José María Lázaro: "Estoy feliz porque me he vuelto a sentir torero"
El diestro madrileño decidió hacerse banderillero la pasada temporada.
El diestro José María Lázaro tomó la complicada decisión de cambiar el oro por la plata en el último tramo de la temporada 2016. “En su momento fue doloroso, pero a medida que he ido vistiéndome de luces y he ido notando el respeto de los compañeros, siento que he crecido como profesional”, afirma Lázaro y continúa: “Quedaron muchos sueños por cumplir como matador y aunque no quiero coger la muleta, a veces lo sigo haciendo por necesidad. Tomé la decisión después de reunirme con la empresa de Madrid. Tras matar la corrida de Pablo Romero, creía que tendría cierta facilidad para anunciarme en Madrid, pero no vi color. Según salí de la reunión, me fui directo al ministerio a cambiarme de carnet sin decírselo a nadie. Me decían que aguantara, pero no podía ser y más en el momento en que está el toreo. Ahora me han ofrecido varias corridas para el próximo año, pero no lo veo oportuno ni serio. Si he dado un paso, es hasta el final y no quiero que ésto sea una broma”.
Las plazas de la temporada
La temporada 2017 de José María Lázaro como torero de plata se ha ido materializando tarde tras tarde. “Para ser el primer año completo como banderillero estoy muy contento. He toreado con novilleros de cierta proyección y me he encontrado muy a gusto. He pisado incluso la plaza de Zaragoza, donde no había ido de matador, y algunas ferias importantes de novilleros. Estoy feliz porque me vuelvo a sentir torero, ya que antes por el hecho de no vestirme de luces no me sentía metido en la profesión”, afirma José María.
Han sido 19 paseíllos sumando novilladas y festivales y ha militado, principalmente, en las filas de dos novilleros: ‘El Audureño’ -ganador del Zapato de Oro de Arnedo- y David Garzón. También ha toreado algunos festejos con José Manuel Maya, Adrián Henche y Javier de Miguel y entre las plazas que han sido testigos de su hacer se encuentran Laguna de Duero, Zaragoza, Arnedo, Los Santos de la Humosa y Azuqueca de Henares.
Del oro a la plata
Cualquier cambio proyecta adaptarse a nuevas situaciones y éste no va a ser menos. “Uno tiene el oficio de novillero y de matador, pero éste es otro mundo. El lance y la colocación son diferentes y a medida que he ido toreando me he ido encontrando mejor. Personalmente, me siento más a gusto en la brega porque el capote es lo que he manejado siempre, aunque con los palos me he desmonterado varias tardes. Ya de novillero tuve una época que banderilleaba y ahora no me resulta tan complicado. En cualquier caso, es diferente porque de matador tienes que dejarte llegar más los toros, hay que lucirse y ser variado”. Entre sus referencias como torero de plata, Lázaro destaca a José Antonio Carretero. “Es uno de mis banderilleros predilectos, me gusta mucho su manera de torear con el capote y quizá me he intentado fijar en él”, argumenta. Sobre sus planes profesionales de futuro, Lázaro explica: “He toreado más de lo que pensaba, pero mi sueño es colocarme con una figura y torear en las ferias. Creo que para eso falta que me vean en plazas como Madrid y Sevilla. Para poder colocarte con las figuras te deben ver”. ¿La responsabilidad es otra que de matador? “Es diferente. Te juegas la vida, aunque no de igual manera, pero juegas con el futuro y la vida de otra persona y eso pesa. Tienes que hacer las cosas muy bien para que al matador le llegue el animal en las mejores condiciones posibles”.
Afincado desde hace años en Guadalajara, declara: “Soy madrileño, pero Guadalajara me encanta. Aquí he encontrado la felicidad con mi mujer y mis amigos”. En la localidad de Villaviciosa, al lado de Brihuega, Lázaro posee una coqueta finca con una punta de vacas y erales del Marqués de Domecq: “Empecé como un capricho, pero me permite sentirme cercano al toro durante todo el año”.