El Palacio de la Cotilla, más cerca de contar con la declaración de Bien de Interés Cultural
El Diario Oficial de Castilla-La Mancha publica este martes la incoación del expediente para declarar BIC el Palacio de los marqueses de Villamejor.
El Palacio de la Cotilla o de los marqueses de Vallamejor está más cerca de convertirse en Bien de Interés Cultural, en la categoría de monumento. El Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) publicará mañana, martes 15 de noviembre, la resolución de la Viceconsejería de Cultura y Deportes por la que se inicia expediente. Así lo ha anunciado la consejera de Educación, Cultura y Deporta, Rosa Ana Rodríguez Pérez, desde el salón chino del palacio.
“Esto es una buena noticia para Guadalajara pero también para la región. Declarar este palacio como BIC significa protegerlo, que tenga una garantía de futuro tal y como nos lo encontramos ahora, pero con esa posibilidad que tenemos que dar a nuestro patrimonio de conservarlo en la esencia en la que fue creado y que no sufra, ni se vea dañado”, ha indicado la consejera.
Bien de Interés Cultural “es una categoría que hará posible que podamos llevar el testigo de la historia a las generaciones que vengan con posterioridad, es una responsabilidad nuestra como Gobierno regional y es una responsabilidad de los gobiernos locales en la medida que ellos también tienen que intervenir en el uso del patrimonio, pero es una responsabilidad de todos y de todas”, ha añadido.
La construcción del palacio conocido popularmente como de la Cotilla data del siglo XVII. En su interior destaca el salón chino, una sala cuyas paredes están totalmente cubiertas por un mural en papel de arroz con imágenes típicas de la vida y sociedad china. Una rareza que sorprende a quien lo contempla y que le otorga un valor excepcional.
Varias salas del palacio se utilizan para impartir clases de las Escuelas de la Cotilla, y en la planta superior se ha habilitado en los últimos años un espacio para recordar al dramaturgo Antonio Buero Vallejo. Entre otras cosas, se expone el despacho que tenía en su domicilio madrileño, con todo el mobiliario y enseres originales como retratos de familiares, una antigua máquina de escribir y su escritorio y butaca donde escribió alguna de sus obras más famosas.
También es sus paredes se pueden observar varias obras del pintor Regino Pradillo.