El Marchamalo olvida los errores pasados
El miedo a perder causó una vez más estragos en La Solana. Otra jornada más el Marchamalo ganaba 2-0, otra vez el equipo rival empató el partido. Sin embargo, en esta jornada, el desenlace final cambió. Los de Nito Alonso doblegaban a falta de cuatro minutos para la conclusión al Ciudad Real. Una victoria con la que los gallardos dan carpetazo a los fantasmas generados por aquella igualada in extremis del Talavera de la Reina en el último partido disputado en su feudo.
Tras los primeros diez minutos, el partido parecía tener un guión más que claro: el Marchamalo dominaría la medular y generaría numerosas ocasiones de gol para cerrar el encuentro antes del descanso. El problema, que el guión se realizó a medias tintas. Y es que, los verdillos solo consiguieron una renta de dos goles en los primeros 45 minutos.
Durante ese momento, los locales se habían beneficiado de los cinco defensas que dispuso Alberto Parras, entrenador ciudarrealeño, y que ofrecían al Marchamalo un abanico de posibilidades en el centro del campo. Así las cosas, las ocasiones no tardaron en llegar. Avisó Dani Cabanillas en un contragolpe en el que la zaga visitante estuvo muy lenta, pero fue Palencia el que abrió la lata no sin antes estallar un balón en el poste. El centrocampista, literalmente solo en el corazón del área, cabeceó al fondo de las mallas un córner botado por Rafa Espada. Siete minutos después, el propio Dani Cabanillas rubricaba la ventaja después de un control portentoso dentro de la zona de castigo y de dejar en la estacada al portero manchego.
La superioridad gallarda era tal que se preveía goleada en La Solana. Sin embargo, Parras rectificó, deshizo el entuerto de los cinco zagueros y acomodó a sus jugadores a lo que están más acostumbrados a jugar. Fue entonces cuando los visitantes dispusieron de más posesión y cuando se dieron cuenta de que la única forma posible de hacer daño a su rival era a balón parado. Y así, en dos jugadas prácticamente calcadas, Ramos y Campos empataban el choque ante el estupor general.
La psicosis se volvía a producir, pero ayer el Marchamalo contaba con los 20 minutos extra con los que no contó el día del Talavera para ganar el partido y fue a por él descaradamente con Palencia como principal protagonista. Pero ayer el papel protagonista de la obra no iba a ser el medio centro, ayer Dani Cabanillas tenía reservada la gloria y no dudó en alcanzarla. Centro medido al segundo palo de un Pajares que 30 segundos antes estaba haciendo exactamente lo mismo con Miguel Pérez como destinatario de su asistencia y el delantero cabecea a placer.
Faltaban cuatro minutos para la conclusión del partido y los tres puntos se iban a quedar en La Solana, aunque no sin padecer un último susto. Jugada trastabillada del cuadro visitante, con el Marchamalo achicando agua como podía, que finalizó con un balón raso al primer palo que Jesute no fue capaz de embocar a portería.