La lactancia materna disminuye el riesgo cardiovascular en niños y adolescentes
Un estudio desarrollado por la UPV/EHU y el Instituto Karolinska de Estocolmo ha concluido que los niños y adolescentes que han recibido lactancia materna tiene un 6 por ciento menos de riesgo cardiovascular y presentan mejores valores en capacidad aeróbica, niveles de colesterol, inflamación o presión sistólica, según ha explicado la universidad vasca.
Los estudios han sido publicados por Idoia Labayen, profesora de nutrición en la Facultad de Farmacia en la UPV/EHU en la edición de enero de la revista 'American Journal of Clinical Nutrition', "la más importante del mundo en el campo de la nutrición", y en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine. En la investigación también ha participado Jonatan Ruiz y Francisco Ortega de la Universidad de Granada y Helle Loit, Jaanus Harro, Inga Villa, Toomas Veidebaum y Michael Sjostrom del Instituto Karolinska.
Para la realización de las distintas pruebas, la investigación ha contado con la colaboración de personal médico sueco y estonio que ha realizado exámenes de salud a 1.025 niños de 9 y 10 años, y 971 adolescentes de 15 y 16 años en sus respectivos países. De forma previa al estudio, se les preguntaba a las madres si sus hijos habían sido exclusivamente alimentados mediante lactancia materna y, de haberlo hecho, durante cuánto tiempo.
En las pruebas, además de tomar talla y peso, se realizaron análisis de sangre en los que se detectaron los valores de inflamación o el fibrinógeno, cuya presencia se relaciona con una mayor coagulación de la sangre, lo que aumenta el riesgo de arterosclerosis. Asimismo, se midió la capacidad aeróbica de los participantes mediante pruebas de esfuerzo.
A falta de estudios posteriores sobre periodos de lactancia más largos que lo confirmen, la investigación en la que ha participado Labayen indica que los beneficios máximos de la lactancia materna se alcanzan a los tres meses ya que no se aprecian diferencias significativas entre el tercer y sexto mes. A partir del sexto mes, además, los niños ya no se alimentan exclusivamente de leche, sino que empiezan a diversificar su alimentación.
Desde la universidad, han destacado que este estudio en niños y adolescentes suecos y estonios "habría sido difícil de realizar en España porque normalmente en este país las madres no suelen llegar a cumplir esos tres meses de lactancia". Por el contrario, en los países nórdicos "se favorece mucho la existencia de lactancia materna, con bajas maternales de hasta dos años además de ayudas sanitarias de enfermeras que se desplazan a las casas a ayudar y recomendar a las madres sobre la mejor manera de dar el pecho".
Labayen ha indicado que en España, "aunque muchas madres lo intentan, se da un fracaso elevadísimo en los primeros quince días, cuestión que se podría resolver con un adecuado asesoramiento y apoyo a las madres lactantes". Además, ha resaltado que las madres también abandonan esta práctica en el tercer mes porque "tienen que empezar a trabajar". No obstante, ha apuntado que, "al menos", en el caso de España "hay buenas leches de fórmula", si bien "no mejoran la salud cardiovascular".
A juicio de la investigadora, la lactancia materna "puede llegar a ser una cuestión de vida o muerte en muchos lugares del tercer mundo en donde se multiplican los problemas que puede haber con la preparación y esterilización de un biberón".
La colaboración de este equipo europeo investigador ha estado centrada en el estudio de la influencia en la salud de los momentos inmediatamente anterior y posterior al parto, además de en la lactancia materna. En los próximos meses, pretenden dirigir el peso de sus investigaciones hacia los niños que al nacer con menos peso tienen un mayor riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular. Sus investigaciones intentarán conocer si ese mayor riesgo, de algún modo, puede ser compensado con la lactancia materna.
Además, el equipo seguirá observando al grupo de niños suecos y estonios que han participado en el estudio sobre lactancia para conocer las posibles variaciones en su riesgo cardiovascular a medida que vayan creciendo.