El nuevo Gobierno kirguís inicia un mandato de seis meses para “construir la democracia”

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
Las fuerzas de la oposición kirguís han derrocado al presidente Kurmanbek Bakiyev, han disuelto el Parlamento y han constituido un denominado “Gobierno de Confianza Popular” cuyo mandato será de seis meses y cuya principal misión será elaborar una nueva Constitución y convocar elecciones. El nuevo gobierno, surgido después de dos días de enfrentamientos en todo el país que han causado al menos 75 muertos y más de mil heridos, se ha comprometido a respetar el acuerdo con Estados Unidos sobre el uso de la estratégica base aérea de Manas.
La autoproclamada presidenta del nuevo Gobierno interino, la ex ministra Roza Otunbayeva, anunció este jueves ante la prensa que asumiría plenos poderes presidenciales y gubernamentales y que su Gobierno tiene previsto “emitir un decreto para devolver al Estado numerosos activos que fueron privatizados ilegalmente de forma gratuita”, en referencia expresa a las empresas eléctricas Severelectro y Vostokelectro, desestatalizadas por Bakiyev. “El pueblo de Kirguistán quiere construir la democracia”, declaró en un encuentro anterior con los periodistas. “Lo que hicimos ayer fue nuestra respuesta a la represión y a la tiranía contra el pueblo por parte del régimen de Bakiyev”, añadió. “Pueden llamarlo revolución, pueden llamarlo revuelta popular, da igual, ésta es nuestra forma de decir que queremos justicia y democracia”, manifestó.
Asimismo, Otunbayeva --antigua ministra de Asuntos Exteriores-- ha exigido la dimisión de Bakiyev, a quien ayudó a subir al poder hace justamente cinco años durante la llamada ‘Revolución de los Tulipanes’, a costa del entonces presidente Askar Akayev. Según la nueva dirigente, el ex presidente se ha hecho fuerte en su feudo natal, Jalalabad, en el sur, donde intenta aglutinar a sus partidarios para defender sus derechos. Por su parte, el embajador kirguís en Moscú, Raimkul Attakurov, declaró hoy que el todavía presidente no ha hecho, de momento, ninguna mención sobre su posible dimisión pero tiene intención de dirigirse a la nación “lo antes posible”.Bishkek fue escenario ayer de fuertes enfrentamientos entre manifestantes antigubernamentales y fuerzas de seguridad, en los que murieron al menos 75 personas. Los disturbios comenzaron el martes en la localidad de Talas, en el noroeste, donde cientos de manifestantes ocuparon la sede del gobierno regional y retuvieron durante unas pocas horas al gobernador local.
El punto de no retorno se alcanzó el miércoles, cuando miles de opositores irrumpieron en el Parlamento, cercaron la sede de la Presidencia en Bishkek, asaltaron la oficina del fiscal general y tomaron el control del canal de televisión estatal KTR. Posteriormente, la multitud se apoderó de la Casa Blanca, principal sede del Gobierno, e incendió y saqueó numerosas salas de este edificio de siete plantas. Al menos una decena de soldados gubernamentales abrieron fuego con armas automáticas contra la multitud y en el centro de la capital se produjeron intensos enfrentamientos con armas de fuego y se oyeron explosiones. Aparte, los manifestantes asaltaron edificios gubernamentales en otras tres ciudades. En Talas, el primer viceprimer ministro, Aklybek Japarov, y el ministro del Interior, Moldomusa Kongantiyev, recibieron una paliza y resultaron gravemente heridos. El ministro del Interior fue obligado a gritar “¡Abajo Bakiyev!”. Ante el aumento de la tensión, el Gobierno y la oposición se reunieron ayer por la noche en la sede de la Presidencia para negociar una solución. Durante la reunión, el primer ministro, Daniyar Usenov, anunció que renunciaba al poder en nombre de todo el Gabinete e informó de que la oposición había formado un “Gobierno de Confianza Popular” encabezado por Otunbayeva.

Asimismo, Roza Otunbayeva precisó que Bakiyev había regresado a Jalalabad para movilizar a sus partidarios y defender sus intereses. “Queremos negociar su dimisión”, declaró. “Su tarea ha concluido”, añadió. “Las personas que murieron ayer son víctimas de su régimen”, aseveró.

Otunbayeva, de 59 años, nació en la ciudad de Osh, en el sur del país. Licenciada por la facultad de Filosofía de la Universidad de Moscú, fue la primera representante diplomática de Kirguistán en Londres y una de las principales figuras de la revuelta popular de 2005 que acabó con el primer presidente del país posterior a la caída de la URSS, Askar Akayev. Aquella revuelta, a la que ella misma se refiere como la ‘Revolución de los Tulipanes’ y que, a su juicio, fue una lucha del pueblo contra la corrupción de los gobernantes, permitió la llegada al poder de Kurmanbek Bakiyev.

LA BASE DE MANAS

En la misma rueda de prensa, la nueva dirigente interina del país aseguró que respetaría el acuerdo firmado con Estados Unidos para la utilización de la base aérea de la ciudad kirguís de Manas, un punto estratégico en el suministro a las tropas destinadas en Afganistán. “Su estatus se mantendrá”, aunque “tenemos algunas dudas al respecto”, afirmó. “Dennos tiempo, escucharemos a todas las partes y solucionaremos todo”, agregó.

El portavoz de la fuerza de la OTAN en Afganistán, el teniente coronel Tadd Sholtis, aseguró hoy que los vuelos de suministro a las operaciones de la OTAN en Afganistán procedentes de la base de Manas habían sido suspendidos temporalmente, pero precisó que los disturbios internos de Kirguistán no habían afectado seriamente a las operaciones militares afganas. Por su parte, una portavoz de la Embajada de Estados Unidos en Bishkek aseguró que la base seguía operativa y que no se preveían cambios al respecto.

Estados Unidos gestiona la base de Manas, uno de los principales centros logísticos regionales de apoyo a las operaciones en Afganistán. Washington es uno de los principales donantes a Kirguistán, junto a China y Rusia, que también disponen de bases militares en este país.

Precisamente, el Gobierno ruso ha sido el primero en reconocer, de hecho, al nuevo régimen kirguís. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, se entrevistó esta mañana telefónicamente con Otunbayeva, ante la cual se comprometió a prestar a Kirguistán la “necesaria ayuda humanitaria” considerando “el carácter especial” de las relaciones bilaterales, según informó este jueves el portavoz del jefe del Ejecutivo ruso, Dmitri Peskov, citado por la agencia estatal de noticias rusa, RIA Novosti.

Peskov destacó que Putin había hablado con Otunbayeva “en su calidad de jefa del Gobierno de Confianza Popular”. En la misma entrevista, Otunbayeva aseguró a Putin que el “Gobierno de Confianza Popular” controlaba la situación en el país, así como las Fuerzas Armadas y los cuerpos policiales y de seguridad.