Juan Ortega impacta y corta una oreja de peso en Las Ventas
El diestro oriundo de Checa firmó una faena de gusto y exquisito temple.
La falta de contratos y la concomitante necesidad era el factor común de los tres diestros anunciados en Madrid en la clásica corrida del día de La Paloma del 15 de agosto. Por chiqueros saltó al ruedo una corrida de Valdefresno con tres buenos ejemplares: segundo, tercero y sexto. Al torero de Checa, Juan Ortega, le cupo en suerte el contraste de los toros de menor y mayor romana del encierro.
‘Lisongero’ se hizo presente y en banderillas definió su buen aire. Lo vió claro el torero y dejó en el inicio de faena una serie compacta doblándose por bajo de mucho gusto. Despejado de ideas, Juan manejó el escenario con la continua sospecha de que el toro se rajase. Administró tiempos y espacios en series cortas de gran calado. La nobleza y prontitud del toro encontraron eco en la muleta, bien colocada y de exquisito temple. Por la mano zurda dibujó dos importantes naturales de los que, desafortunadamente, no pudo haber continuidad. El epílogo, flexionando la pierna de salida, y la eficiencia estoqueadora sirvieron de colofón a una gran obra. La oreja paseada supo a camino de esperanza a la espera de un quinto con el que no hubo opción de redondear la tarde. Muy descompuesto y reservón llegó al último tercio. Posiblemente, el largo encuentro con el caballo fue la causa. Antes hubo tiempo de dejar un saludo de verónicas muy mecidas.
El lote de Pepe Moral no dio tregua, mientras que Francisco José Espada enlotó los toros de mayor transmisión y exigencia, sin terminar de entenderlos.Tan sólo a ráfagas.