Gachas, villancicos, jotas y repostería en la plaza de los Cuatro Caños
El humo de la hoguera, encendida por la Asociación de Jubilados de Pastrana, ha ido diseminando la alegría prenavideña por la plaza de los Cuatro Caños, donde los mayores habían convocado ayer sábado el III concurso de gachas y repostería. A eso de las once de la mañana, y cuando se levantó la severa helada que ha caído esta noche sobre la villa ducal, voluntarios de la organización prendían la lumbre. Poco después empezaban a acercarse los primeros pastraneros a cocinar sus gachas.
Lumbre, aperitivos y vino de la tierra han ido caldeando el ambiente hasta que, a partir de las doce, estuvo lo suficientemente fogoso como para arrancar la jota y los villancicos de las gargantas de los asistentes.
De forma espontánea, un grupo de mayores se arrancaban a cantar sin otra música que la de sus propias voces, un pandero, una botella de anís y un almirez, que no era poco. Uno de ellos, animado por su mujer, y por el resto de amistades que saben de su gusto por la música y de su buena voz, cantaba algunas coplas como ésta de el palacio de Pastrana es de piedra y pesa mucho, y aquel que no se lo crea, que venga y coja a pulso, o la despedida local, que dice la que echan los de Pastrana, con la botella en la mano, y a beber de buena gana.
Otra mujer, en sintonía con el delicioso envolvimiento que se respiraba en el lugar, se inventaba esta jota para la ocasión: En la Plaza Cuatro Caños, puedes venir a probar, la comida de gacheros, que te van a regalar. Otro más, recién operado de un tumor, pero ya recuperado, también se animaba a cantar, aunque me falta algo de fuelle, lamentaba, después de haberse dejado el alma en las tonadas. No pensaron lo mismo sus vecinos, que le aplaudieron con ganas cuando terminó, como tampoco lo hizo, hace muchos años, Rafael Farina, que un día lo escuchó cantar en un andamio, poniendo piedra, y me invitó a cantar con él, y con Perlita de Huelva, decía.
La organización, con la que ha colaborado el Ayuntamiento de Pastrana, se encargó de repartir la leña y facilitar los ingredientes a quien los tuviera, y también de cocinar tres grandes sartenes de gachas, para dar luego de comer a todos, propios y extraños, los que han tenido a bien acercarse al lugar a disfrutar del ambiente.
Lorenzo Largo, el presidente de la Asociación, decía que se han repartido más de doscientas raciones consistentes en un plato de gachas y un chorizo. Juan Nadador, sin agua, se apresuraba a decir con gracia el pastranero, explicaba la receta, tan sencilla como suculenta: Se pica panceta en trocitos pequeños y se fríe. Después se añade la harina, de almorta. Tuestas un poquito lo que va saliendo, y se añade agua. A partir de ahí, vueltas y vueltas hasta darle la consistencia. Cuando todo cuaja y se cuece bien, a comer.
A partir de las dos de la tarde, el jurado se encargaba de probar todas las que participaron, y también la colección de deliciosas tartas presentadas a concurso. Pasadas las tres y media, cuando los presentes terminaron de comer y de degustar los postres, Lorenzo Largo y Juan Nadador desvelaron los nombres de los ganadores.
El alcalde de la villa ducal, Ignacio Ranera, hacía entrega de las copas a los ganadores. Según el jurado, las mejores gachas han sido las preparadas por Fernando Pendolero, del Hotel Palaterna. El toque especial es hacerlas con mucho cariño, porque la receta es la de siempre, con harina de almorta. Nosotros no les hemos echado pimentón, sólo tienen el que suelta el propio del chorizo, muy tierno, y, en vez de panceta, hemos añadido papada adobada. Para comerlas, freímos un poco de pan, y añadimos picante, al gusto, resumía.
La tarta ganadora ha sido la de los tres quesos, obra de la repostera María Jesús Tarancón. Primero se muele bien con la batidora un paquete de galletas, que hay que deshacer bien con mantequilla y nata, que se añade a las galletas. Esa es la base. Luego lleva otras tres capas más, una chocolate negro, otra de chocolate con leche, y la última de chocolate blanco, explicaba. Los seis ganadores, hubo tres trofeos por categoría, recibieron su copa en la misma plaza de los Cuatro Caños.