La extinción del mono araña
El mono araña de cabeza oscura, Ateles fusciceps, es el primate más amenazado de Ecuador. Su situación es tan desesperada que la Lista Roja elaborada por la Unión de Conservación de la Naturaleza lo califica de especie en peligro crítico, el máximo nivel de amenaza antes de la extinción.
"Se estima que sólo quedan cerca de 100 individuos en estado silvestre", le dijo a BBC Mundo el biólogo ecuatoriano Diego Tirira, según quien es necesario que tanto el gobierno como la población de su país actúen para salvar a esta especie única.
La ley de Ecuador prohíbe desde 2002 cazar al mono araña, pero -según Tirira- "la falta de controles hace que, como en muchos lugares de América Latina, todo quede en el papel".
El Ateles fusciceps es conocido entre los campesinos como "bracilargo". Puede medir más de 1,60 metros incluyendo la cola y pesar más de diez kilos.
"Son cazados con frecuencia por las tribus indígenas para la alimentación. Su carne es muy apreciada", explica Tirira.
Además de la caza para la alimentación, otra gran amenaza es la deforestación.
"Son muy sensibles a la destrucción del bosque. Hay otros monos pequeñitos que son resistentes, porque comen insectos u hojas. Pero el bracilargo se alimenta de frutos como bayas de árboles que habitan en bosques primarios".
El período de reproducción es muy largo. Para que una hembra pueda concebir debe tener una edad de entre cuatro a siete años. (En otras especies las hembras conciben ya cuando tienen uno o dos años). Además, tiene sólo una cría cada dos o tres años, es decir que en 15 años puede tener apenas dos descendientes.
La mayor población en Ecuador se concentra en la reserva nacional Cotacachi Cayapas, en el noroeste del país.
Desde 2005, Tirira integra el equipo de investigadores de un proyecto conjunto con la Universidad de Sussex en Inglaterra, dirigido a monitorear la especie y a educar a la población. El proyecto fue financiado inicialmente por la llamada Iniciativa Darwin del gobierno británico.
Miembros de las comunidades fueron educados como "parabiólogos" en tareas de conservación. También se buscó determinar el número de ejemplares y las áreas que necesitan mayor protección, para lo cual se utilizaron imágenes satelitales sobre áreas forestadas y hasta un monitoreo acústico.
Con parlantes, los investigadores reprodujeron en la selva el canto del mono araña, registrando cada uno de los ejemplares que responden al llamado.
Los resultados de la investigación serán publicados próximamente en la revista American Journal of Primatology, pero el proyecto está buscando nuevos fondos.
El panorama no parece alentador. A pesar de que el bracilargo es una especie protegida, "los zoológicos han recibido en los últimos años al menos doce ejemplares. La gente los caza a veces como mascotas y cuando la policía los confisca los entrega al zoológico".
Para Tirira, el principal problema no es solo la ignorancia, sino también la pobreza. "Para la gente del campo, el bosque es la única forma de obtener dinero; es gente muy pobre y a veces un niño cae enfermo y para el padre la única forma de conseguir dinero es botar un árbol o sacar un animal para venderlo".
Para el biólogo, autor de la "Guía de mamíferos de Ecuador" y editor de la Lista Roja para su país, es necesario tomar medidas urgentes.
"Necesitamos continuar con estos estudios de conservación y con la capacitación para que la gente sepa del riesgo de que esta especie pueda desaparecer para siempre".
"Yo siempre digo que el ser humano no tiene derecho de extinguir especies".