Hezbolá logra dominar la parte musulmana de Beirut
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
La milicia libanesa Hezbolá se hizo ayer con el control de toda la parte musulmana de Beirut después de que las milicias favorables al Gobierno depusieran las armas en el único distrito que quedaba fuera del control del movimiento chií, según informaron las fuerzas de seguridad, que precisaron que el Ejército se ha desplegado en la zona.
El Gobierno de coalición acusó a Hezbolá de dar un "golpe armado" que busca el regreso de Siria al país y servir a los intereses de Irán.
Según las fuerzas de seguridad, al menos 11 personas han muerto y 30 han resultado heridas a lo largo de tres días de enfrentamientos que se enmarcan en la crisis política libanesa, la peor que atraviesa el país desde la guerra civil (1975-1990).
Entre los fallecidos se encuentran una mujer y su hijo de 30 años, que murieron cuando intentaban huir de Ras al Nabae, un distrito de Beirut donde cohabitan suníes y chiíes y que ha sido escenario de algunos de los enfrentamientos más violentos.
Los combates se desencadenaron después de que el Ejecutivo anunciase ciertas medidas contra la red de comunicaciones de Hezbolá por considerarla ilegal, y el líder de la milicia, Sayyed Hassan Nasralá, dijese que su grupo entiende estas medidas como una declaración de guerra.
En las calles beirutíes destacaba la presencia de hombres jóvenes armados con rifles de asalto en medio de los vehículos destrozados y los edificios en llamas. Pero los combates disminuyeron paulatinamente durante la mañana de hoy, logrando Hezbolá el control de la zona mientras los partidarios del Ejecutivo dejaban las armas.
Hezbolá, un movimiento político que tiene vinculado además un grupo armado, consiguió también dominar los medios de comunicación que son propiedad del líder de la coalición de gobierno, Saad Hariri, el político suní más fuerte actualmente en Líbano. Como consecuencia, sus canales de televisión y emisoras de radio dejaron de emitir la programación.
Barricadas
Una fuente de la oposición declaró a la agencia Reuters que la milicia chií y sus aliados han decidido que, mientras no se resuelva el conflicto político, mantendrán en las calles las barricadas que el pasado miércoles dejaron paralizada gran parte de la capital libanesa, y eso incluye las que están colocadas en las carreteras de acceso al aeropuerto.
"Todas las cuestiones están conectadas. Beirut seguirá bloqueada hasta que haya una solución política", indicó, en referencia tanto a la disputa que provocó los incidentes violentos de esta semana como a la lucha por el poder que mantienen los bandos rivales desde hace 17 meses.
La coalición de gobierno denunció que la toma del control del oeste de Beirut por parte de Hezbolá supone un "golpe armado y sangriento" que "busca el regreso de Siria a Líbano y ampliar el alcance de Irán hacia el Mediterráneo".
La crisis entre la oposición --liderada por Hezbolá y apoyada por Irán y Siria-- y el Gobierno del primer ministro libanés, Fuad Siniora --contrario a Siria y respaldado por Estados Unidos y por sus aliados árabes--, ha paralizado el país y le ha privado de un presidente desde noviembre de 2007.
En este clima de hostilidad, Walid Jumblatt, líder del minoritario grupo druso e influyente político progubernamental, hizo un llamamiento al diálogo. Hezbolá, "a pesar de su fuerza militar, no puede anular al otro", aseguró Jumblatt a la cadena de televisión LBC. "El diálogo, por sí solo, da resultado. Huir del diálogo no es útil", añadió.
Desde fuera de Líbano
Por su parte, la Unión Europea, Alemania y Francia apelaron a la calma y pidieron que el conflicto se resuelva a través de medios pacíficos. Siria, en cambio, opinó que los enfrentamientos son un asunto interno de Líbano, mientras que Irán responsabilizó de la violencia a la "injerencia" de Estados Unidos e Israel en la política libanesa.
También se pronunció Estados Unidos, que se mostró "muy preocupado" por las acciones emprendidas por Hezbolá e instó a Irán y Siria a que suspendan su apoyo al grupo chií. El Departamento de Estado expresó el apoyo estadounidense al Gobierno que lidera Fuad Siniora, un sentimiento que reiterará más tarde mediante una llamada telefónica la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
"Están haciendo todo lo correcto (...) Su uso y despliegue del Ejército responde a los mejores intereses del pueblo libanés y de Líbano", agregó el Departamento de Estado.
Según las fuerzas de seguridad, al menos 11 personas han muerto y 30 han resultado heridas a lo largo de tres días de enfrentamientos que se enmarcan en la crisis política libanesa, la peor que atraviesa el país desde la guerra civil (1975-1990).
Entre los fallecidos se encuentran una mujer y su hijo de 30 años, que murieron cuando intentaban huir de Ras al Nabae, un distrito de Beirut donde cohabitan suníes y chiíes y que ha sido escenario de algunos de los enfrentamientos más violentos.
Los combates se desencadenaron después de que el Ejecutivo anunciase ciertas medidas contra la red de comunicaciones de Hezbolá por considerarla ilegal, y el líder de la milicia, Sayyed Hassan Nasralá, dijese que su grupo entiende estas medidas como una declaración de guerra.
En las calles beirutíes destacaba la presencia de hombres jóvenes armados con rifles de asalto en medio de los vehículos destrozados y los edificios en llamas. Pero los combates disminuyeron paulatinamente durante la mañana de hoy, logrando Hezbolá el control de la zona mientras los partidarios del Ejecutivo dejaban las armas.
Hezbolá, un movimiento político que tiene vinculado además un grupo armado, consiguió también dominar los medios de comunicación que son propiedad del líder de la coalición de gobierno, Saad Hariri, el político suní más fuerte actualmente en Líbano. Como consecuencia, sus canales de televisión y emisoras de radio dejaron de emitir la programación.
Barricadas
Una fuente de la oposición declaró a la agencia Reuters que la milicia chií y sus aliados han decidido que, mientras no se resuelva el conflicto político, mantendrán en las calles las barricadas que el pasado miércoles dejaron paralizada gran parte de la capital libanesa, y eso incluye las que están colocadas en las carreteras de acceso al aeropuerto.
"Todas las cuestiones están conectadas. Beirut seguirá bloqueada hasta que haya una solución política", indicó, en referencia tanto a la disputa que provocó los incidentes violentos de esta semana como a la lucha por el poder que mantienen los bandos rivales desde hace 17 meses.
La coalición de gobierno denunció que la toma del control del oeste de Beirut por parte de Hezbolá supone un "golpe armado y sangriento" que "busca el regreso de Siria a Líbano y ampliar el alcance de Irán hacia el Mediterráneo".
La crisis entre la oposición --liderada por Hezbolá y apoyada por Irán y Siria-- y el Gobierno del primer ministro libanés, Fuad Siniora --contrario a Siria y respaldado por Estados Unidos y por sus aliados árabes--, ha paralizado el país y le ha privado de un presidente desde noviembre de 2007.
En este clima de hostilidad, Walid Jumblatt, líder del minoritario grupo druso e influyente político progubernamental, hizo un llamamiento al diálogo. Hezbolá, "a pesar de su fuerza militar, no puede anular al otro", aseguró Jumblatt a la cadena de televisión LBC. "El diálogo, por sí solo, da resultado. Huir del diálogo no es útil", añadió.
Desde fuera de Líbano
Por su parte, la Unión Europea, Alemania y Francia apelaron a la calma y pidieron que el conflicto se resuelva a través de medios pacíficos. Siria, en cambio, opinó que los enfrentamientos son un asunto interno de Líbano, mientras que Irán responsabilizó de la violencia a la "injerencia" de Estados Unidos e Israel en la política libanesa.
También se pronunció Estados Unidos, que se mostró "muy preocupado" por las acciones emprendidas por Hezbolá e instó a Irán y Siria a que suspendan su apoyo al grupo chií. El Departamento de Estado expresó el apoyo estadounidense al Gobierno que lidera Fuad Siniora, un sentimiento que reiterará más tarde mediante una llamada telefónica la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
"Están haciendo todo lo correcto (...) Su uso y despliegue del Ejército responde a los mejores intereses del pueblo libanés y de Líbano", agregó el Departamento de Estado.