El mexicano Rodrigo Plá regresa a la Seminci con Desierto adentro
01/10/2010 - 09:45
La presencia del cine latinoamericano en la Semana Internacional de Cine es una de las características de la 53 edición. Un año después de presentar La zona, el director mexicano nacido en Uruguay Rodrigo Plá vuelve a la Seminci con Desierto adentro, con la que aspira a la Espiga de Oro.
En esta ocasión, Plá presenta un impactante largometraje sobre las terribles consecuencias que puede provocar el fanatismo religioso, aunque el título es una metáfora de otros radicalismos peligrosos. El relato tiene como protagonista a Elías, que ha cometido un gran pecado contra Dios y está convencido de que caerá sobre sus hijos la condena de una muerte prematura. Su deseo es evitar el temible castigo y, en consecuencia, dedicará su vida a construir una iglesia para lograr el perdón divino. La historia se narra a través de la mirada de Aureliano, el hijo más joven y vulnerable, que retrata la saga familiar en retablos religiosos.
A través del comportamiento de Elías explica su autor-, de la culpa que domina su existencia y la de los hijos, pueden verse los efectos destructivos de una idea cuando se erige como única, cuando no hay espacio para la duda o la disidencia, expone Rodrigo Plá, para quien las consecuencias de un pensamiento totalitario cuando se impone por la fuerza, sea física o psicológica, pueden ser muy trágicas. Por su parte, Ezio Massa debutó como director cuando sólo tenía 18 años con un título basado en un cuento de Borges, Malevo, y en la actualidad prepara dos nuevos largometrajes, uno de terror y otro de humor negro. Actores no profesionales, nacidos en el mismo barrio para así transmitir una mayor credibilidad, participan en Villa, producción ambientada en el 2002, en Argentina. Comienza el Mundial Corea-Japón y tres amigos que viven en la Villa 21 siguen el partido inaugural a través de la vidriera de una pizzería en Retiro. Cuando les echan del local, los tres amigos hacen la promesa de que,
cueste lo que cueste, van a ver en una televisión en color el primer partido de la sección albiceleste, que se celebra dentro de dos días. A partir de ese momento, cada uno de ellos llevará a cabo un plan para concretar el pacto, desencadenando consecuencias irreversibles para su amistad.
Massa utiliza el fútbol como pretexto para abordar un tema de mayor profundidad, aunque el realizador argentino es consciente de que en Buenos Aires el fútbol es el eje de la vida. Recuerda que en la capital de su país un suplemento deportivo puede tener 18 páginas de fútbol y dos del resto de deportes. La prueba más reciente ha sido la designación de Maradona como entrenador de la selección nacional, un acontecimiento que ha dejado la crisis económica en un segundo plano, al menos durante una jornada. Adentro se encuentra el barrio, que crece cada día más y convive en una suerte de paz armada A pesar de los muy extendidos prejuicios, la realidad es que la mayoría de sus habitantes son gente trabajadora, que debe pelear día a día para evitar la discriminación y lograr salir adelante, subraya.
De Franco a Gasol
Y de la ficción al documental en Tiempo de Historia, un ciclo patrocinado por el diario El Norte de Castilla. Varios ejemplos ilustran la dimensión de esta sección. Arropiero, el vagabundo de la muerte, dirigido por el barcelonés Carles Balagué, se sumerge durante ochenta minutos en la vida de Manuel Delgado Villegas, el mayor asesino en serie de la historia de España.
Vagabundo errático que vivía de vender su sangre, confesó 48 crímenes, pero la policía sólo pudo investigar 22 y probar su participación en 7, algunos cometidos en Italia y Francia. La justicia, la policía y los psiquiatras, incapaces de diferir semejante nivel de animalidad, deciden internarlo de por vida y lo marginan junto a su sumario.
A través del comportamiento de Elías explica su autor-, de la culpa que domina su existencia y la de los hijos, pueden verse los efectos destructivos de una idea cuando se erige como única, cuando no hay espacio para la duda o la disidencia, expone Rodrigo Plá, para quien las consecuencias de un pensamiento totalitario cuando se impone por la fuerza, sea física o psicológica, pueden ser muy trágicas. Por su parte, Ezio Massa debutó como director cuando sólo tenía 18 años con un título basado en un cuento de Borges, Malevo, y en la actualidad prepara dos nuevos largometrajes, uno de terror y otro de humor negro. Actores no profesionales, nacidos en el mismo barrio para así transmitir una mayor credibilidad, participan en Villa, producción ambientada en el 2002, en Argentina. Comienza el Mundial Corea-Japón y tres amigos que viven en la Villa 21 siguen el partido inaugural a través de la vidriera de una pizzería en Retiro. Cuando les echan del local, los tres amigos hacen la promesa de que,
cueste lo que cueste, van a ver en una televisión en color el primer partido de la sección albiceleste, que se celebra dentro de dos días. A partir de ese momento, cada uno de ellos llevará a cabo un plan para concretar el pacto, desencadenando consecuencias irreversibles para su amistad.
Massa utiliza el fútbol como pretexto para abordar un tema de mayor profundidad, aunque el realizador argentino es consciente de que en Buenos Aires el fútbol es el eje de la vida. Recuerda que en la capital de su país un suplemento deportivo puede tener 18 páginas de fútbol y dos del resto de deportes. La prueba más reciente ha sido la designación de Maradona como entrenador de la selección nacional, un acontecimiento que ha dejado la crisis económica en un segundo plano, al menos durante una jornada. Adentro se encuentra el barrio, que crece cada día más y convive en una suerte de paz armada A pesar de los muy extendidos prejuicios, la realidad es que la mayoría de sus habitantes son gente trabajadora, que debe pelear día a día para evitar la discriminación y lograr salir adelante, subraya.
De Franco a Gasol
Y de la ficción al documental en Tiempo de Historia, un ciclo patrocinado por el diario El Norte de Castilla. Varios ejemplos ilustran la dimensión de esta sección. Arropiero, el vagabundo de la muerte, dirigido por el barcelonés Carles Balagué, se sumerge durante ochenta minutos en la vida de Manuel Delgado Villegas, el mayor asesino en serie de la historia de España.
Vagabundo errático que vivía de vender su sangre, confesó 48 crímenes, pero la policía sólo pudo investigar 22 y probar su participación en 7, algunos cometidos en Italia y Francia. La justicia, la policía y los psiquiatras, incapaces de diferir semejante nivel de animalidad, deciden internarlo de por vida y lo marginan junto a su sumario.