La Alcarria: una comarca repleta de sorpresas
Paisajes y pueblos con encanto, tradiciones gastronómicas y una rica historia
La ciudad de Guadalajara y la comarca de la Alcarria te invitan a un viaje que combina el patrimonio histórico y artístico con la belleza natural. Los colores anaranjados y ocres que nos regala la naturaleza durante el otoño son una invitación a disfrutar de estos días más cortos en cuanto a horas de luz, pero que bien aprovechados pueden ser muy intensos para conocer su patrimonio histórico y artístico. Guadalajara capital tiene en la actualidad 19 edificios protegidos bajo la figura de Bien de Interés Cultural (BIC), al que próximamente se sumará otro: el Palacio de la Cotilla o el Palacio de los Marqueses de Villamejor, del siglo XVII, en el que en su interior destaca su Salón Chino. Estos son una inmejorable hoja de ruta para conocer particularidades y curiosidades de esta ciudad y algunas de estas joyas, las paradas obligadas están focalizadas en el Palacio del Infantado, construido a finales del siglo XV por Juan Guas, a petición del II Duque del Infantado. Su fachada, sus jardines y su Patio de los Leones configuran un edificio único que no pasa desapercibido al visitante. También la Fundación de la Vega del Pozo o de San Diego de Alcalá. Junto a él se encuentra el Panteón, con una planta de cruz griega, un altar presidido por El Calvario, pintado por Alejandro Ferrán, y una cripta que representa el cortejo fúnebre de la duquesa, realizado por Ángel García Díez. Varias iglesias de la ciudad alcarreña también cuentan con esta distinción regional: la iglesia de la Piedad, la de San Ginés, la de Santa María la Mayor (la concatedral), la de Santiago, la de San Nicolás y la del Convento de Nuestra Señora de los Remedios. Dentro de la arquitectura civil destaca el Puente sobre el Henares, que es uno de los escasos ejemplos de la ingeniería andalusí del siglo X. Otra alternativa es explorar la historia y la cultura de la región en profundidad a través del Museo de Guadalajara, que contempla desde restos arqueológicos hasta exposiciones sobre la Guerra Civil Española.
Pueblos pintorescos
Y si lo que prefieres es un ambiente más rural, los pueblos de la Alcarria son una buena opción. Brihuega, la capital de la lavanda, es la cabeza de lista de los pueblos más visitados de Guadalajara y este año cumple 50 años como Conjunto Histórico Artístico. Destaca por la recuperación y la excelente conservación de su patrimonio arquitectónico, así como por la gran cantidad de rincones románticos que tiene. Algunos de ellos son: el prado de Santa María, el Castillo de la Piedra Bermeja y la iglesia, ambas del siglo XIII, además de dos maravillas, reconocidas como BICs, la Real Fábrica de Paños de Carlos III, del XVIII, convertida en el único hotel de cinco estrellas de la provincia con sus exhuberantes jardines en su interior; y la antigua iglesia de San Simón, del siglo XIII, que ya es un templo visitable. A 13 kilómetros de esta villa se encuentra Torija, que sobresale por su castillo, que alberga el Museo del Viaje a la Alcarria, dedicado al escritor Camilo José Cela y su famoso libro de viajes; y el Centro de Interpretación Turística. Cifuentes y Trillo son igualmente lugares divinos para contemplar con calles empedradas. En el primero, no puedes perderte la iglesia de San Bartolomé, con diferentes estilos. Y en Trillo te encantará la cascada del río Cifuentes, el Monasterio de Santa María de Óvila y si diriges tu mirada hacia la montaña en Trillo, verás la central nuclear, una imagen inusual que no pasa desapercibida. Pastrana también es famosa por su Palacio Ducal, la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción. Unos kilómetros más adelante, en Zorita de los Canes, puedes adentrarte en su castillo de los siglos XII y XIII, y en otro gran atractivo turístico: el yacimiento arqueológico de Recópolis. En él se pueden ver los restos de lo que fue la ciudad de Recópolis que fundó el rey visigodo Leovigildo en el año 578 después de Cristo en honor de su hijo Recaredo. En esta ciudad destaca: el complejo palatino, la iglesia palatina, la puerta monumental, la zona comercial, las viviendas, los dos suministros de agua y la muralla.
Riqueza y singularidad gastronómica
El sello de calidad ‘Raíz Culinaria’ (raizculinaria.castillalamancha.es) es la puerta de entrada para descubrir la diversidad de los sabores de Guadalajara, ya que cada restaurante representa una oportunidad para explorar su rica herencia gastronómica y experimentar la autenticidad de esta singular provincia.Uno de sus platos más reconocidos es, sin duda, el cabrito y cordero asado. Y es que nos encontramos en tierra de ganado ovino y caprino, y eso se ve y se huele en sus hornos de leña. También son típicas las calderetas y otros platos de caza mayor y menor. Y las migas con chorizo, panceta, ajo y uvas. Y de postres, los más reconocidos son los bizcochos borrachos y la miel de la Alcarria. Para experimentar estos deliciosos sabores, te recomendamos explorar una selección de cinco restaurantes embajadores de la marca ‘Raíz Culinaria’, en Guadalajara capital y en la comarca de la Alcarria: Biosfera, en Guadalajara; Pocholo, en Torija; La Abuela Maravillas, en Zorita de los Canes; Las Llaves, en Marchamalo; y El cenador de las Monjas, en Pastrana.