Francia no hará una regulación masiva de inmigrantes
01/10/2010 - 09:45
Brice Hortefeux, ministro de la Inmigración e Identidad Nacional, que está muy próximo a Sarkozy, reitró ayer que no se producirá una regularización masiva, por lo que todos los casos serán examinados uno por uno. Después de una huelga de trabajadores indocumentados en Francia, apoyada por una amplios sectores políticos e incluso patronales, una ONG cuestionó duramente en un informe publicado ayer jueves el tratamiento a los inmigrantes del Gobierno de Sarkozy.
El 15 de abril varios cientos de trabajadores indocumentados que están ocupados principalmente en sectores como la restauración, la seguridad y la limpieza industrial, iniciaron un movimiento para exigir su regularización a las autoridades francesas.
En lo que constituye una situación sin precedentes, numerosos empleadores de estos manifestantes, sobre todo los del sector de la restauración, dieron su apoyo a los manifestantes.La ley francesa de 2007 sobre la inmigración se compromete a tener en cuenta "la capacidad de integración en Francia de un cierto número de trabajadores con competencias particularmente solicitadas en el mercado laboral".
Algunos de los sectores concernidos por el movimiento, como la hostelería o la restauración, adolecen de una escasez crónica de mano de obra. Respondiendo a la demanda de los trabajadores, el ministro de la Inmigración e Identidad Nacional, Brice Hortefeux, muy próximo al presidente Sarkozy, reiteró que no habrá una regularización masiva y que los casos serían examinados uno por uno por los prefectos (gobernadores civiles), de acuerdo con la ley.
Esta legislación es tildada de "hipócrita por el sindicato de un sector directamente vinculado al mundo laboral, como son los controladores e inspectores del trabajo, que pidieron se iniciaran negociaciones para regularizar a los indocumentados.
Prácticas absurdas
Un juicio mucho más severo para la política de migración y en particular para el tratamiento que dan las autoridades franceses a los indocumentados fue el formulado por el Servicio Ecuménico de Ayuda a los Extranjeros (CIMADE).
Esta organización denunció en un comunicado las prácticas "absurdas" de la Policía y la Administración francesas y los "dramas humanos" que provocan las expulsiones de sin papeles y su paso por los "centros de retención", donde pueden estar encerrados hasta por 32 días. Esta ONG francesa, que desplegó gran actividad para apoyar a los refugiados latinoamericanos que huían de las dictaduras militares en los años 70 y 80, fue creada en vísperas de la 2ª Guerra Mundial y desempeñó un importante papel de resistencia al socorrer a los prisioneros de los campos nazis en Francia.
"Asistimos, desde 2003, a la industrialización del dispositivo de alejamiento de los extranjeros en situación irregular", denuncia CIMADE. Las presiones de las autoridades "lleva a los servicios de Policía a realizar cada vez a detenciones utilizado métodos cuestionables", alega la CIMADE, que cita los arrestos en los domicilios de las personas o los controles policiales "por cruzar la calle fuera de los pasos para peatones o por escupir en el suelo".
El "clima de miedo", suscitado así, fue la causa de dramas como el de un niño ruso que quedó gravemente herido al caer de un techo cuando trataba de escapar de la policía.
En lo que constituye una situación sin precedentes, numerosos empleadores de estos manifestantes, sobre todo los del sector de la restauración, dieron su apoyo a los manifestantes.La ley francesa de 2007 sobre la inmigración se compromete a tener en cuenta "la capacidad de integración en Francia de un cierto número de trabajadores con competencias particularmente solicitadas en el mercado laboral".
Algunos de los sectores concernidos por el movimiento, como la hostelería o la restauración, adolecen de una escasez crónica de mano de obra. Respondiendo a la demanda de los trabajadores, el ministro de la Inmigración e Identidad Nacional, Brice Hortefeux, muy próximo al presidente Sarkozy, reiteró que no habrá una regularización masiva y que los casos serían examinados uno por uno por los prefectos (gobernadores civiles), de acuerdo con la ley.
Esta legislación es tildada de "hipócrita por el sindicato de un sector directamente vinculado al mundo laboral, como son los controladores e inspectores del trabajo, que pidieron se iniciaran negociaciones para regularizar a los indocumentados.
Prácticas absurdas
Un juicio mucho más severo para la política de migración y en particular para el tratamiento que dan las autoridades franceses a los indocumentados fue el formulado por el Servicio Ecuménico de Ayuda a los Extranjeros (CIMADE).
Esta organización denunció en un comunicado las prácticas "absurdas" de la Policía y la Administración francesas y los "dramas humanos" que provocan las expulsiones de sin papeles y su paso por los "centros de retención", donde pueden estar encerrados hasta por 32 días. Esta ONG francesa, que desplegó gran actividad para apoyar a los refugiados latinoamericanos que huían de las dictaduras militares en los años 70 y 80, fue creada en vísperas de la 2ª Guerra Mundial y desempeñó un importante papel de resistencia al socorrer a los prisioneros de los campos nazis en Francia.
"Asistimos, desde 2003, a la industrialización del dispositivo de alejamiento de los extranjeros en situación irregular", denuncia CIMADE. Las presiones de las autoridades "lleva a los servicios de Policía a realizar cada vez a detenciones utilizado métodos cuestionables", alega la CIMADE, que cita los arrestos en los domicilios de las personas o los controles policiales "por cruzar la calle fuera de los pasos para peatones o por escupir en el suelo".
El "clima de miedo", suscitado así, fue la causa de dramas como el de un niño ruso que quedó gravemente herido al caer de un techo cuando trataba de escapar de la policía.