La lactancia prolongada no protege contra los eccemas

25/08/2011 - 10:35 Europa Press

   No existe una evidencia clara de que la lactancia materna como alimento exclusivo del bebé durante los cuatro primeros meses de vida o más le proteja del eccema infantil, según un estudio del Kings College de Londres (Reino Unido) cuyos resultados se han publicado en la versión digital de 'British Journal of Dermatology' (BJD).

   El estudio revela que incluso los niños exclusivamente amamantados durante cuatro meses o más eran más propensos a desarrollar eccema que los niños que fueron destetados antes.

   Uno de los investigadores del King College de Londres, Carsten Flohr, explica que "aunque hubo un pequeño efecto protector de la lactancia materna por sí misma sobre eccemas graves en los países ricos, no se encontraron pruebas de que la lactancia materna exclusiva durante cuatro meses o más proteja contra el eccema tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo".

   La lactancia materna sigue siendo considerada por muchos como una estrategia importante para prevenir la aparición eccemas y otras enfermedades alérgicas, y la mayoría de los ministerios de Sanidad de Europa aboga por cuatro meses de lactancia materna exclusiva para ayudar a la prevención de alergias.

   Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los departamentos de Salud del Reino Unido y Estados Unidos recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad.

FALTA DE EVIDENCIAS SOBRE EL EFECTO PROTECTOR DE LA LACTANCIA SOBRE LOS ECCEMAS

   Investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) y la Universidad de Ulm (Alemania) analizaron datos de 51.119 niños de 8 a 12 años y de 21 países de Europa, América Latina, África y Asia. El estudio se convirtió en la segunda fase del Estudio Internacional sobre Asma y Alergias en la Infancia (ISAAC, por sus siglas en inglés), el mayor proyecto de investigación epidemiológica realizado hasta el momento.

   La información sobre eccemas, lactancia y destete fue recogida mediante un cuestionario realizado a los padres. Además, los niños también se sometieron a un examen de piel para analizar los eccemas y a pruebas cutáneas para examinar los alergenos ambientales, incluidos los ácaros del polvo doméstico.

   Los investigadores no encontraron evidencias de un efecto protector de la lactancia y el destete tardío para el riesgo de eccemas tanto en los países desarrollados como los que están en desarrollo, en consonancia con otros estudios más recientes, lo que sugiere que las directrices actuales sobre la lactancia materna en relación con los eccemas deben revisarse.

   Los autores también señalan que hay pruebas que sugieren que la introducción temprana de proteínas de los alimentos potencialmente alergénicos, como los cacahuetes, pueden aumentar la tolerancia a estos alimentos, en lugar de causar alergia, aunque esto aún no se ha confirmado CON estudios de intervención.

   Flohr asegura que, "tras estos resultados, las directrices sobre la lactancia materna en relación con los eccemas deberían revisarse en el Reino Unido" y añade que "se necesitan estudios adicionales para explorar cómo y cuándo los sólidos deben incluirse junto a la lactancia materna para ayudar a la protección contra eccemas y otras enfermedades alérgicas".

   Para Nina Goad de la Asociación Británica de Dermatólogos, "el tamaño de este estudio implica que sus resultados sean muy significativos, por lo que a raíz de estos estudios es posible que se tengan que revisar los consejos del Reino Unido sobre cómo deben amamantar las madres y hasta qué edad en relación a la prevención del eccema".

NO SE PONEN EN DUDA OTROS BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA

   El doctor Flohr insiste en que "no se están discutiendo otros benefecios de la lactancia materna, sin relación con los eccemas, sobre la salud infantil".

   El experto reconoce que "es ampliamente aceptado que la leche materna es el alimento más importante y apropiado en la vida temprana. Especialmente en el contexto de los países en desarrollo también es importante tener en cuenta que la lactancia materna exclusiva reduce el riesgo de infecciones gastrointestinales en comparación con la alimentación mixta o la realizada con biberón. Este estudio no cambia este concepto".

   Por su parte, el profesor Hywel Williams de la Universidad de Nottingham, "no hay duda de que la lactancia es lo mejor en términos de prevención de infecciones y la vinculación con los padres, pero las madres que no pueden amamantar no deben sentirse culpable si su hijo presenta eccema" e insiste en que "la evidencia de que la lactancia materna prolongada y exclusiva protege contra el eccema no es convincente".