El misterio de los botargas y las mascaritas se desata en Almiruete

05/03/2011 - 19:45 D. Pizarro

 
Centenares de personas se amontonaron este sábado por las calles de Almiruete, un pueblo que lucía aún más bello gracias a los retazos de nieve, caída el día anterior y que se resistían a abandonar los campos y los tejados. Antes de la hora prevista para la salida de los botargas, decenas de coches aparecían aparcados en la carretera de acceso al municipio, a donde también habían llegado algunos autobuses con visitantes.
Pero los 15 botargas fueron muy puntuales, y hasta que no dieron las 16.00 horas no bajaron del monte al toque de cuerno, una señal que esperaban ansiosos los centenares de personas que poblaban las angostas calles del municipio. Pero la hora había llegado, y ya no había marcha atrás. Los cencerros resonaban y resonaban por todo el pueblo, como un eco que se mantenía durante minutos, lo que facilitaba que los más pequeños corrieran de una esquina a otra para no perderse ninguno de los sustos de los botargas, que volvieron a sorprender por lo pintoresco de sus atuendos, pero sobre todo por unas máscaras que no dejaron indiferente a nadie. La esquina de la iglesia fue una de las más pobladas, aunque el momento central del paseo en solitario de los botargas se produjo en la plazoleta del centro cultural, que recorrieron varias veces para deleitar a todo el personal. Entre ellos destacaban numerosos montañeros y senderistas desplazados hasta esta pedanía de Tamajón para disfrutar de su entorno natural, muchos de los cuales se habían encontrado casualmente con la celebración de esta fiesta de Interés Turístico Provincial, que entronca directamente con las ancestrales fiestas carnavalescas.