La historia de Guadalajara, al descubierto con la toponimia menor y urbana

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Un momento de la presentación del libro a cargo de los dos autores.
Con una importante presencia política, entre los que se encontraban el antiguo alcalde de la ciudad, José María Bris, la diputada provincial de Cultura, María Jesús Lázaro y portavoz del grupo socialista, Daniel Jiménez, además de compañeros y amigos, tenía lugar en la tarde de ayer la presentación del libro Toponimia menor y urbana de la ciudad de Guadalajara, según el Catastro del Marqués de la Ensenada.
1752, una “obra excepcional desde el punto de vista documental realizada por dos de nuestros expertos en toponimia, José Ramón López de los Mozos y José Antonio Ranz Yubero”, acertaba a introducir el alcalde de la ciudad, Antonio Román, encargado de la presentación del libro y acompañado para la ocasión de la concejala de Cultura, Isabel Nogueroles.
Toponimia menor y urbana de Guadalajara no es más que un estudio que repasa de manera exhaustiva las claves de la toponimia en nuestra provincia, es decir, de los nombres de los lugares que aparecen en el Catastro de la Ensenada. Tras una ardua labor de investigación en el Archivo Provincial durante algo más de un año –donde se han leído los 18 volúmenes que lo componen– se han extraído dos nóminas: una de topónimos menores referentes a fincas, ríos, montes y eras, que tiene 700 nombres, y otra nómina que se refiere a los elementos urbanos que tenía Guadalajara a mediados del siglo XVIII, con 800 nombres.
Embarcarse en esta aventura sólo era posible por el cariño que profesan hacia esta su tierra un entendido en paleografía –López de los Mozos– y un doctor en filosofía hispánica –Ranz Yubero. Fruto de este trabajo conjunto a la vez que complementario nace un libro divulgativo, que no aparentemente científico, en torno a las 200 páginas destinado a todos los habitantes de Guadalajara. Su literatura agradable, acompañada de numerosas fotografías hechas sobre el propio Catastro del Marqués de la Ensenada, o planos de la época, es excelente para conocer parte de nuestra historia.
“Con este libro se pretende demostrar al público como vivían y como sentían nuestros antepasados hace 250 años en nuestra provincia, y cómo muchos de los nombres que entonces estaban en vigor permanecen hoy en día, aunque a veces transformados o con una falsa explicación de lo que es su nombre. Como un ejemplo a destacar entre los innumerables citados, el Palacio de la Cotilla se llama así porque inicialmente se construyó sobre un pequeño montículo o cota”, explicó Ranz.