Final cruel en La Solana

19/04/2015 - 19:07 Ana G. Hernández

El partido entre el Marchamalo y el Madridejos se puede resumir en una acción. Una acción que conllevó un penalti y una expulsión y que fue determinante para el devenir final del duelo. Porque hasta ese momento, minuto 77, los toledanos habían sido incapaces de doblegar a un Marchamalo que poco a poco recupera su espíritu competitivo. Un Madridejos que, por cierto, se jugaba mucho más que los locales, y que a pesar de ello apenas generaron ocasiones claras sobre la meta defendida por Sebas. Es más, en la primera parte, se puede decir que el Marchamalo tuvo bastante más intención que los azules, ganando todas las segundas jugadas.


Avisó Cabanillas y también Manolo, pero fue Elie el que la tuvo más clara. Pero su testarazo, con mucha intención, se topó con la presencia de Sebas. Contestó el Marchamalo diez minutos después con una internada de Javi Hernández y un remate en el segundo palo de Rafa Espada, pero, como supondrán, el extremo no es un especialista en rematar de cabeza y la mandó al lateral de la red. La respuesta fue de Pablo con un tiro que atrapó sin mayores complicaciones Sebas.


Sin muchas más incidencias se llegó al descanso. Ya en la segunda mitad, Rubio incorporó a varios jugadores. El entrenador mostraba la ambición que le faltaba a sus pupilos, inoperantes en el verde, exceptuando los despliegues de Elie. De hecho, en esta segunda mitad apenas hubo una ocasión y cayó del lado local cuando Dani remató en la frontal un centro medido de Javi Hernández.


El partido transcurría sin emociones fuertes hasta que un balón largo a la espalda de la defensa gallarda se convirtió en lo que necesitaba el Madridejos para llevarse los tres puntos. Elie peleó por el cuero junto a Illana que, tras varios intentos de despeje acompañados del forcejeo habitual, sintió como el balón rebotaba en su mano. El árbitro entendió penalti y entendió además que el central pretendía tocarla con la mano, por lo que la amarilla era obligada y la roja reglamentaria al ser la segunda.


Manu se encargó de transformarlo y poco después era Fran Mérida el que cerraba la victoria visitante al rematar sin oposición un córner. Y es que, los de Rubio se aprovecharon de la descomposición de su rival para matar el partido y seguir aspirando a jugar la fase de ascenso, a pesar de una afición que no estuvo a la altura de su equipo.