La escritora Toti Martínez de Lezea recrea las recetas afrodisíacas de reyes y reinas en su libro 'Placeres reales'

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
La escritora Toti Martínez se ha tomado en serio la máxima española de "comer es un placer", pero no sólo por ella, sino por todos los menús afrodisíacos que a lo largo de la historia han hecho suyos reyes y reinas europeos y que la autora ha recopilado en su último libro, 'Placeres reales' (Maeva Ediciones). Mesalina, Napoleón, Catalina la Grande de Rusia, Carlomagno o Enrique VIII son algunos de los protagonistas de este "uso sexual del arte culinario" al que Martínez añade una poesía coetánea como ingrediente final a cada historia.
"Todos los reyes eran unos golfos, entre otras cosas, porque tenían poder para hacerlo. Las reinas lo eran menos porque su autoridad era menor, pero cuando la tenían... también", sentenció hoy la autora quien resaltó que "la comida siempre ha sido un potenciador del apetito sexual". Esta afirmación de Martínez de Lezea la corroboró con otro famoso refrán español: 'Todo lo que no mata, o engorda o es pecado', a lo que ella añadió "o ambas cosas a la vez".

Por eso, comenzar una comida con un cóctel 'Blood Mary' no es asunto baladí. "No en vano esta bebida debe su nombre a María Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, y futura reina esposa de Felipe II de España", señaló. "Todos sus ingredientes sin excepción son grandes estimulantes", recalcó esta autora que ha escrito más de una veintena de libros, la mayoría de ellos novelas históricas.

GASTRONIMÍA Y PLACER

Martínez comentó que un entrante como la 'Sopa de Eva', "que comúnmente podíamos denominar de manzana, una fruta que ya desde el Antiguo Testamento, tiene una connotación sugestiva y pecaminosa". "La vinculación de la manzana con el fruto prohibido es un error de traducción que debemos a San Jerónimo, que después se ha trasladado a cuentos populares como 'Blancanieves'", matizó.

Ni qué decir tiene el plato de 'Setas afrodita', "un manjar que les valió la vida a comensales como Claudio, el Papa Clemente VII o el Archiduque Carlos de Austria, quienes, por error, fueron víctimas de la variante venenosa 'Amanita phalloides'".

Por otra parte, la ensalada de Berenjenas viene asociada a la figura de Enrique de Navarra, primer Borbón, "que bien se ganó el apodo de 'el Verde Galante'". "Para él pasaban los años, pero no así para sus amantes que siempre conservaban, más o menos, la misma edad: 18 años", comentó la autora. "Y eso que era feo y olía fatal a ajo, como narran las crónicas de la época, pero, está visto que por títulos, tierras y poder, las doncellas no iban a faltar", añadió.

Los reyes españoles no se salvan en esta criba culinaria. Martínez de Lezea se encarga de destapar los placeres en la mesa y fuera de ella, de Isabel II, y de "cómo alegró su mustio lecho conyugal con sucesivos saraos nocturnos, poco conocidos en la actualidad, pero resabidos por el populacho, que en 1868, una vez estalló La Gloriosa le coreaba: "¡Abajo la Isabelona, tan fondona y tan golfona!"". Para Toti Martínez, "lo maravilloso de la historia de España es que, pese a los pésimos gobiernos que la han sucedido, siempre se ha conservado un sentido del humor digno de elogio".

"Estos trapicheos sexuales han existido toda la vida, y este libro es un ejemplo de esto", continuó la escritora, quien reconoció que no escribe sus libros pensando en los lectores "porque, si no, estaría produciendo 'best sellers' sin parar".

Como postre, no podía faltar el chocolate, esta vez bajo la forma del mousse aderezado con café, "manjar que bebía Montezuma para incrementar su virilidad para contentar a una o a las 600 mujeres de su harén".

Martínez de Lezea puntualizó que todas estas historias son reales, "por eróticas y subidas de tono que parezcan y están documentadas y contrastadas. El motivo que le llevó a escribirlas "fue una mezcla de indignación por ver cómo en la actualidad los programas del corazón se llenan de historias de alcoba de don nadies".

Lo que no puede soportar la autora, es que a "los autores que llevan a cabo biografías noveladas", que ella califica de "una auténtica osadía por ser fruto de la invención de quien las pone por escrito". "Sólo admito y con reparo, que se recreen diálogos de personajes históricos en base a los hechos que acometieron", concluyó.