El periodista Alfonso Rojo habló en la UNED sobre los reporteros de guerra
Alfonso Rojo ha participado en el curso Periodismo, viajes y literatura, impartido en el Centro Asociado de la UNED en Guadalajara, para hacer llegar a los presentes la visión de los corresponsales de guerra, labor que ha desempeñado durante más de treinta años.
A lo largo de su exposición, Rojo ha contado sus experiencias vividas en la guerra civil en Nicaragua (conviviendo, en 1979, con los guerrilleros sandinistas) la Guerra del Golfo, la de Irak o el conflicto armado de Afganistán.
El ponente ha reflejado a los presentes como era su vida diaria en los frentes de guerra. Una vida en la que no siempre había agua corriente o electricidad. Tienes que aprender a convivir sin lo más básico y ver el sufrimiento diario de las personas, por la pérdida de familiares.
El periodista, ahora director de Periodista Digital, ha afirmado que sólo en una ocasión tuvo la sensación de que iba a morir. Fue en Guatemala y lo primero que pensé es por qué me había quedado allí. Más adelante pensaba en que no me desfiguraran y, por último, que fuera una muerte sin dolor.
En cuanto a la labor del periodista, Rojo ha asegurado que lo que le diferencia del resto de la gente es que debe contar lo que ve. En este sentido, ha matizado que lo esencial de la profesión es contar lo que se ha vivido y trasmitirlo a las personas, haciéndolas sentir.
También ha aprovechado para criticar el proceso de formación de los periodistas. Al respecto, ha indicado que tal y como está estructurado el periodismo en España la cosa no va bien.
Rojo ha recordado que hace unos años, el trabajo de los corresponsales era más difícil de desempeñar ya que no existían ni los teléfonos móviles, ni los ordenadores portátiles. Podíamos tardar 40 minutos en mandar una crónica o las fotos las enviábamos con monjas que venían para España.
Para finalizar, el periodista, que ha escrito varios libros, ha puntualizado que no volverá a escribir ninguno más. Rojo ha explicado dicha decisión por la simple razón de que los periodistas conocidos publicamos tantos libros porque a las editoriales les conviene, ya que tienen garantizada la venta de un buen número de ejemplares.