La cara más desabrida del rejoneo
La primera corrida de las Ferias no dejó buenas sensaciones.
- Plaza de toros de Las Cruces. Jueves 12 de septiembre de 2019. Primera corrida de feria.
- Menos de media entrada. Toros de Luis Terrón. Corrida bien presentada para rejones. Fuerte y con pies el primero, el segundo distraído y parado, el tercero con más movilidad, el cuarto sin cuello y alto de cruz con peores hechuras, el quinto sin celo y el sexto manejable.
- Rui Fernandes, de casaca azul pavo y oro. Rejón trasero, pinchazo hondo, bajonazo y descabello (silencio) En el cuarto, rejón trasero y caído (oreja).
- Leonardo Hernández, de chaquetilla gris marengo. Pinchazo y rejón trasero (oreja). En el quinto, dos pinchazos, rejón y dos descabellos (silencio).
- Lea Vicens, de chaquetilla grana. Rejón trasero (silencio). En el sexto, dos pinchazos, rejón trasero y cuatro descabellos (aviso y silencio).
Entre bostezos y pipas. Sin calambres ni tensión transcurrió la corrida de rejones del prolegómeno taurino. La justa entrada demostró el escaso tirón del cartel, con más calvas de las previstas, en los tendidos. La corrida de Luis Terrón, de una parte, y los desaciertos de los jinetes en los embroques y suertes, por otra, colaboraron para que el guión de la tarde discurriera sin el menor sobresalto. Corrida de rejones de latido plano que acabó con los mozos de las peñas divirtiéndose a su modo, ajenos al guión del ruedo.
Orejas al oficio y la entrega
Una oreja pasearon Rui Fernandes y Leonardo como recompensa a su oficio y empeño, respectivamente. El que hizo cuarto, gacho y alto de cruz, resultó reservón y se movió en arreones a los cites de Rui Fernandes, vestido a la federica con una casaca azul pavo floreada, Como un príncipe de cuento el jinete de rubia melena. Tiró de recursos y de cuadra hasta conectar con los tendidos. El defectuoso rejonazo fue suficiente para acabar con su enemigo. Antes, con su primero, anduvo resolutivo y fácil, excepto con el rejón de muerte, con el que marró en repetidas ocasiones. También se le atragantó el acero a Leonardo en el quinto, con el que no pudo redondear la tarde a pesar de su afán, entrega y voluntad. Suyo fue el mérito de conseguir protagonizar los instantes de mayor vibración con el lote más deslucido. Muy agarrado al piso resultó el bajito y corniprieto toro que hizo segundo. No tuvo colaborador y hubo de provocarle en las batidas, que resultaban demasiado abiertas en los quiebros. A pesar de los esfuerzos faltaba la pasión de la que carecía el toro. Todo lo puso el jinete hasta conseguir encelar las embestidas en las distancias cortas. El que hizo quinto se desentendió de las cabalgaduras desde su salida y no era empresa fácil coserlo a la grupa. No transmitía nada el astado y, de nuevo, Leonardo se inventó un final de faena que entusiasmó a parte del tendido de sol. Se puso complicado el toro a la hora de la suerte suprema, lo cual no era óbice para asaetarlo de feas maneras por detrás del campo de visión.
Desafortunada actuación
La tarde de Lea Vicens fue tan espesa como desafortunada. La francesa no termina de encontrar el triunfo en esta plaza, a pesar de repetir cartel en los últimos años. Su coquetería y apostura sobre las cabalgaduras barnizó una actuación con demasiadas pasadas en falso a lomos de Bazuka. No lo vió claro para clavar las farpas, e incluso vivió algún que otro apuro, lo cual parece poco justificable para quien lidera el escalafón. Intentó proyectar su mejor versión en el que cerraba plaza, pero tampoco llegó a mejorarlo. La poca puntería con el rejón de muerte se le atravesó sin muerte hasta desdibujar completamente la faena.