El rehén de Al Qaeda pide a Berlusconi que haga concesiones por su vida
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
El rehén italiano Sergio Cicala, secuestrado junto con su mujer burkinesa Philomene Kabouree por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) el pasado mes de diciembre, ha pedido al primer ministro de su país, Silvio Berlusconi, que intervenga directamente en las negociaciones para salvar su vida, a menos de 24 horas de que expire el ultimátum impuesto por los secuestradores islamistas.
En una cinta de audio divulgada por los secuestradores, Cicala asegura que tanto su liberación como la de su esposa depende de las concesiones que el Gobierno italiano esté dispuesto a hacer entre las que piden los secuestradores. Espero que el Gobierno se interese lo antes posible en nuestra situación, que está relacionada de cerca con nuestras vidas , señala el rehén, en una grabación colgada en una web islamista el pasado 24 de febrero pero que no se ha conocido hasta ayer.
El primer ministro es conocido por su generosidad. Espero que pueda ayudarnos a mí y a mi mujer , afirma Cicala, de 65 años, en el clip de audio, de un minuto de duración, acompañado de una imagen en la que se puede ver al rehén, de rodillas, delante de seis hombres armados que muestran la gran amenaza a la que se tiene que enfrentar cada día. En su mensaje, Cicala habla sin emoción, como si estuviera leyendo un mensaje escrito.
Cicala y su mujer fueron secuestrados el pasado 18 de diciembre en el desierto de Mauritania muy cerca de la frontera con Mali. Sus captores han dado de plazo hasta el 1 de marzo para que se cumplan sus condiciones o de lo contrario amenazan con ejecutar a los dos rehenes.
Según la prensa italiana, el pasado 1 de febrero AQMI había formulado dos condiciones en un encuentro con emisarios del Gobierno italiano: la liberación de cuatro islamistas detenidos en Malí que ya han sido liberados y la liberación de algunos de sus compañeros encarcelados en Mauritania. Esta segunda condición sería la más difícil de cumplir, ya que las autoridades mauritanas se muestran reacias a ceder a estas peticiones, ya que consideran un sacrificio demasiado grande.