Fernando Gómez Berguio ‘alecciona’ en originalidad y creatividad pictórica

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MAR GATO. MADRID
La sala de arte de Caja de Guadalajara abrió anoche sus puertas al arte de Fernando Gómez Berguio, artista que supo en las primeras horas de exhibición asombrar a los visitantes con una colección que recopila, entre otras muchas obras, aquellas que un día concurrieron a diferentes certámenes de pintura nacional. La originalidad y variedad son los rasgos característicos de esta exposición, que permanecerá abierta al público hasta finales de este mes en horario de mañana y tarde, excepto festivos.
Diferente, variada, inquietante... simplemente admirable. Con todos estos términos podría calificarse la colección de pinturas que Fernando Gómez Berguio exhibe en la sala de arte de Caja de Guadalajara en la capital.
La que presumiblemente será una de las últimas muestras que acoja la Caja antes de su traslado definitivo al otro lado de la A-2, es arriesgada, más si cabe teniendo en cuenta que en un mismo espacio tienen cabida escenas urbanas, rurales, paisajes y retratos.
Todo un mundo por descubrir que da buena cuenta de la fácil maniobralidad de esta artista en en su abordaje de diferentes tamaños y temáticas, ejemplarizados a lo largo de los 24 cuadros expuestos, que invitan al espectador a recrearse en sus formas, colorido, luces...., y que no vienen a ser más que un “certamen de pintura de una única persona”. Una afirmación que encuentra su explicación en el origen de las obras, suscitadas en los distintos certámenes de pintura en los que el artista ha participado y que ahora deslumbran al público de Guadalajara.
Es por ello que la creatividad brota por los cuatro costados, siendo una de las exposiciones más heterogéneas a la vez que cautivadoras que se han expuesto en esta sala. Es ahí donde precisamente radica su originalidad, la misma que busca el autor en cada una de las exposiciones que a lo largo de los años ha ofrecido al público.
Su inspiración, dice, no es más que fruto de “darle vueltas a la cabeza” o de situaciones fortuitas. Otras, sin embargo, proceden más de las emociones, como aquella que retrata una desvanecida Riba de Saelices tras el incendio. Sea como fuere, todos sus sentimientos son trasladados de la espátula y el rodillo, que no pincel, a los soportes con el que el pintor suele experimentar constantemente, y entre los que no puede faltar el PVC espumado.
Esta exposición, que podrá ser visitada hasta los confines de mes, no será, a buen seguro, la última exposición que Berguio muestre a la ciudad de Guadalajara.
El pintor ya trabaja en la que será su próxima exposición, aunque para ella aún no hay ni fecha ni prisa, factores indispensables para hacer arte puro, donde la variedad de la colección esté presente y donde la sorpresa esté inmersa en cada uno de los cuadros expuestos. Así conseguirá su principal propósito: una exposición simplemente distinta.