La Bella Durmiente encandiló el sábado en el Buero Vallejo
01/10/2010 - 09:45
Un ballet en tres actos, música de Piotr Chaikovski y libreto de Ivan Vsevolozhsky y Marius Petiparesponsable también de la coreografía fueron los ingredientes necesarios para encandilar al auditorio en la mágica historia de Charles Perrault, La Bella Durmiente. La actuación tuvo lugar ayer en el Teatro Buero Vallejo.
Un ballet en tres actos, música de Piotr Chaikovski y libreto de Ivan Vsevolozhsky y Marius Petiparesponsable también de la coreografía fueron los ingredientes necesarios para encandilar al auditorio en la mágica historia de Charles Perrault, La Bella Durmiente.
El historia contó con una sencilla escenografía cuya máxima expresión estaba en el deslumbrante vestuario utilizado por los bailarines. En él se entremezclaban los trajes de época de palacio con las hadas y la magia del bosque. Pero, sin duda, fueron los espectaculares y precisos movimientos de la prestigiosa escuela de danza rusa los que arrancaron los aplausos de los asistentes. De principio a fin un gran cortejo de movimientos te adentraba en una de las más fascinantes historias de amor.
La princesa Aurora encarnada por Kristina Kretova y el príncipe Desiré, Sergey Smirnov, protagonizaron los dos primeros actos en los que se narra la historia. A base de largas piruetas y espectaculares variaciones comenzaron su particular cuento, que se alargó durante más de una hora y media. Pero la historia tuvo otros alicientes, como el gran cortejo de cortesanos, campesinos y príncipes que acompañaron cada uno de los actos. En total cerca de medio centenar de profesionales que reconstruyeron las historia de la princesa durmiente.
La rueca que Carabosseel hada maligna le regala a la princesa Aurora, por su cumpleaños, la sume en un profundo sueño, cumpliéndose así la maldición de la hechicera. El príncipe Desiré llega a palacio guiado por las hadas del bosque encantado entre piruetas. Cuando Aurora recibe su beso, despierta de su hechizo y toda la corte también se despereza al son de una alegre melodía. La boda de los príncipes se celebró por todo lo alto, incluso asistieron personajes de otros cuentos, como el Gato con Botas, Caperucita Roja o Cenicienta que no dudaron en expresar su alegría con sus movimientos precisos y preciosos que se sucedieron a lo largo de la obra.
El historia contó con una sencilla escenografía cuya máxima expresión estaba en el deslumbrante vestuario utilizado por los bailarines. En él se entremezclaban los trajes de época de palacio con las hadas y la magia del bosque. Pero, sin duda, fueron los espectaculares y precisos movimientos de la prestigiosa escuela de danza rusa los que arrancaron los aplausos de los asistentes. De principio a fin un gran cortejo de movimientos te adentraba en una de las más fascinantes historias de amor.
La princesa Aurora encarnada por Kristina Kretova y el príncipe Desiré, Sergey Smirnov, protagonizaron los dos primeros actos en los que se narra la historia. A base de largas piruetas y espectaculares variaciones comenzaron su particular cuento, que se alargó durante más de una hora y media. Pero la historia tuvo otros alicientes, como el gran cortejo de cortesanos, campesinos y príncipes que acompañaron cada uno de los actos. En total cerca de medio centenar de profesionales que reconstruyeron las historia de la princesa durmiente.
La rueca que Carabosseel hada maligna le regala a la princesa Aurora, por su cumpleaños, la sume en un profundo sueño, cumpliéndose así la maldición de la hechicera. El príncipe Desiré llega a palacio guiado por las hadas del bosque encantado entre piruetas. Cuando Aurora recibe su beso, despierta de su hechizo y toda la corte también se despereza al son de una alegre melodía. La boda de los príncipes se celebró por todo lo alto, incluso asistieron personajes de otros cuentos, como el Gato con Botas, Caperucita Roja o Cenicienta que no dudaron en expresar su alegría con sus movimientos precisos y preciosos que se sucedieron a lo largo de la obra.