El sepulcro de Rodrigo Campuzano se abre al público tras ser restaurado
01/10/2010 - 09:45
Por: B. P. O.
MONUMENTO
La iglesia de San Nicolás presentó públicamente ayer el monumento funerario
Después de meses de trabajos de restauración, la iglesia de San Nicolás el Real pudo por fin mostrar ayer al público el resultado de un minucioso proceso de recuperación del sepulcro del comendador santiaguista Rodrigo de Campuzano, una escultura que alberga el templo desde el año 1488.
La empresa Atrium SL ha sido la encargada de ejecutar la restauración de este monumento funerario, cuya actuación ha sido financiada por la parroquia, con la ayuda del Ayuntamiento capitalino, en virtud de un convenio firmado entre el Consistorio y la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara.
A la presentación acudieron, entre otros, el párroco del templo, Jesús Ochayta Mayoral; el alcalde capitalino, Antonio Román, y Francisco Boldo, de la empresa restauradora, quien se encargó de explicar el proceso de restauración de la figura. Dicho planeamiento ha consistido en distintas fases de recuperación llevadas a cabo por los restauradores Francisco Boldo, Jaime Tesón y Jacobo Holguera. Los tres han tenido que emplearse pacientemente para, con sus propias manos, identificar las dificultades del monumento y las téncicas a emplear, desempolvar el sepulcro, realizar unas catas del material para, después, devolverle su aspecto inicial al alabastro, un delicado material que, no obstante, se encontraba en mejor estado que el frontal del monumento, hecho de piedra caliza. El mayor problema con el que se toparon los restauradores fueron las humedades y las sales que habían deteriorado el conjunto. Para ello, han construido una cámara de aireación con la que evitarán la humedad.
El proyecto de restauración ha contado con un presupuesto de 6.000 euros y permitirá disfrutar de la figura de un caballero acompañado por un pajecillo que vela por él. La figura recuerda al Doncel de Sigüenza, que algunos atribuyen al mismo autor.
A la presentación acudieron, entre otros, el párroco del templo, Jesús Ochayta Mayoral; el alcalde capitalino, Antonio Román, y Francisco Boldo, de la empresa restauradora, quien se encargó de explicar el proceso de restauración de la figura. Dicho planeamiento ha consistido en distintas fases de recuperación llevadas a cabo por los restauradores Francisco Boldo, Jaime Tesón y Jacobo Holguera. Los tres han tenido que emplearse pacientemente para, con sus propias manos, identificar las dificultades del monumento y las téncicas a emplear, desempolvar el sepulcro, realizar unas catas del material para, después, devolverle su aspecto inicial al alabastro, un delicado material que, no obstante, se encontraba en mejor estado que el frontal del monumento, hecho de piedra caliza. El mayor problema con el que se toparon los restauradores fueron las humedades y las sales que habían deteriorado el conjunto. Para ello, han construido una cámara de aireación con la que evitarán la humedad.
El proyecto de restauración ha contado con un presupuesto de 6.000 euros y permitirá disfrutar de la figura de un caballero acompañado por un pajecillo que vela por él. La figura recuerda al Doncel de Sigüenza, que algunos atribuyen al mismo autor.