apagones de entre ocho y doce horas al día para todos los palestinos, exceptuando los que viven en el paso de Rafá, frontera con Egipto, restricciones que incrementan las ya de por sí difíciles condiciones de vida en Gaza e interrumpen todos los aspectos de la vida diaria.
Durante los tres primeros meses de 2010, al menos 17 personas --seis de ellas, niños-- han perdido la vida por el mal uso o defectos de fabricación en los generadores portátiles a los que suelen recurrir en el mercado negro, y de los que han terminado dependiendo numerosos hospitales de la región para desarrollar operaciones quirúrgicas. Ni siquiera los generadores de emergencia de los que disponen funcionan adecuadamente por culpa de las restricciones de las autoridades israelíes. La electricidad es un elemento imprescindible en el proceso de depuración de residuos y en el sistema de alcantarillado, así como en el entorno educativo: el suministro de agua potable se ve seriamente restringido y las escuelas no reciben electricidad. La agricultura es el último sector afectado: la electricidad es un elemento imprescindible en los sistemas de irrigación y de producción mecanizada de alimentos. La falta de suministro dificulta enormemente la llegada de comida a los residentes de la Franja.
Cronología de un embargo
Las restricciones de electricidad en Gaza datan de junio de 2006 cuando, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el Ejército israelí bombardea la totalidad de los seis transformadores eléctricos en la Planta Energética de Gaza. La planta reanudó su actividad cinco meses después, pero con su capacidad restringida a la mitad: 65 MW frente a los 140 que generaba antes del bombardeo. El embargo dictado por Israel en junio de 2007 tras la toma de poder del movimiento islamista Hamás sólo terminó restringiendo aún más la capacidad de la planta ya que el acceso a piezas de reparación, equipo y materias primas se vio aún más restringido que de costumbre.
Esta restricción se ha incrementado desde enero de 2010, al expirar el subsidio directo de la Comisión Europea para la adquisición de combustible. Es el golpe de gracia: desde entonces, la planta ha cerrado en dos ocasiones por problemas técnicos y, cuando funciona, sólo opera con una turbina, por lo que su capacidad de suministro se ve reducida apenas a 30MW, un tercio de sus posibilidades. Para mitigar las habituales penurias causadas por los cortes eléctricos, especialmente por la noche, aquellos que se lo pueden permitir compran generadores portátiles de emergencia, explica la OCHA.
Sin embargo, nadie garantiza su buen funcionamiento y cualquier fallo puede comportar graves problemas para la salud, e incluso la muerte. Estos generadores, importados en su mayoría a través de los túneles bajo la frontera de Gaza con Egipto, pueden ser inseguros, en especial cuando son empleados de manera incorrecta. Se tiene constancia de accidentes a causa del uso negligente, envenenamiento por monóxido de carbono, e incendios y explosiones que tienen lugar cuando los usuarios intentan rellenarlos con gasolina a la luz de las velas.
Naciones Unidas recuerda que al menos 17 personas han muerto durante los primeros tres meses de 2010 por estas causas, entre ellas seis niños, fallecidos por respirar gases tóxicos y por incendio desatado durante el reabastecimiento de un generador. Por otra parte, el sistema de alcantarillado y, en general, las condiciones higiénicas en la Franja de Gaza, se ven severamente afectadas por los cortes del suministro.