La influencia de la crisis en el ánimo cerró los XXI Encuentros Culturales de Trillo
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
El doctor José Miguel López-Ibor, uno de los especialistas en Psiquiatría y Neurología más reconocidos del país, cerró, el pasado jueves los XXI Encuentros Culturales que celebra cada año la Central Nuclear de Trillo. Plenamente de actualidad, la crisis económica centró la charla, aunque en su vertiente más social y personal, en el ámbito de los problemas psiquiátricos derivados de la actual situación. Entre otras ideas, López-Ibor echó en falta en esta coyuntura cierto espíritu de lucha, sobre todo entre los más jóvenes de la sociedad
El doctor José Miguel López-Ibor Aliño clausuró el pasado jueves los XXI Encuentros Culturales de la Central Nuclear de Trillo ante un público interesado que se congregó en el salón de actos de la Residencia de la planta con el fin de conocer, de la mano de uno de los especialistas en Psiquiatría y Neurología más reconocidos del país, la Influencia de la crisis económica en el ánimo de las personas. Fue Miguel Ruiz Berlanga, jefe de Relaciones Institucionales de la central, el encargado de presentar a este hombre cuya trayectoria, subrayó, está avalada, brillantemente, primero por el estudio y luego por la intensa dedicación al ejercicio de la medicina y la investigación.
López-Ibor señaló que ante la crisis económica que se está viviendo en Occidente y sus posibles consecuencias psiquiátricas, los primeros grupos a valorar son los parados y aquellas personas sin liquidez económica, así como alertó sobre las características específicas de esta crisis que se ha desarrollado en nuestro país con una extraordinaria velocidad, más rápida que todas las anteriores. La existencia de una situación de desempleo, consideró, puede llevar a la larga a un descontrol de los impulsos que motiven enfermedades como el alcoholismo u otras dependencias, aunque serán efectos que se verán más adelante, ya que esta crisis aún es reciente.
La marcha de la economía, sentenció, está directamente influida por el tipo de sociedad, lo que, a su vez, también puede determinar la reacción de sus individuos en momentos difíciles. Los trastornos nerviosos, el incremento del número de suicidios, los problemas conyugales, la mala alimentación... Es un hecho que este tipo de conductas están en nuestra sociedad, mantuvo, aludiendo a la existencia de enfermedades asociadas, por ejemplo, a culturas específicas.
El doctor López-Ibor estimó que la sociedad actual parece que tiene un deterioro significativo en sus rendimientos sociales y personales. Tiene muy confusos cuáles son sus objetivos y preferencias internas. Así, denunció cierta pérdida de identidad de conciencia sobre lo que es uno mismo, y reivindicó una recuperación de la afectividad en las relaciones humanas, muchas de ellas cada vez más exiguas a causa del empleo de las nuevas tecnologías.
El reconocido psiquiatra echó en falta cierto espíritu luchador en la mundo actual, sobre todo en los jóvenes, en una apuesta por huir de las sociedades límites y de aquellos factores estresantes que puedan derivar en trastornos posteriores y apostar, en cambio, por recuperar la capacidad de luchar ante las adversidades.
López-Ibor señaló que ante la crisis económica que se está viviendo en Occidente y sus posibles consecuencias psiquiátricas, los primeros grupos a valorar son los parados y aquellas personas sin liquidez económica, así como alertó sobre las características específicas de esta crisis que se ha desarrollado en nuestro país con una extraordinaria velocidad, más rápida que todas las anteriores. La existencia de una situación de desempleo, consideró, puede llevar a la larga a un descontrol de los impulsos que motiven enfermedades como el alcoholismo u otras dependencias, aunque serán efectos que se verán más adelante, ya que esta crisis aún es reciente.
La marcha de la economía, sentenció, está directamente influida por el tipo de sociedad, lo que, a su vez, también puede determinar la reacción de sus individuos en momentos difíciles. Los trastornos nerviosos, el incremento del número de suicidios, los problemas conyugales, la mala alimentación... Es un hecho que este tipo de conductas están en nuestra sociedad, mantuvo, aludiendo a la existencia de enfermedades asociadas, por ejemplo, a culturas específicas.
El doctor López-Ibor estimó que la sociedad actual parece que tiene un deterioro significativo en sus rendimientos sociales y personales. Tiene muy confusos cuáles son sus objetivos y preferencias internas. Así, denunció cierta pérdida de identidad de conciencia sobre lo que es uno mismo, y reivindicó una recuperación de la afectividad en las relaciones humanas, muchas de ellas cada vez más exiguas a causa del empleo de las nuevas tecnologías.
El reconocido psiquiatra echó en falta cierto espíritu luchador en la mundo actual, sobre todo en los jóvenes, en una apuesta por huir de las sociedades límites y de aquellos factores estresantes que puedan derivar en trastornos posteriores y apostar, en cambio, por recuperar la capacidad de luchar ante las adversidades.