El Rey pide a los partidos unidad frente al terrorismo
01/10/2010 - 09:45
Por: COLPISA
Don Juan Carlos reclamó ayer unidad a las fuerzas políticas para acabar con la barbarie terrorista, con sus amenazas y extorsiones, y recordó que este consenso es una obligación para los demócratas y un deber con las víctimas del terrorismo y sus familias. El Rey hizo esta exhortación en su discurso de apertura solemne de la IX Legislatura en el Congreso, en el que también instó a que ese consenso se amplíe a las grandes políticas de Estado, y en concreto a la política económica y a la exterior.
Los Reyes, acompañados de los Príncipes de Asturias, presidieron la solemne sesión de apertura de la legislatura en un Congreso atestado de diputados y senadores. El jefe del Estado, sin citar el clima de discordia del anterior cuatrienio, defendió la conveniencia de un cambio de rumbo y requirió a los parlamentarios que la unidad y la concordia, sin prescindir del necesario debate, sean las características de los diferentes ámbitos de la actividad política. Pidió por ello el máximo tesón de todos los grupos para tejer amplias áreas de entendimiento y consenso, especialmente en las políticas de Estado.
Don Juan Carlos puso especial énfasis en la lucha contra el terrorismo, terreno en el que las diferencias entre los dos partidos mayoritarios han sido abismales. La unidad de todas las fuerzas democráticas para terminar con la barbarie terrorista, con sus amenazas y extorsiones es una de las demandas más unánimes e insistentes del conjunto de la sociedad española, recordó.
Este consenso, insistió el Rey, es una obligación de todos los demócratas, además de un deber frente a las víctimas y sus familias. No se oía ni una mosca en el hemiciclo de la cámara. Y en medio de ese silencio, rindió homenaje con el más emocionado de los recuerdos al ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco, asesinado por ETA el 7 de marzo, así como a los dos ciudadanos ecuatorianos que murieron en el atentado de la T-4 y a los dos guardias civiles tiroteados en Capbreton.
Don Juan Carlos exhortó también a los grupos políticos a trabajar unidos para afrontar las dificultades e incertidumbres de la actual coyuntura económica, ante la que es necesario reaccionar con grandeza, diálogo, cohesión y solidaridad a fin de retomar cuanto antes la dinámica de los altos niveles de crecimiento y bienestar de los últimos años. Ante esta situación, abundó, una España moderna, unida, plural y diversa requiere conciliar intereses y armonizarlos para mantener el impulso de un proyecto que a todos nos sirva y a todos nos haga progresar.
Unión Europea
El tercer eje de los consensos debe centrarse, en palabras del Rey, en la política exterior ya que en esta legislatura, por cuarta vez, España presidirá durante un semestre la Unión Europea, un compromiso que debe servir para renovar el activo compromiso con la integración europea. El interés por el viejo continente, agregó, no puede ser sin embargo excusa para desatender otras áreas, como Iberoameríca, una región a la que la Corona desea seguir volcando toda su cercanía, esfuerzo y dedicación, y sin olvidar tampoco el Mediterráneo, las relaciones transatlánticas, Asia y África.
España, remató, tiene que ser un país cada vez más activo y comprometido en el concierto mundial. Este objetivo, puntualizó el Rey, requiere volcar nuestros mejores esfuerzos en reforzar la presencia exterior de España.
Don Juan Carlos subrayó que, para todas estas tareas, las fuerzas políticas contarán con su permanente apoyo y estímulo. El objetivo, dijo, es alcanzar nuevas cotas de progreso en una España unida y cohesionada, al tiempo que orgullosa de su diversidad, cada vez más justa y solidaria. Sus palabras merecieron una atronadora ovación de los parlamentarios, con la única excepción de los diputados y senadores de Esquerra Republicana de Catalunya.
La política
El presidente del Congreso intervino antes que el jefe del Estado para reivindicar la labor de los políticos en la sociedad. José Bono vio lógico el desapego de los ciudadanos hacia la política si se plantea en exclusiva como una lucha por llegar al poder. Corregir esa impresión, advirtió, requiere renunciar a ese enfoque y tener amplitud de miras. Señaló asimismo que buena parte del prestigio de la política se juega en el lenguaje, que tiene que ser entendido por los ciudadanos y estar alejado de la máxima de que no pudiendo ser profundos, seamos confusos.
Don Juan Carlos puso especial énfasis en la lucha contra el terrorismo, terreno en el que las diferencias entre los dos partidos mayoritarios han sido abismales. La unidad de todas las fuerzas democráticas para terminar con la barbarie terrorista, con sus amenazas y extorsiones es una de las demandas más unánimes e insistentes del conjunto de la sociedad española, recordó.
Este consenso, insistió el Rey, es una obligación de todos los demócratas, además de un deber frente a las víctimas y sus familias. No se oía ni una mosca en el hemiciclo de la cámara. Y en medio de ese silencio, rindió homenaje con el más emocionado de los recuerdos al ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco, asesinado por ETA el 7 de marzo, así como a los dos ciudadanos ecuatorianos que murieron en el atentado de la T-4 y a los dos guardias civiles tiroteados en Capbreton.
Don Juan Carlos exhortó también a los grupos políticos a trabajar unidos para afrontar las dificultades e incertidumbres de la actual coyuntura económica, ante la que es necesario reaccionar con grandeza, diálogo, cohesión y solidaridad a fin de retomar cuanto antes la dinámica de los altos niveles de crecimiento y bienestar de los últimos años. Ante esta situación, abundó, una España moderna, unida, plural y diversa requiere conciliar intereses y armonizarlos para mantener el impulso de un proyecto que a todos nos sirva y a todos nos haga progresar.
Unión Europea
El tercer eje de los consensos debe centrarse, en palabras del Rey, en la política exterior ya que en esta legislatura, por cuarta vez, España presidirá durante un semestre la Unión Europea, un compromiso que debe servir para renovar el activo compromiso con la integración europea. El interés por el viejo continente, agregó, no puede ser sin embargo excusa para desatender otras áreas, como Iberoameríca, una región a la que la Corona desea seguir volcando toda su cercanía, esfuerzo y dedicación, y sin olvidar tampoco el Mediterráneo, las relaciones transatlánticas, Asia y África.
España, remató, tiene que ser un país cada vez más activo y comprometido en el concierto mundial. Este objetivo, puntualizó el Rey, requiere volcar nuestros mejores esfuerzos en reforzar la presencia exterior de España.
Don Juan Carlos subrayó que, para todas estas tareas, las fuerzas políticas contarán con su permanente apoyo y estímulo. El objetivo, dijo, es alcanzar nuevas cotas de progreso en una España unida y cohesionada, al tiempo que orgullosa de su diversidad, cada vez más justa y solidaria. Sus palabras merecieron una atronadora ovación de los parlamentarios, con la única excepción de los diputados y senadores de Esquerra Republicana de Catalunya.
La política
El presidente del Congreso intervino antes que el jefe del Estado para reivindicar la labor de los políticos en la sociedad. José Bono vio lógico el desapego de los ciudadanos hacia la política si se plantea en exclusiva como una lucha por llegar al poder. Corregir esa impresión, advirtió, requiere renunciar a ese enfoque y tener amplitud de miras. Señaló asimismo que buena parte del prestigio de la política se juega en el lenguaje, que tiene que ser entendido por los ciudadanos y estar alejado de la máxima de que no pudiendo ser profundos, seamos confusos.