Elliot Murphy y la verdad del rock & roll en el Moderno

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: F.C.V. GUADALAJARA
El teatro Moderno de la capital arriacense acogerá esta noche, a partir de las 20.30 horas, el esperado concierto de Elliot Murphy, el inconfundible rockero de la melena rubia. Una prometedora noche donde no faltarán sobre el escenario las melodías cargadas de literatura interpretadas desde sus inconfundibles notas de rock and roll.
Alguien dijo una vez que el gran Elliott amigo Murphy era ajeno al tiempo. Seguro que tenía razón; su reloj esta detenido en la hora de la verdad del rock & roll. Este americano nació un 16 de marzo de 1949 en Garden City, New York, aunque prefirió exiliarse de la gran manzana y acomodarse en Europa, afincándose en París con su mujer Françoise y su hijo Gaspard. Este trovador de bulevares alterna la música con la pintura; escritor afamado, tiene una novela publicada, Frío y eléctrico, y varias colecciones de relatos cortos. Actor, interpretó un papel en la película Roma de Fellini; pero sobre todo, es un gran músico de rock con más de 28 discos a su espalda y Guadalajara tendrá el privilegio de acogerle por primera vez en su historia. Será esta misma noche, a las 20.30 horas en el teatro Moderno de la capital, que se convertirá por unas horas en la casa del rock and roll.
Desde sus comienzos en 1966, en que formó la banda The Rapscallions, era un vagabundo condenado a transitar por los caminos de la indiferencia. Hasta su último trabajo Coming Home Again han pasado muchos años, pero no demasiados para él. Sigue siendo un joven sobre el escenario: “me encanta lo que hago y me pagan por ello, así que es un gran compromiso que me tomo muy en serio”. Sus más de dos horas tocando la guitarra con su amigo francés Oliver Duran hacen de este hombre la verdad de él, que dijeron las famosas revistas Rolling Stone, Newsweek, The New Yorker por citar unas pocas, “Elliott Murphy y su trabajo estarán con nosotros mientras siga existiendo el rock and roll”. Otra gran verdad.
Su álbum debut Aquashow en 1973 lo catapultó a la fama, tuvo una firma especial de sonido agarrando con sus manos su fiel guitarra Stratocaster. Fue considerado como uno de los nuevos Dylan que en los setenta aparecían como churros. Pero Elliott supo mantener el tipo y sus raíces; él llegaba del blues y el country, y fusionar ambas cosas y adaptarlas a la guitarra era el resultado perseguido por todos los rockeros. Los años venideros auguraban grandes éxitos, se dejaba caer por el Mercer Arts Center de New York, que frecuentaban gentes como su incondicional amiga Patti Smith y los Dolls, entre tantos. De aquella fructífera época Elliott tiene discos espectaculares, Lost Generation en el 75, Night Lights en el 76, todos ellos bajo el sello discográfico de RCA; en el 77 la CBS saca al mercado Just a story from America” y ya cada disco nuevo era cogido por diferentes discográficas; fue la gran guerra que mantuvo con ellas hasta tener actualmente su propio sello.
Elliott Murphy es rock americano en estado puro y activo, elegante y fructífero. Sus canciones, cargas de literatura, y su voz adulta, pero joven al mismo tiempo, combinan a la perfección la magia de su propio mundo reflejado en grandes notas de rock and roll. Elliott parece tener la honestidad y trabajo e incluso la misma edad que su amigo Bruce Springsteen, la ironía y lealtad de Bob Dylan, el susurro y rebeldía de Lou Red, el espíritu siempre rockero de los Rollings Stones, la elegancia y el buen hacer de Tom Petty, la sensualidad y el carisma de Leonard Cohen...
Su obra es la encrucijada donde se encuentra Velvet Underground, la obra de alguien que más que músico parece escritor, y que acude al rock como un hábitat donde emplazar fragmentos de novelas, historias cortas y algún que otro trazo de poesía ciudadana... Y esto sigue siendo así en la actualidad, el rubio y elegante cantautor es consciente de que, a pesar de todo, hay un público que sigue queriéndole tal y como es.