Incertidumbre en el mundo taurino bajo la amenanaza del coronavirus
Ganaderos, toreros y empresarios afrontan una temporada de máxima incertidumbre.
La pandemia del Covid-19 ha transformado nuestras vidas en apenas unas semanas. La devastadora situación ha fagocitado la actividad del mundo del toro. Empresarios, toreros, ganaderos, banderilleros...son los protagonistas de un entramado bajo el que se cierne la incertidumbre del futuro más inmediato: la temporada 2020. ¿Cuándo se va a poder recuperar el pulso de las ferias taurinas? Tras la cancelación de Fallas, Madgalena de Castellón, Feria de Abril, San Isidro y Alicante, entre otras más, queda la esperanza, no siempre real, de un San Fermín en julio como punto de partida de este año maldito.
Roberto Ortega: "“Los banderilleros cobramos por actuaciones y hay miedo a pasar el año en blanco”
Roberto Ortega es banderillero y empresario taurino. “Quiero pensar que no se alargue mucho la situación y podamos volver a la actividad en verano. Ya no suena el teléfono para hablar de toros. En la provincia de Guadalajara la mayor parte de las fiestas son en agosto y septiembre y esperemos que se pueda trabajar algo”, reflexiona Ortega. “Los toreros y artistas somos dos gremios que estamos desprotegidos. Los ingresos de los banderilleros ahora mismo son nulos porque no podemos adaptarnos a un ERTE y no cotizamos como autónomos. Nosotros vivimos de un boletín de la seguridad social y cobramos por actuación. Nadie se acuerda de nosotros: ni de los toreros ni del guitarrista de la orquesta que actúa en los pueblos. Los ganaderos están para ahorcarse y si les dan una soga buscan una rama para colgarse. Va a ser lamentable y los subalternos que no les haya cogido con unos ahorros y vivan del toro, tienen miedo a pasar un año en blanco. La esperanza que nos queda es poder torear a partir de julio y que podamos cotizar y defender el pan de nuestras casas. Estamos en una situación de total desamparo”.
Roberto Ortega también se encarga de gestionar la carrera del emergente novillero Víctor Hernández, que estaba anunciado mañana, sábado, en la novillada que iba a suponer la apertura de la temporada en el coso de Las Cruces. Así explica la situación Roberto Ortega: “Víctor tenía un comienzo de temporada muy bueno y ya habíamos cerrado su debut en la mini-feria de la Comunidad de Madrid el 3 de mayo con la novillada de Montealto. Antes, el 1 de mayo también toreaba en Las Matas. Ahora, nuestro punto de mira está puesto en empezar en Santiesteban del Puerto (Jaén) a finales de mayo y posteriormente en Navas de San Juan (Jaén) en junio. No queda otra que reinventarse. Hasta el último día antes del toque de queda estuvimos tentando. Teníamos tres tentaderos en Jaén: Antonio Fernández en La Carolina, El Añadío, donde sí pudimos tentar, y otro en Jiménez Pasquau, que también se suspendió. Ahora no sabemos cuando vamos a poder reanudar la preparación en el campo con la única realidad de que las vacas siguen estando allí. Teníamos una preparación intensa casi a diario antes de la cita de Guadalajara y después nos esperaban otros ocho tentaderos. Ahora hay que replanificar la temporada a partir de cuando se pueda”.
Sánchez Vara: " Soy optimista y quiero pensar que volveremos a torear antes de lo que pensamos”
El diestro alcarreño Sánchez Vara nos habla también de la situación desde su domicilio madrileño. “Lo estamos viviendo con incertidumbre y ganas de que termine esta situación. Yo sigo entrenando de salón y corro en la cinta, aunque logicamente te cambia la rutina de no poder salir al campo. Creo que con el drama que tenemos y la cantidad de fallecidos, ahora lo más importante es salir de esta situación. En este contexto los toros pasan a un segundo plano. Lo importante es que la gente se recupere. Ya se podrá torear antes o después”, valora Sánchez Vara. Entre las citas que ha perdido el torero alcarreño están el festival en Portugal el 29 de marzo y Perú el 13 de abril. Los siguientes compromisos en tierras francesas, aún pendientes del devenir de los acontencimientos, son Alés el 23 de mayo en Ales y Ceret el 18 de julio. En Madrid estaba pendiente de cerrarse su tarde de San Isidro cuando estalló la situación del estado de alarma. “Los empresarios están haciendo las cosas bien y no quieren perder sus ferias. De hecho, las están intentando aplazar para más adelante, aunque de darse será una temporada corta. Soy optimista y quiero pensar que en menos tiempo de lo que pensamos, podremos volver a torear”.
El drama sanitario lo está viviendo la familia de Vara muy de cerca, pues de hecho su esposa trabaja en el hospital Gregorio Marañón de Madrid. “Está conviviendo a diario con la situación y se ven cosas de extrema dureza. Podríamos compararlo con la situación de los toreros cuando salimos a jugarnos la vida”, explica.
Temporada local
La temporada taurina en la capital debería abrirse mañana en el coso de Las Cruces con la mini-feria de Primavera ya anunciada y los carteles en la calle. Para mañana, sábado, estaba anunciada una novillada picada con un cartel de gran interés que reunía en la terna a Tomás Rufo, Víctor Hernández y Álvaro Seseña para lidiar un encierro de Ángel Luis Peña. El domingo, festividad del Domingo de Ramos, era el turno de la novillada sin caballos. Ninguno de estos dos festejos podrá celebrarse, ni tampoco la corrida de Brihuega, que estaba anunciada para el sábado 18 de abril con un cartel de lujo integrado por Enrique Ponce, Morante de la Puebla y José María Manzanares ante reses de Juan Pedro Domecq.
El empresario de Brihuega y a la vez, ganadero de Campo Bravo Alcarreño, José Luis Viejo, comenta: “Las ganaderías están llenas de toros. Yo tengo en la finca los toros de toda la temporada y ya habían venido varias comisiones a verlos. Ahora no sabemos qué pasará. Las pérdidas son exageradas porque la alimentación de los toros cuesta mucho dinero. Nosotros tenemos que seguir bajando a la finca a diario porque los animales necesitan comer. Yo he intentado posponer la corrida de Brihuega al mes de julio y nadie se ha atrevido. Pasar todas las ferias a septiembre es imposible. De hecho, en la provincia no habría suficientes bueyes ni camiones para poder servir a tantos pueblos que decidiesen retrasar sus fiestas a septiembre”.