El traslado del combustible gastado de Zorita al ATI empezará el próximo lunes
01/10/2010 - 09:45
El próximo lunes 19 de enero comenzará el traslado del combustible gastado y almacenado en las piscinas de la central nuclear José Cabrera, en Almonacid de Zorita, al Almacén Temporal Individualizado (ATI) en un paso más del proceso de desmantelamiento de la instalación. El director de la planta, Pablo Díez, prevé que estos trabajos se prolonguen hasta el verano. Después será Enresa la que se encargará de desmontar el resto de edificios y el materiales, cuando asuma la titularidad de la planta que ahora ostenta Unión Fenosa.
Casi tres años después de que la central nuclear José Cabrera, en Almonacid de Zorita, echara el cierre, está previsto que el próximo lunes empiece el proceso de desmantelamiento de esta instalación que ha funcionado durante 38 años en la localidad, con el traslado al Almacén Temporal Individualizado (ATI) que se ha habilitado en esta zona del combustible gastado durante su vida útil.
El director de la planta, Pablo Díez, prevé que este proceso termine el próximo verano, aunque esta fecha está sujeta a modificaciones en función de las dificultades que puedan surgir. Vamos a empezar a hacer la primera carga y según el tiempo que empleemos en ella haremos una extrapolación a las 12 siguientes, explicó Díez. En cada uno de estos transportes de combustible desde la piscina donde ha estado almacenado desde que se extraía del reactor para enfriarse al ATI se llevarán 32 elementos.
La culminación de esta tarea no es condición necesaria para que Enresa (Empresa Nacional de Residuos) asuma la titularidad de la central, que ahora pertenece a Unión Fenosa. Independientemente de esto estamos pendientes de que Enresa obtenga los permisos necesarios para iniciar el desmantelamiento, según Díez. Los trámites pertinentes se están realizando de forma paralela, ya que será Enresa la que después de este proceso desmonte todos los edificios e instalaciones que desde 1968 han dado vida y forma a la central nuclear. Una vez que Enresa sea titular de la planta podría iniciar el desmantelamiento, aunque no hubiese terminado el traslado del combustible, siempre que no interrumpa dicho proceso. Se podría iniciar otra parte del desmantelamiento, pero no donde tenemos almacenado el combustible, en los edificios como las turbinas o las torres de refrigeración, detalló el director de la planta.
Según el proyecto de desmantelamiento diseñado por Enresa, este proceso, que empezó en 2006 con el cierre de la central, durará hasta 2015, cuando concluyan las actividades de desmontaje, descontaminación, desclasificación, demolición y reposición del terreno. El objetivo es que el terreno quede liberado y preparado para dedicarse a otros usos, y que los materiales y residuos queden acondicionados de acuerdo con los requisitos de los centros de recepción. Estas actuaciones se dividen en dos fases. En la primera, de 2006 a 2009, se incluye, tras la parada de la central, la extracción del combustible del reactor y su almacenamiento en las piscinas, la construcción de un Almacén Temporal Individualizado (ATI), y las tareas preparatorias para el desmantelamiento y descontaminación del circuito primario de la instalación. Esta etapa enlaza con la siguiente y última, 2009-2015, en la que se llevará a cabo el desmantelamiento y clausura propiamente dicha. En este periodo, según el proyecto, Enresa debía hacerse cargo como explotador responsable de la José Cabrera e iniciar los trabajos de desmontaje y descontaminación, que incluyen la retirada del reactor y la rehabilitación final del emplazamiento para uso libre, es decir, el desmantelamiento total.
Durante este proceso, Enresa prevé que necesitará para las diversas tareas hasta 150 personas, que en algunos momentos llegarán hasta las 250, en su mayoría, vecinos de la zona.
Albergará 135 toneladas de residuos
La construcción del Almacén Temporal Individualizado (ATI) finalizó en 2008. Los contenedores se almacenarán en los terrenos situados al sur de la propia central, en una zona elevada. Su estructura principal será una losa sísmica de hormigón armado donde se depositan verticalmente dichos cubos.
Esta instalación, según la información facilitada por Enresa, podrá albergar 100 toneladas de combustible gastado que hasta ese momento se habían guardado en la piscina de la central nuclear; además de otras 35 toneladas de otros residuos de alta actividad.
En el desmantelamiento se gestionarán 95.000 toneladas de materiales. De estas, 3.600 son residuos radioactivos: el 80 por ciento de muy baja actividad, y el 20 por ciento restante de media y baja, que serán depositadas en el centro de almacenamiento de El Cabril (Córdoba) y en su instalación complementaria para residuos de muy baja actividad.
Para la gestión de los materiales generados durante todo este proceso se utilizarán bidones, contenedores metálicos, big bags y grandes contenedores, según el tipo de material. Para los residuos radiactivos se realizan transportes al centro de almacenamiento de El Cabril de acuerdo a las recomendaciones establecidas por la OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) y el ordenamiento jurídico nacional.
El director de la planta, Pablo Díez, prevé que este proceso termine el próximo verano, aunque esta fecha está sujeta a modificaciones en función de las dificultades que puedan surgir. Vamos a empezar a hacer la primera carga y según el tiempo que empleemos en ella haremos una extrapolación a las 12 siguientes, explicó Díez. En cada uno de estos transportes de combustible desde la piscina donde ha estado almacenado desde que se extraía del reactor para enfriarse al ATI se llevarán 32 elementos.
La culminación de esta tarea no es condición necesaria para que Enresa (Empresa Nacional de Residuos) asuma la titularidad de la central, que ahora pertenece a Unión Fenosa. Independientemente de esto estamos pendientes de que Enresa obtenga los permisos necesarios para iniciar el desmantelamiento, según Díez. Los trámites pertinentes se están realizando de forma paralela, ya que será Enresa la que después de este proceso desmonte todos los edificios e instalaciones que desde 1968 han dado vida y forma a la central nuclear. Una vez que Enresa sea titular de la planta podría iniciar el desmantelamiento, aunque no hubiese terminado el traslado del combustible, siempre que no interrumpa dicho proceso. Se podría iniciar otra parte del desmantelamiento, pero no donde tenemos almacenado el combustible, en los edificios como las turbinas o las torres de refrigeración, detalló el director de la planta.
Según el proyecto de desmantelamiento diseñado por Enresa, este proceso, que empezó en 2006 con el cierre de la central, durará hasta 2015, cuando concluyan las actividades de desmontaje, descontaminación, desclasificación, demolición y reposición del terreno. El objetivo es que el terreno quede liberado y preparado para dedicarse a otros usos, y que los materiales y residuos queden acondicionados de acuerdo con los requisitos de los centros de recepción. Estas actuaciones se dividen en dos fases. En la primera, de 2006 a 2009, se incluye, tras la parada de la central, la extracción del combustible del reactor y su almacenamiento en las piscinas, la construcción de un Almacén Temporal Individualizado (ATI), y las tareas preparatorias para el desmantelamiento y descontaminación del circuito primario de la instalación. Esta etapa enlaza con la siguiente y última, 2009-2015, en la que se llevará a cabo el desmantelamiento y clausura propiamente dicha. En este periodo, según el proyecto, Enresa debía hacerse cargo como explotador responsable de la José Cabrera e iniciar los trabajos de desmontaje y descontaminación, que incluyen la retirada del reactor y la rehabilitación final del emplazamiento para uso libre, es decir, el desmantelamiento total.
Durante este proceso, Enresa prevé que necesitará para las diversas tareas hasta 150 personas, que en algunos momentos llegarán hasta las 250, en su mayoría, vecinos de la zona.
Albergará 135 toneladas de residuos
La construcción del Almacén Temporal Individualizado (ATI) finalizó en 2008. Los contenedores se almacenarán en los terrenos situados al sur de la propia central, en una zona elevada. Su estructura principal será una losa sísmica de hormigón armado donde se depositan verticalmente dichos cubos.
Esta instalación, según la información facilitada por Enresa, podrá albergar 100 toneladas de combustible gastado que hasta ese momento se habían guardado en la piscina de la central nuclear; además de otras 35 toneladas de otros residuos de alta actividad.
En el desmantelamiento se gestionarán 95.000 toneladas de materiales. De estas, 3.600 son residuos radioactivos: el 80 por ciento de muy baja actividad, y el 20 por ciento restante de media y baja, que serán depositadas en el centro de almacenamiento de El Cabril (Córdoba) y en su instalación complementaria para residuos de muy baja actividad.
Para la gestión de los materiales generados durante todo este proceso se utilizarán bidones, contenedores metálicos, big bags y grandes contenedores, según el tipo de material. Para los residuos radiactivos se realizan transportes al centro de almacenamiento de El Cabril de acuerdo a las recomendaciones establecidas por la OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) y el ordenamiento jurídico nacional.