En las entrañas del odio
01/10/2010 - 09:45
Por: Javier Pastrana
XXXII Certamen Nacional de Teatro 'Arcipreste de Hita'
Incómoda, muy incómoda; previsible; extremista; y tremendamente opresiva. Resulta complicado juzgar La reina de la belleza de Leenane. La historia del odio que se procesan una madre con miedo a quedarse sola y su hija, llena de ansias de vivir, chocó con un primer obstáculo contra el que poco se podía hacer, el propio Buero Vallejo. Demasiado espacio abierto para una obra que se basa en la sensación de agobio, de opresión y enfermizo control. En un teatro más reducido, más cerca del público, alguno de sus momentos álgidos podrían haber golpeado con increíble dureza al espectador.
? Obra: La reina de la belleza de Leenane
? Compañía: Gloria López Producciones
? Género: Drama
? Escenario: Teatro auditorio Buero Vallejo
? Fecha: Sábado, 24 de abril de 2010
Aun así, esta pieza del bien llamado teatro de la crueldad funciona con una precisión absoluta. Desde el inicio, resulta evidente que público y actores caminan de la mano hacia un desenlace fatal e inevitable, lo que sólo hace más agónica la experiencia. Cada diálogo positivo o esperanzador pierde de entrada la batalla contra la fatalidad de una historia llena de personajes extremos, dotados de una personalidad enfermiza que aproxima en varios momentos la trama hacia el terreno de la comedia. Al de una comedia corrosiva y repleta de odio.
Cabe preguntarse si, al margen de la calidad y el esfuerzo invertido, compensa ver una historia como ésta, en la que nada sorprende y lo único que uno puede llevarse a casa es una incómoda sensación en la boca del estómago. Eso es lo que vende La reina de la belleza de Leenane, y lo hace bien, aunque no de manera perfecta. ¿Era realmente necesario mantener la ambientación en Irlanda? La obra se basa en la propia empatía que el espectador desarrolla con los personajes y, desde ese punto de vista, los nombres, lugares, productos y programas de televisión que se citan sólo contribuyen a romper el ritmo, a distanciar al espectador de la trama. Y ese es un lujo que una historia como ésta no debería permitirse, no sea que la gente se distraiga y no lo pase tan mal como podría pasarlo.