Guerra ha de haber, la memoria como asidero para el recuerdo de la Segunda República
01/10/2010 - 09:45
La Biblioteca pública de Guadalajara fue el lugar escogido por Agustín Lozano de la Cruz para presentar su primera novela, Guerra ha de haber, un canto para la recuperación de otros tiempos, como el que se vivió en la Segunda República española.
Gratamente arropado por familiares, amigos, compañeros de Izquierda Unida de Guadalajara y amantes de la buena lectura, el madrileño Agustín Lozano de la Cruz presentó en la tarde de ayer en el salón de actos de la Biblioteca pública de Dávalos su primera novela Guerra ha de haber, título que resultó finalista de los XXVII Premios Felipe Trigo, y cuyo argumento gira en torno a la vida de una joven que siente fascinación por el rostro de un fotógrafo húngaro que participó en la Guerra Civil española y en la resistencia francesa, un rostro olvidado que sale a su encuentro en repetidas ocasiones hasta terminar convirtiéndose en su particular obsesión vital. Será un anciano poeta republicano quien, siguiendo la estela del reportero húngaro, hablará a la protagonista de un episodio casi desconocido que tuvo lugar en las posterimerías de la II Guerra Mundial: tras la liberación de Francia, unos 4.000 soldados españoles, victoriosos sobre el nazismo, emprendieron la locura de invadir la Península Ibérica atravesando los Pirineos, con la intención de conquistar el valle de Arán y resistir allí hasta forzar la intervención de los aliados.
La narradora, a medio camino entre Madrid y como okupa en Londres, adentrará al lector en las movilizaciones antiglobalización y en aquellas bajo cuyo lema no a la guerra unió trágicamente a ambas ciudades; una trama desprovista de esperanza, con aroma de desencanto y derrota en la que reivindica otro mundo que fue antaño posible: la Segunda República española.
La narradora, a medio camino entre Madrid y como okupa en Londres, adentrará al lector en las movilizaciones antiglobalización y en aquellas bajo cuyo lema no a la guerra unió trágicamente a ambas ciudades; una trama desprovista de esperanza, con aroma de desencanto y derrota en la que reivindica otro mundo que fue antaño posible: la Segunda República española.