El Museo Diocesano de Guadalajara reabre sus puertas tras el parón invernal
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Tras un breve paréntesis invernal, el Museo Diocesano de Sigüenza abre de nuevo las puertas a los visitantes. Su exposición permanente está compuesta por una amplia colección de obras de arte procedentes de toda la provincia, en su mayor parte de temática religiosa, pero también objetos prehistóricos, arqueológicos, orfebrería, documentos y textiles; una propuesta que nos lleva desde los orígenes de la humanidad hasta los inicios del pasado siglo XX.
Se trata de una parte del rico patrimonio histórico y cultural adquirido y conservado por las comunidades parroquiales y otras instituciones religiosas que la Diócesis pone a disposición de los visitantes en la localidad de Sigüenza.
La tabla que ahora presenta al visitante como pieza del mes es un Calvario. El autor representa en pintura sobre tabla a Cristo en el momento de su muerte; pendiente de la Cruz deja caer su rostro sobre el hombro derecho, con el fondo de un paisaje que incluye una ciudad. Le acompañan, según nos dice el evangelio de San Juan al narrar al Pasión del Señor, su madre, María, vestida con túnica rosa, gran manto azul de bellos pliegues y velo blanco que recoge con su mano izquierda mientras extiende hacia abajo la derecha completando así el gesto de dolor contenido de su rostro; y San Juan, vestido de túnica de color castaño claro y amplio manto rojo, representado con gran plasticidad, adelanta su pierna izquierda mientras sostiene con sus manos un libro cerrado, en una composición de gran movilidad que le hace elevar su mirada hacia el rostro del Crucificado que exhala su último aliento.
Esta pintura sobre tabla, de finales del siglo XV o primer tercio del XVI, presenta algunas relaciones con Fernando Gallegos, pintor de la escuela hispano-flamenca, aunque se aproxima más a la obra de Pedro Cisneros, pintor y escultor discípulo de la escuela de Toledo fundada por Juan de Borgoña.
La pieza procede de El Sotillo, donde debió ocupar el altillo de algún retablo, del que sólo ha quedado esta magnífica tabla, que quedará expuesta al público desde el 7 de marzo hasta el 15 de abril.
La tabla que ahora presenta al visitante como pieza del mes es un Calvario. El autor representa en pintura sobre tabla a Cristo en el momento de su muerte; pendiente de la Cruz deja caer su rostro sobre el hombro derecho, con el fondo de un paisaje que incluye una ciudad. Le acompañan, según nos dice el evangelio de San Juan al narrar al Pasión del Señor, su madre, María, vestida con túnica rosa, gran manto azul de bellos pliegues y velo blanco que recoge con su mano izquierda mientras extiende hacia abajo la derecha completando así el gesto de dolor contenido de su rostro; y San Juan, vestido de túnica de color castaño claro y amplio manto rojo, representado con gran plasticidad, adelanta su pierna izquierda mientras sostiene con sus manos un libro cerrado, en una composición de gran movilidad que le hace elevar su mirada hacia el rostro del Crucificado que exhala su último aliento.
Esta pintura sobre tabla, de finales del siglo XV o primer tercio del XVI, presenta algunas relaciones con Fernando Gallegos, pintor de la escuela hispano-flamenca, aunque se aproxima más a la obra de Pedro Cisneros, pintor y escultor discípulo de la escuela de Toledo fundada por Juan de Borgoña.
La pieza procede de El Sotillo, donde debió ocupar el altillo de algún retablo, del que sólo ha quedado esta magnífica tabla, que quedará expuesta al público desde el 7 de marzo hasta el 15 de abril.