La lucha contra el tabaco empieza en edades tempranas
01/10/2010 - 09:45
Por: MAR GATO. MADRID
CONFERENCIA
Segismundo Solano habló en Guadalajara sobre los peligros y soluciones que entraña este hábito
Con el objetivo de educar e informar sobre los peligros que entraña el tabaco para nuestra salud, la Fundación Siglo Futuro propició anoche la celebración de una conferencia que, englobada dentro de su ciclo Medicina y Salud, trajo hasta Guadalajara al neumólogo y coordinador de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Segismundo Solano.
Fue este experto el que introdujo a un nutrido grupo de asistentes en el tabaquismo, abordado desde su propia historia, remontada a la civilización originaria de América antes de su descubrimiento, pasando por sus componentes, sus influencias en la contaminación ambiental y terminando por los tratamientos actuales que existen para aquellos que deciden dar el paso para abandonar el tabaco.
Sin embargo, lo más llamativo de la ponencia de Solano fue cuando el experto explicó cómo afectan los distintos componentes del tabaco a la salud de aquellos que lo consumen de forma habitual.
El tabaco tiene cerca de 4.000 sustancias, aunque las más conocidas desde el punto de vista sanitario por su especial incidencia en la salud son la nicotina, responsable de la adición; el monóxido de carbono, responsable de patologías cardiovasculares; el alquitrán y los hidrocarburos policíclicos aromáticos; causantes de patologías cancerígenas; y los radicales libres de oxígeno y nitrógeno responsables de patologías respiratorias como la EPOC o el enfisema pulmonar.
Adecuada prevención
Combatir el tabaquismo requiere de base una buena educación e información, especialmente incidente en los jóvenes adolescentes de 13 y 14 años, edades en los que comienza a detectarse un consumo incipiente y donde se da la prevención primaria. Por su parte, la prevención secundaria se da en aquellas personas que son fumadores activos pero que aún no padecen ninguna enfermedad a consecuencia del tabaco. A éstos se les motiva a que abandonen el hábito antes de que se establezcan daños. Por último, la prevención terciaria está encaminada a erradicar el consumo de tabaco en personas diagnosticadas con enfermedades derivadas del tabaquismo con objeto de que las mismas no avancen.
Descenso del tabaco
Bien sea por el éxito de la prevención, o por la concienciación, lo cierto es que el consumo de tabaco ha descendido en los últimos años. A ello han contribuido además otras medidas que, lejos de llegar a una prohibición total y absoluta del tabaco, cuestión ésta más bien utópica, también han influido en el descenso de su consumo. Éstas son la subida de impuestos del tabaco, lo que repercute necesariamente en un incremento del precio de la cajetilla; o la prohibición de fumar en lugares públicos. A éstas próximamente se unirán la inclusión en las cajetillas, como elemento disuasorio, de fotografías descriptivas de las enfermedades provocadas por el consumo del tabaco.
?Mientras llega la panacea para exterminar el tabaquismo, para aquellos que ya se encuentren enganchados existen eficaces terapias sustitutivas de la nicotina, tales como los conocidos parches, chicles o comprimidos, a los que se le unen desde hace poco nuevos fármacos que inhiben la ansiedad de fumar.
Sin embargo, lo más llamativo de la ponencia de Solano fue cuando el experto explicó cómo afectan los distintos componentes del tabaco a la salud de aquellos que lo consumen de forma habitual.
El tabaco tiene cerca de 4.000 sustancias, aunque las más conocidas desde el punto de vista sanitario por su especial incidencia en la salud son la nicotina, responsable de la adición; el monóxido de carbono, responsable de patologías cardiovasculares; el alquitrán y los hidrocarburos policíclicos aromáticos; causantes de patologías cancerígenas; y los radicales libres de oxígeno y nitrógeno responsables de patologías respiratorias como la EPOC o el enfisema pulmonar.
Adecuada prevención
Combatir el tabaquismo requiere de base una buena educación e información, especialmente incidente en los jóvenes adolescentes de 13 y 14 años, edades en los que comienza a detectarse un consumo incipiente y donde se da la prevención primaria. Por su parte, la prevención secundaria se da en aquellas personas que son fumadores activos pero que aún no padecen ninguna enfermedad a consecuencia del tabaco. A éstos se les motiva a que abandonen el hábito antes de que se establezcan daños. Por último, la prevención terciaria está encaminada a erradicar el consumo de tabaco en personas diagnosticadas con enfermedades derivadas del tabaquismo con objeto de que las mismas no avancen.
Descenso del tabaco
Bien sea por el éxito de la prevención, o por la concienciación, lo cierto es que el consumo de tabaco ha descendido en los últimos años. A ello han contribuido además otras medidas que, lejos de llegar a una prohibición total y absoluta del tabaco, cuestión ésta más bien utópica, también han influido en el descenso de su consumo. Éstas son la subida de impuestos del tabaco, lo que repercute necesariamente en un incremento del precio de la cajetilla; o la prohibición de fumar en lugares públicos. A éstas próximamente se unirán la inclusión en las cajetillas, como elemento disuasorio, de fotografías descriptivas de las enfermedades provocadas por el consumo del tabaco.
?Mientras llega la panacea para exterminar el tabaquismo, para aquellos que ya se encuentren enganchados existen eficaces terapias sustitutivas de la nicotina, tales como los conocidos parches, chicles o comprimidos, a los que se le unen desde hace poco nuevos fármacos que inhiben la ansiedad de fumar.