Elsa Pataky, una sofisticada heroína en Santos
01/10/2010 - 09:45
Elsa Pataky sigue luchando por no ser sólo la guapa de la película y espera que, con el tiempo, pesará más su actuación que su imagen. Con ganas de explotar su vís cómica, la Pataky regresa al cine como reina del cómic en Santos, la segunda película del chileno Nicolás López a quien la actriz española califica de pequeño genio. Y eso que cuando le llegó el guión de esta comedia romántica sobre el fin del mundo llena de aventuras, fantasía y superhéroes poco ortodoxos me costó entenderlo porque era bastante complicado.
Pero en nuestro primer encuentro me convenció por su imaginación, porque el mundo que tiene en su cabeza es maravilloso, explica la novia de Adrien Brody.
Fotogénica, con unas medidas de escándalo y subida a unos tacones de vértigo, Pataky es luminosa. Educada, simpática y muy colega de los que han sido sus compañeros en esta loca aventura Javier Gutiérrez, Leonardo Sbaraglia y Guillermo Toledo-, la que es una de las mujeres más deseadas de España defiende esta producción que el viernes se estrena en España como una gran historia de amor . En el fondo, Nicolás es un romántico empedernido, asegura.
El gran descubrimiento
Pataky llegó a Santos porque el joven cineasta chileno vio un cartel de Ninette cuando paseaba por la Gran Vía madrileña. A diferencia del 99,9% de los españoles, no sabía quién era Elsa. Cuando vi el posters supo que ella era perfecta para interpretar este personaje que sale del cómic manga y pasa a un universo de tres dimensiones. Es que ella tiene unos ojos, unas curvas que cumplen con los parámetros de heroína del cómic japonés, apunta López.
La coprotagonista de Manual damore 2 no se echó atrás. Le gustó ser la chica por la que su enamorado es capaz de todo, hasta de salvar el mundo, por recuperarla. Ni siquiera le incomodó el desnudo que hace por exigencias del guión. Es todo falso. No soy yo, le pedí a Toledo que lo hiciera por mí, contesta. Ex modelo, profesión que desarrolló para pagarme clases de interpretación, a esta madrileña de 32 años se le va cumpliendo el sueño de vivir de las películas. Siempre he querido dedicarme a esto y, por suerte, no me falta trabajo. Es un oficio inestable e imprevisible. Todos tenemos parones, queremos tal personaje y trabajar con un director determinado. Ahora ya no me obsesiono con esto, me dejo llevar porque, además, de todos los personajes he aprendido cosas, dice.
Nicolás López lo tiene claro. Tiene 24 años y prefiere quedarse en casa antes que hacer una película sosa porque para este chileno que debutó con la divertida Promedio rojo el arte tiene riesgos. Cuarenta días de filmación, cuatro millones de euros de presupuesto, 1.500 planos digitales y una larga postproducción han dado como resultado Santos, historia que dedica a sus actores por no joder el rodaje que el viernes se lanza con 300 copias.
Agradecido a sus estrellas por haber confiado en él cuando les decía lo que tenían que hacer y sólo tenían como apoyo un fondo verde, López recordó todas las películas que le marcaron de pequeño, desde Los cazafantasmas a Regreso al futuro, para construir este largometraje con héroes, villanos y chica por la que compiten los protagonistas. Es una megaproducción artesanal que tienen que ver todos los que creen en la belleza de los sueños. Son aventuras destinadas al entretenimiento masivo, pero no es un filme friqui, dice López.
Fotogénica, con unas medidas de escándalo y subida a unos tacones de vértigo, Pataky es luminosa. Educada, simpática y muy colega de los que han sido sus compañeros en esta loca aventura Javier Gutiérrez, Leonardo Sbaraglia y Guillermo Toledo-, la que es una de las mujeres más deseadas de España defiende esta producción que el viernes se estrena en España como una gran historia de amor . En el fondo, Nicolás es un romántico empedernido, asegura.
El gran descubrimiento
Pataky llegó a Santos porque el joven cineasta chileno vio un cartel de Ninette cuando paseaba por la Gran Vía madrileña. A diferencia del 99,9% de los españoles, no sabía quién era Elsa. Cuando vi el posters supo que ella era perfecta para interpretar este personaje que sale del cómic manga y pasa a un universo de tres dimensiones. Es que ella tiene unos ojos, unas curvas que cumplen con los parámetros de heroína del cómic japonés, apunta López.
La coprotagonista de Manual damore 2 no se echó atrás. Le gustó ser la chica por la que su enamorado es capaz de todo, hasta de salvar el mundo, por recuperarla. Ni siquiera le incomodó el desnudo que hace por exigencias del guión. Es todo falso. No soy yo, le pedí a Toledo que lo hiciera por mí, contesta. Ex modelo, profesión que desarrolló para pagarme clases de interpretación, a esta madrileña de 32 años se le va cumpliendo el sueño de vivir de las películas. Siempre he querido dedicarme a esto y, por suerte, no me falta trabajo. Es un oficio inestable e imprevisible. Todos tenemos parones, queremos tal personaje y trabajar con un director determinado. Ahora ya no me obsesiono con esto, me dejo llevar porque, además, de todos los personajes he aprendido cosas, dice.
Nicolás López lo tiene claro. Tiene 24 años y prefiere quedarse en casa antes que hacer una película sosa porque para este chileno que debutó con la divertida Promedio rojo el arte tiene riesgos. Cuarenta días de filmación, cuatro millones de euros de presupuesto, 1.500 planos digitales y una larga postproducción han dado como resultado Santos, historia que dedica a sus actores por no joder el rodaje que el viernes se lanza con 300 copias.
Agradecido a sus estrellas por haber confiado en él cuando les decía lo que tenían que hacer y sólo tenían como apoyo un fondo verde, López recordó todas las películas que le marcaron de pequeño, desde Los cazafantasmas a Regreso al futuro, para construir este largometraje con héroes, villanos y chica por la que compiten los protagonistas. Es una megaproducción artesanal que tienen que ver todos los que creen en la belleza de los sueños. Son aventuras destinadas al entretenimiento masivo, pero no es un filme friqui, dice López.