Investigadores del Vall d'Hebron prueban un dispositivo que frena el parto prematuro
La inserción de un pesario cervical durante el primer trimestre del embarazo, en mujeres que tienen un alto riesgo de parto prematuro (aquellas que tienen un cuello uterino corto), reduce significativamente la probabilidad de parto prematuro -la causa principal de muerte en los recién nacidos. Los resultados del primer ensayo aleatorio, para investigar el uso del pesario en la prevención del parto prematuro, han sido publicados en 'The Lancet'.
"La utilización de una forma segura y económica (38 euros por pesario) de reducir la incidencia de parto prematuro en el mundo, reducir la carga de la prematuridad, y sus secuelas, es un objetivo con muchos beneficios", explica la coordinadora del estudio, Elena Carreras, del Hospital Universitari Vall d'Hebron, en Barcelona.
La experta señala que "los resultados abren la puerta a nuevas investigaciones sobre el uso de este dispositivo, y ofrecen la esperanza de encontrar una manera de reducir, sustancialmente, la incidencia de la prematuridad y sus consecuencias, en todo el mundo".
Se estima que 13 millones de bebés nacen prematuramente (antes de llegar a las 37 semanas de embarazo) cada año, en el mundo. El parto prematuro espontáneo es la principal causa de enfermedad y muerte en los recién nacidos, y también puede dar lugar a problemas de salud para toda la vida, incluyendo dificultades de aprendizaje, parálisis cerebral, ceguera, y problemas respiratorios. Según los datos disponibles, el parto prematuro cuesta a los EE.UU. más de 26 mil millones de dólares, cada año. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos para reducir las tasas de parto prematuro, se han logrado pocos progresos en los últimos 10 años.
El proyecto de Prevención del parto pretérmino mediante pesario cervical en gestantes con longitud cervical disminuida (PECEP), reclutó a 15.000 mujeres embarazadas, sometidas a ultrasonido de rutina durante el primer trimestre, en cinco hospitales españoles. Las mujeres con una longitud cervical menor de 25 mm (un cuello uterino corto es un importante factor de riesgo de parto prematuro) fueron asignadas al azar para llevar un pesario de cuello uterino (190 mujeres), o a un control estándar (190).
Como resultado, las mujeres con pesario fueron significativamente menos propensas a tener un parto prematuro, definido en este estudio como el nacimiento antes de las 34 semanas de embarazo (6% en el grupo pesario, frente al 27% del grupo control).
No se registraron efectos secundarios graves en las mujeres con pesario, sino que experimentaron una tasa significativamente menor de bajo peso al nacer del bebé, dificultades respiratorias, y tratamiento de la sepsis. Además, según un cuestionario de satisfacción, el 95% de las mujeres que recibieron un pesario afirmaron que recomendarían esta intervención a otras mujeres. Además, según María Goya, investigadora principal del estudio, "la colocación de un pesario es un procedimiento económico, no invasivo, y fácil de poner y quitar según sea necesario".
Los autores concluyen que, "el pesario, es una alternativa económica, segura y confiable para la prevención del parto prematuro, en mujeres en situación de riesgo".
En un comentario a la investigación, Steve Caritis y Hyagriv Simhan, del Hospital Magee de Mujeres, en Pittsburgh (EE.UU.), apunta que "estos hallazgos plantean la posibilidad de que la interrelación anatómica de los órganos pélvicos, y su capacidad de carga, sean importantes en el mantenimiento del embarazo. Sin embargo, aun son necesarias más investigaciones, antes de que el uso del pesario pueda ser validado como un tratamiento efectivo para las mujeres con maduración cervical precoz".