Guadalajara 'adopta' a Manuel Criado de Val
06/11/2010 - 00:00
El profesor, lingüista y autor dramático, Manuel Criado de Val, recibió anoche de manos de la presidenta de la Diputación provincial, María Antonia Pérez León, la Medalla de Oro de la provincia y el título de Hijo Adoptivo en homenaje y agradecimiento a la creación del Festival Medieval de Hita, del que se cumple en este 2010 50 años de existencia. Al emotivo acto, al que acudieron innumerables autoridades y público general, le sucedió la representación teatral, en el salón de actos del Centro San José, de la obra Doña Endrina, texto en el que se encuentra el germen primigenio del festival hitita, y que puso el broche de oro al acto.
El Festival Medieval de Hita escribió el viernes por la noche otro capítulo glorioso en su histórica efeméride
El Festival Medieval de Hita escribió el viernes por la noche otro capítulo glorioso en su histórica efeméride. El padre de la susodicha criatura, que congrega año tras año a miles de personas, recibió anoche un merecido y emotivo homenaje de mano de la Diputación provincial de Guadalajara, cuya presidenta, María Antonia Pérez León, otorgó a Manuel Criado de Val la apreciada y codiciada Medalla de Oro de la provincia de Guadalajara y el título de Hijo Adoptivo. Antes, sin embargo, de la esperada imposición, aquellos que en menor o gran medida han impulsado a lo largo de medio siglo esta ineludible cita dentro del calendario provincial, tuvieron unas palabras de agradecimiento hacia el maestro. Una vez con la medalla luciendo en su pecho, el profesor, haciendo alarde en todo momento de su buen sentido del humor, se dirigió al público que copaba el Centro San José. Yo pienso que tener amigos es lo principal de la vida y ahora estoy viendo que tengo muchos amigos, inició su intervención. El Festival ha sido el resultado de una experiencia infantil y juvenil que me llevó a la convicción de que todo lo que me rodeaba tenía que tener una raíz y una continuidad, teoría que justificó enlazando con la decisión, años atrás, de desechar los estudios de notario o ingeniero para embarcarse en la labor de lingüista, una aventura que le llevó a empaparse por el gusto de la Edad Media, y que tendría como feliz consecuencia años más tarde la creación de una obra de teatro que sería el germen de lo que hoy es el Festival Medieval de Hita. Tras varias divagaciones que se me acaban de ocurrir en torno a su trayectoria vital, tal y como destacó dicharachero, De Val agradeció personalmente a todos aquellos el apoyo que siempre ha tenido el festival, sin descuidar, por supuesto, a su mujer, Isa, también presente en el acto. Las últimas palabras fueron de agradecimiento para los actores que posteriormente llevarían a escena su obra fetiche, Doña Endrina, y a quienes comparó cuales toreros por salir a la plaza y sin entrenamiento. Sus últimos vocablos fueron para lanzar un mensaje desafiante: No me pienso morir, una declaración de intenciones que arrancó el aplauso generalizado de los presentes, muchos levantados de sus asientos. El broche a este reconocimiento público, que congregaría un populoso público, así como innumerables autoridades entre diputados provinciales, regionales y nacionales, vendría con la puesta en escena la obra Doña Endrina, la versión adaptada del Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita, un texto que haría viajar en el tiempo a los asistentes y que, empapó Guadalajara por un leve espacio de tiempo a la esencia, la magia y el embrujo de la Edad Media.