Enrique Herranz celebrará sus cincuenta años como párroco
30/07/2012 - 10:58
En aquellos primeros días del mes de octubre del año 1962, tomaba posesión como párroco en Villel de Mesa y Algar Enrique Herranz. Posteriormente le fueron agregados los pueblos de Mochales, Amayas y Sisamón, este último corresponde a la diócesis de Tarazona (Zaragoza).
Estas primeras líneas que avanzamos son el inicio de los preparativos que las distintas parroquias, y sus feligreses, están organizandopara homenajear a su sacerdote por la dilatada permanencia en estos lugares.
Difícil será exponer en esta primera crónica la merecida atención que se le debe, ya que repasando la permanencia de los anteriores párrocos, es el que más años ha permanecido en estas tierras del Mesa, atendiendo como cura rural tal y como ha manifestado en varias ocasiones Enrique.
El párroco pudo festejar con su padres, José y Pilar, su nueva tarea en Villel y alrededor en aquel año de 1962 y que hasta el final de sus vidas, formaron y convivieron con todos los vecinos. Ahora, ellos también descansan en paz, junto al resto de villeleros en nuestro cementerio.
Don Enrique, como así le llaman en el pueblo, fue nombrado hijo adoptivo de Villel y no menos le consideran en las parroquias que atiende porque, además de ejercer su ministerio, también ha sabido estar al lado de los vecinos en los momentos de las alegrías y de dolor, como un vecino más.
Larga ha sido su trayectoria en el valle durante estos cincuenta años. Ni en los días de calor ni de bajas temperaturas ha dejado de atender a las distintas parroquias, ya sea para las cotidianas misas o para celebrar bautizos, bodas, comuniones o funerales.
Es cierto que se podría contar su historia en un libro bajo el título del Cura Rural del Valle de Mesa, algo que quedaría como recuerdo para las futuras generaciones, y muy especialmente para los que hemos compartido nuestras vidas con él.
El pasado día 24 de junio, Enrique cumplió 80 años. Era domingo y, después de la misa, en el pórtico de la iglesia, recibió un caluroso aplauso, acompañado del canto del Cumpleaños Feliz. Y como dato complementario, el día 12 de julio, un día antes de la festividad de San Enrique, le visitaron para celebrar junto a la familia, el obispo de la Diócesis de Sigüenza Guadalajara, don Atilano Rodríguez y 28 compañeros sacerdotes. Aprovechando la cita, don Atilano confirmó ya su asistencia para el domingo 16 de septiembre, fecha elegida para la celebración de sus 50 años como párroco en la localidadsus bodas de oro sacerdotales las celebró en 2005, coincidiendo con las fiestas locales en honor a la Virgen de los Dolores y Jesús Nazareno.
Las campanas levantarán al vuelo, la música de Cimballa recorrerá las calles en el toque de diana y acompañaran a las autoridades eclesiásticas y municipales hasta el templo de la Iglesia, donde estará, como siempre, Enrique Herranz, acompañado del obispo de nuestra Diócesis y otros sacerdotes concelebrantes.
Y mientras llega el día, las altas temperaturas siguen reinando por estos lugares, bañadas con las aguas del río Mesa, que son visitadas especialmente por la juventud, al igual que las piscinas. Y bajo la sombra de los distintos árboles, en aquellos bancos de la plaza Mayor seguirán los mayores comentando los recuerdos de su tiempo y lo que acontece estos días.
Va pasando el verano y se aproximan unos días de júbilo para terminar las vacaciones, con las fiestas patronales y el homenaje a Enrique Herranz.
No quiero terminar, sin dar a conocer la triste noticia del fallecimiento de Cipriano García García, que falleció el día 15 de este mes, y fue enterrado el día 16, junto a su esposa Pascuala. La misa funeral se celebró en la parroquia de Villel, donde asistieron los vecinos, y al mismo tiempo para acompañar a sus hijos Carmen-Fernando y familiares.
Estas primeras líneas que avanzamos son el inicio de los preparativos que las distintas parroquias, y sus feligreses, están organizandopara homenajear a su sacerdote por la dilatada permanencia en estos lugares.
Difícil será exponer en esta primera crónica la merecida atención que se le debe, ya que repasando la permanencia de los anteriores párrocos, es el que más años ha permanecido en estas tierras del Mesa, atendiendo como cura rural tal y como ha manifestado en varias ocasiones Enrique.
El párroco pudo festejar con su padres, José y Pilar, su nueva tarea en Villel y alrededor en aquel año de 1962 y que hasta el final de sus vidas, formaron y convivieron con todos los vecinos. Ahora, ellos también descansan en paz, junto al resto de villeleros en nuestro cementerio.
Don Enrique, como así le llaman en el pueblo, fue nombrado hijo adoptivo de Villel y no menos le consideran en las parroquias que atiende porque, además de ejercer su ministerio, también ha sabido estar al lado de los vecinos en los momentos de las alegrías y de dolor, como un vecino más.
Larga ha sido su trayectoria en el valle durante estos cincuenta años. Ni en los días de calor ni de bajas temperaturas ha dejado de atender a las distintas parroquias, ya sea para las cotidianas misas o para celebrar bautizos, bodas, comuniones o funerales.
Es cierto que se podría contar su historia en un libro bajo el título del Cura Rural del Valle de Mesa, algo que quedaría como recuerdo para las futuras generaciones, y muy especialmente para los que hemos compartido nuestras vidas con él.
El pasado día 24 de junio, Enrique cumplió 80 años. Era domingo y, después de la misa, en el pórtico de la iglesia, recibió un caluroso aplauso, acompañado del canto del Cumpleaños Feliz. Y como dato complementario, el día 12 de julio, un día antes de la festividad de San Enrique, le visitaron para celebrar junto a la familia, el obispo de la Diócesis de Sigüenza Guadalajara, don Atilano Rodríguez y 28 compañeros sacerdotes. Aprovechando la cita, don Atilano confirmó ya su asistencia para el domingo 16 de septiembre, fecha elegida para la celebración de sus 50 años como párroco en la localidadsus bodas de oro sacerdotales las celebró en 2005, coincidiendo con las fiestas locales en honor a la Virgen de los Dolores y Jesús Nazareno.
Las campanas levantarán al vuelo, la música de Cimballa recorrerá las calles en el toque de diana y acompañaran a las autoridades eclesiásticas y municipales hasta el templo de la Iglesia, donde estará, como siempre, Enrique Herranz, acompañado del obispo de nuestra Diócesis y otros sacerdotes concelebrantes.
Y mientras llega el día, las altas temperaturas siguen reinando por estos lugares, bañadas con las aguas del río Mesa, que son visitadas especialmente por la juventud, al igual que las piscinas. Y bajo la sombra de los distintos árboles, en aquellos bancos de la plaza Mayor seguirán los mayores comentando los recuerdos de su tiempo y lo que acontece estos días.
Va pasando el verano y se aproximan unos días de júbilo para terminar las vacaciones, con las fiestas patronales y el homenaje a Enrique Herranz.
No quiero terminar, sin dar a conocer la triste noticia del fallecimiento de Cipriano García García, que falleció el día 15 de este mes, y fue enterrado el día 16, junto a su esposa Pascuala. La misa funeral se celebró en la parroquia de Villel, donde asistieron los vecinos, y al mismo tiempo para acompañar a sus hijos Carmen-Fernando y familiares.