Gibson retrata los amores oscuros de García Lorca
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
No había pensado en hacer un libro sobre Lorca después de tantas décadas, pero por insistencia de Rafael Borrás empecé a pensar si no sería bueno volver a él. Así Ian Gibson (Dublín, 1939) empezó la presentación de su nuevo libro, Lorca y el mundo gay, con halagos a su primer editor y la justificación de recoger algunos hilos sueltos que tal vez había dejado.
Uno de estos hilos era precisamente la homosexualidad de Lorca, tema de su nueva obra. Centrado en uno de los aspectos menos estudiados sobre el universo del poeta, el libro defiende que la opción sexual del artista no sólo fue una de las razones para su asesinato, sino una de las claves para entender el mundo creado por el autor en textos como Romancero gitano, Poeta en Nueva Yorky Sonetos del amor oscuro. A través de la obra literaria de Lorca, Gibson realizó una investigación de la vida privada del poeta (reflejada en muchos de sus textos), creando un perfil de un ser débil, que se identifica con los negros, gitanos y los moriscos, los que sufren y no pueden hablar directamente de su tragedia, subrayó Gibson.
Libro oportuno
Puede que alguien diga que es un libro oportunista, pero creo que en realidad es oportuno, puntualizó Gibson sobre tal vez el último libro que escriba sobre Lorca. El tema de la homosexualidad está siendo muy debatido y España ha avanzado muchísimo en ello. El matrimonio gay era inconcebible en la época de Lorca, puntualizó.
Gibson divide el libro de manera cronológica, empezando por los años de juventud del escritor, su indignación con las injusticias sociales, además de rescatar sus amores femeninos. Uno de los grandes descubrimientos, según Gibson, fue el gran amor imposible del joven Lorca por María Luisa Natera, una muchacha de 15 años a quien el poeta homenajeaba en textos aludiendo a sus ojos azules y trenzas rubias, una pasión surgida en el balneario de Lanjarón.
El hallazgo se dio cuando las hijas de Natera, presentes en la presentación, intentaron contactar con Gibson para aclarar una equivocación durante la exhibición de la serie La muerte de Lorca, la muerte de un poeta en la que se confundió a Natera con otra mujer importante en la vida de Lorca, María Luisa Egea, considerada el otro amor femenino del poeta (pero en realidad era admiración, subrayó Gibson).
En el segundo capítulo, Gibson destaca el paso de Lorca por la Residencia de Estudiantes en Madrid, en 1919, donde convivió con nombres que marcarían la renovación cultural española. Algunos de ellos se sintieron incomodados con la opción sexual del poeta, como Luis Buñuel.
En el mismo apartado, el hispanista habla de las relaciones de Lorca con el poeta Emilio Prados y el músico Gustavo Durán, además de su pasión por Salvador Dalí, que se sintió inquieto ante la insistencia amorosa del poeta. Dalí temía profundamente ser gay, explicó.
Tuvieron una relación intensa, se escribían cartas tiernas y de admiración, pero Dalí sabía que no podía ser, explicó, añadiendo que el pintor le confesó que el poeta fue la única persona que ha envidiado en la vida por su gran talento para diversas artes. Lorca era músico, actor y un one man show que entretenía a la gente. Prefería leer a imprimir sus poemas porque él mismo quería ser el poema, justificó.
Libro oportuno
Puede que alguien diga que es un libro oportunista, pero creo que en realidad es oportuno, puntualizó Gibson sobre tal vez el último libro que escriba sobre Lorca. El tema de la homosexualidad está siendo muy debatido y España ha avanzado muchísimo en ello. El matrimonio gay era inconcebible en la época de Lorca, puntualizó.
Gibson divide el libro de manera cronológica, empezando por los años de juventud del escritor, su indignación con las injusticias sociales, además de rescatar sus amores femeninos. Uno de los grandes descubrimientos, según Gibson, fue el gran amor imposible del joven Lorca por María Luisa Natera, una muchacha de 15 años a quien el poeta homenajeaba en textos aludiendo a sus ojos azules y trenzas rubias, una pasión surgida en el balneario de Lanjarón.
El hallazgo se dio cuando las hijas de Natera, presentes en la presentación, intentaron contactar con Gibson para aclarar una equivocación durante la exhibición de la serie La muerte de Lorca, la muerte de un poeta en la que se confundió a Natera con otra mujer importante en la vida de Lorca, María Luisa Egea, considerada el otro amor femenino del poeta (pero en realidad era admiración, subrayó Gibson).
En el segundo capítulo, Gibson destaca el paso de Lorca por la Residencia de Estudiantes en Madrid, en 1919, donde convivió con nombres que marcarían la renovación cultural española. Algunos de ellos se sintieron incomodados con la opción sexual del poeta, como Luis Buñuel.
En el mismo apartado, el hispanista habla de las relaciones de Lorca con el poeta Emilio Prados y el músico Gustavo Durán, además de su pasión por Salvador Dalí, que se sintió inquieto ante la insistencia amorosa del poeta. Dalí temía profundamente ser gay, explicó.
Tuvieron una relación intensa, se escribían cartas tiernas y de admiración, pero Dalí sabía que no podía ser, explicó, añadiendo que el pintor le confesó que el poeta fue la única persona que ha envidiado en la vida por su gran talento para diversas artes. Lorca era músico, actor y un one man show que entretenía a la gente. Prefería leer a imprimir sus poemas porque él mismo quería ser el poema, justificó.