Gran éxito de público y crítica al cierre de la XXV Espiga de Oro de teatro
01/10/2010 - 09:45
Por: VIRGINIA BODEGA
Ayer echó el cierre en Azuqueca de Henares la última y exitosa edición de la Muestra Nacional de Teatro Espiga de Oro, en un año especial, pues celebraba sus bodas de plata. Novecientos, el pianista del océano, del grupo teatral Peripecia, fue la encargada de despedir al público hasta el año que viene, garantizando que quedara con buen sabor de boca para continuar con el éxito en futuras ediciones.
Ayer echó el cierre en Azuqueca de Henares la última y exitosa edición de la Muestra Nacional de Teatro Espiga de Oro, en un año especial, pues celebraba sus bodas de plata. Novecientos, el pianista del océano, del grupo teatral Peripecia, fue la encargada de despedir al público hasta el año que viene, garantizando que quedara con buen sabor de boca para continuar con el éxito en futuras ediciones.
La entrada ha vuelto a ser espectacular un año más, como explicó ayer Antonio Díaz, miembro de la organización de la muestra, y en total, cerca de 2.500 personas han pasado por el patio de butacas de la Casa de la Cultura azudense, pues todos los días se rozó el lleno y tres días se registró lleno completo. A ello ayudó lo equilibrado y variado del programa y la alta calidad de todas las obras. Todas ellas gozaron con el beneplácito del público, aunque como para gustos, colores, unas llegaron y conectaron con él más que otras. Díaz destacó dos de entre todas las que se han representado durante los fines de semana de noviembre: Basta que me escuchen las estrellas, de Micomicón, y Mucho ruido y pocas nueces, el clásico de Shakespeare representado el pasado sábado por Teatro Defondo. Concretamente de la segunda de ellas, Díaz destacó que a pesar de tratarse de una obra del famoso escritor británico William Shakespeare, fue una de las mejores comedias representadas en esta edición, logrando conectar con el público, a lo que también ayudó en gran medida la música en directo que acompañó a la representación.
Ayer, última jornada de la muestra, el patio de butacas volvió a lucir casi al completo ni siquiera la consejera de Cultura, Soledad Herrero se quiso perder el cierre inspirando nuevas ideas a la organización del evento, que en breve comenzará a trabajar para que la XXVI Muestra Nacional de Teatro Espiga de Oro cuente con el mismo éxito o mayor que su antecesora.
La entrada ha vuelto a ser espectacular un año más, como explicó ayer Antonio Díaz, miembro de la organización de la muestra, y en total, cerca de 2.500 personas han pasado por el patio de butacas de la Casa de la Cultura azudense, pues todos los días se rozó el lleno y tres días se registró lleno completo. A ello ayudó lo equilibrado y variado del programa y la alta calidad de todas las obras. Todas ellas gozaron con el beneplácito del público, aunque como para gustos, colores, unas llegaron y conectaron con él más que otras. Díaz destacó dos de entre todas las que se han representado durante los fines de semana de noviembre: Basta que me escuchen las estrellas, de Micomicón, y Mucho ruido y pocas nueces, el clásico de Shakespeare representado el pasado sábado por Teatro Defondo. Concretamente de la segunda de ellas, Díaz destacó que a pesar de tratarse de una obra del famoso escritor británico William Shakespeare, fue una de las mejores comedias representadas en esta edición, logrando conectar con el público, a lo que también ayudó en gran medida la música en directo que acompañó a la representación.
Ayer, última jornada de la muestra, el patio de butacas volvió a lucir casi al completo ni siquiera la consejera de Cultura, Soledad Herrero se quiso perder el cierre inspirando nuevas ideas a la organización del evento, que en breve comenzará a trabajar para que la XXVI Muestra Nacional de Teatro Espiga de Oro cuente con el mismo éxito o mayor que su antecesora.