La familia del joven que apareció muerto en el Henares pide colaboración ciudadana
El marido de su madre, Antonio Sanz, quiere saber “qué hizo y donde estuvo durante todo este tiempo, especialmente saber que hizo durante el jueves 8 de junio en Guadalajara”, porque la hipótesis de suicidio “no encaja” a la familia.
La familia de Daniel Espallargas, de 21 años, que apareció muerto el pasado viernes en el río Henares, a la altura del puente árabe, se encuentra “destrozada”, asegura su portavoz, y marido de la madre, Antonio Sanz Baraut. “Más si cabe, porque el joven llevaba desaparecido casi 2 años”. Antonio indica que “no sabíamos nada de él, se fue voluntariamente de casa de su padre (con quien vivía en Calella, Barcelona) al acabar la pandemia en agosto de 2021”. El ahora fallecido, siempre según sus palabras, “mantuvo el whatsapp activo hasta noviembre cuando ya dejó de dar confirmación de lectura”. Sucedió cuando le amenazaron de poner una denuncia por desaparición. “El respondió con un lacónico mensaje diciendo que era mayor de edad y que podía hacer lo que quisiera”, aporta.
“Al principio pensé que era una locura de juventud, que quería disfrutar de la vida en lugar de estudiar. Más teniendo en cuenta que disponía de una cuenta corriente con 27.000 € que le había regalado su abuelo”, señala.
Dani era un chico normal, “que no sufría ningún trastorno psiquiátrico”. Había acabado el instituto y sus planes eran estudiar un grado de informática. Pasaba muchas horas en el ordenador, “y no era nada aventurero. Hacía poco deporte y no tomaba drogas ni alcohol. Que supiéramos no tenía malas amistades”, señala su padrastro.
Según sus palabras, “la policía trabaja con la hipótesis de un suicidio”, algo que “no encaja” a la familia, porque “no hay carta de suicidio y el no era un chico triste o depresivo, mas bien todo lo contrario, no provenía de un entorno desestructurado sus padres están divorciados pero tuvo una infancia feliz”.
El cadáver de Daniel apareció en el río con la cartera y la llave del hotel. El cuerpo apareció en el margen derecho del río Henares, en el sentido de la corriente, debajo del puente nuevo, a escasos 50 metros corriente abajo del puente árabe.
La familia explica que “no hay ningún testigo que viera a Dani arrojarse al río”. Al parecer, siempre según detalla el padrastro, una persona que vio el cuerpo en el río le explicó que “aquel día el caudal, debido a las intensas lluvias, era muy superior al habitual, suficiente para arrastrar el cuerpo”. Antonio remarca que “él daba por hecho que el cadáver lo había arrastrado el río, en lugar de arrojarse del puente”.
Y plantea dos nuevas hipótesis.
- Al arrojarse desde el puente no se arrojó al centro del río, sino que se lanzó hacia a la orilla y, al impactar en el suelo, “el cadáver se desplazó dentro del río, justo al margen derecho. Eso explicaría que se quedará enganchado en ese punto”.
- El río arrastró el cadáver “y por una gran casualidad de la vida se detuvo justo en aquel punto, algo muy improbable pero no imposible”. Asegura que estuvo en el lugar el domingo pasado por la tarde y “el caudal del río en aquel momento era insuficiente para arrastrar un cuerpo. Y observé que en el tramo del río encima del puente árabe transcurre entre cañaverales y la vegetación es muy frondosa. Es un punto no accesible. Y justo debajo donde apareció hay un pequeño rápido que transcurre entre mucha frondosidad. Fue una suerte que el cadáver se detuviera en aquel punto”.
Por tanto, asegura, “Dani podría haber estado en el camino fluvial, haber recibido un golpe en la cabeza y haber caído al margen derecho del río. Eso explicaría que el cuerpo estuviera en un punto tan improbable”, aunque –continúa- “en todos los casos es importante conocer el informe forense definitivo”.